Recuerdos Dolorosos

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Lincoln observó como Linka se fue del parque. Este volteó en dirección donde ella estuvo sentada y vió el sándwich a medio comer. Lincoln resignado tomó el emparedado y lo arrojó al bote de basura que estaba junto a la banca.

—Bueno, mi esfuerzo para acercarme a Linka fue un fracaso. Creo que papá tenía razón, me apresure demasiado e hice que las cosas salieran mal—. Se dijo Lincoln un poco frustrado.

Pasaron alrededor de diez minutos desde que Linka se fue del parque.

—Bueno, creo que le dí suficiente ventaja, mejor me iré a casa.

Eran alrededor de las doce de la mañana cuando Lincoln llegó a su casa. La primera persona que lo vió llegar fue su padre.

—¿Cómo te fue hijo, pudiste hacer algún avance?—. Preguntó Sr. Lynn.

—No muy bien, sólo sé que a ella no le gusta la mantequilla de maní—. Dijo Lincoln con un tono de resignación.

Lincoln fue a sentarse en el sofá junto con su padre y este al percatarse de la actitud de su hijo, extendió su brazo para tomarlo del hombro y acercarlo un poco a él.

—Quizás otro día tengas otra oportunidad para hablar con ella.

Lincoln no creyó que eso fuera posible.

—No entiendo porque ella es así —Dijo con impotencia—. ¿Simplemente no podía ser alguien normal, que estuviera feliz de reencontrarse con su familia después de tanto tiempo? ¿Por qué ella está aquí? Sólo está haciendo las cosas difíciles para todos.

Sr. Lynn miró a Lincoln con algo de duda ante el desquite de su hijo y antes de responder dió un rápido vistazo a su alrededor para cerciorarse de que nadie más estuviera en el cuarto.

—Bueno, cuando tu madre me contó que ella vendría, me dijo que su madre adoptiva tuvo un accidente de auto —Respondió su padre—, y como ella solamente mantenía el contacto con tu abuelo, él fue quien nos contó todo. Por ahora su madre está bien, pero pasará bastante tiempo antes de que pueda volver a ver a Linka.

Sr. Lynn dió una pausa para aclarar su garganta.

—Yo y Rita no quisimos contarles esto desde un comienzo, porque queríamos que trataran a Linka con normalidad y con el tiempo cuando ustedes fueran más cercanos, ella o nosotros con su permiso se lo diríamos.

—Entonces, esto significa que ella tenía que volver con nosotros por obligación, porque no había nadie más que la cuidara—. Dijo Lincoln un poco sorprendido.

—Así es. Lo más probable es que Linka no quiere estar acá y por eso actúa de manera tan distante, pero tengo fé de que algun dia todos se llevarán bien —Sr Lynn empezó a revolver el peinado de Lincoln—. Así que no te desanimes.

Lincoln se safo de las manos de su padre con una sonrisa —Gracias papá, me ayudaste bastante y haré todo lo posible para que ella se adapte.

Lincoln se arregló su peinado como a la vez empezó a subir las escaleras. Cuando entró a su habitación, Linka había entrado por la puerta principal.

Sr. Lynn desvió su mirada para verla. Ella sólo hizo un gesto de saludo con su mano y se dirigió a su habitación y cuando subió el último escalón, fue golpeada por un pastel de crema que cubrió toda su cara. Linka se quitó la crema que le cubría y vio a Luan con las manos en la boca y los ojos abiertos como platos—. Lo siento, lo siento, lo siento... no, no sabia que eras tú Linka, pensaba que eras Lincoln —Dijo Luan mientras se acercaba a Linka para sacarle el pastel de crema que le había lanzado.

—Supongo que también le hubieras dicho que estaba empastelado ¿verdad? —Dijo Linka.

Luan intentó no reírse para evitar hacer sentir mal a Linka, pero desafortunadamente no evitó soltar una carcajada mientras recogía la base de aluminio que estaba en el suelo.

Una integrante desconocida [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora