Rendir Cuentas

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Lincoln estaba en su habitación tras un largo y agotador día de escuela luego de haber pasado diversas preocupaciones innecesarias por su gemela. Dejó su mochila a un lado de la cama, se acostó en ésta y comenzó a hablarle a la pared.

—Al parecer Linka si puede hacer amigos por su propia cuenta, no obstante, me preocupa que siga dejando de lado a nuestras hermanas, y después del incidente del libro no creo que esté muy feliz de convivir con Lola. Si no hago algo al respecto, la conflictiva relación entre Linka y Lola podría empeorar.

Se levantó de la cama para dirigirse a la habitación de Lola y Lana. Al abrir la puerta, vio que estaba Lola tomando el té con sus peluches. Ésta al percatarse de que Lincoln estaba en la puerta, se dirigió a él.

—¿Qué quieres Lincoln? ¿No ves que estoy en una fiesta de té con invitados? —Lola señaló a los peluches que están sentados a su lado.

—Quiero que te disculpes con Linka por destruir su Libro —Ordenó Lincoln.

—¿Por qué debería disculparme yo? Ella fue la que empezó, y ni siquiera se disculpó por llamarme malcriada.

—Porque ese libro era muy importante para ella.

—No me disculparé, ella debe saber que no puede meterse con quien quiera en esta casa —Dijo enojada Lola.

—¡Lola, no me importa, quiero que te disculpes con ella ahora! —El tono de voz de Lincoln cambió repentinamente, de uno tranquilo a uno autoritario, similar al que usa Lori cuando está a cargo.

Lola se sorprendió, Lincoln nunca le habia hablado con ese tono. Pero eso no hizo que la pequeña niña cambiara de opinión, incluso se enfadó aún más por la actitud de su hermano al no darle la razón.

—Ella no se merece mi perdón, ella debería estar disculpándose conmigo ahora y nada cambiará mi opinión.

Lincoln impotente por la actitud de su hermana, se dirigió hacia la salida del dormitorio. Tomó la perilla de la puerta y tras apenas girarla, la puerta se abrió de golpe revelando a Lynn, quien al estar apoyada tras ésta, cayó al suelo.

—¿Lynn? ¿Qué hacías apoyada en la puerta? —Preguntó Lincoln, esperando que su hermana mayor se levantase del suelo.

Al contrario de lo que el chico esperó, Lynn no le respondió, sino que más bien le dió una sonrisa avergonzada y luego se dio a la retirada. Lincoln pensó en seguirla hasta su habitación, pero fue interrumpido en medio del pasillo.

—Lincoln ¿Estás bien? te ves algo enojado —Dijo Linka, quien subía las escaleras junto a Lana.

—Ah, no es nada… Simplemente me molesté por la actitud de Lola, ella no respeta mi autoridad de hermano mayor y me trata como si fuera de su edad —Respondió Lincoln algo decepcionado.

—Bueno Lincoln, sabes que ella es así con casi todos nosotros. Al menos lo intentaste —Dijo Lana tratando de animar a Lincoln.

—Lana, ¿puedes esperarme en la sala?, después veremos a tus reptiles, necesito estar a solas con Lola —Dijo Linka intentando ocultar su enfado.

Lana al escuchar el repentino cambio de voz en Linka, se asustó y antes de responder tragó un poco de saliva

—Está bien… —Respondió Lana.

Rápidamente, la aficionada por los lagartos bajó las escaleras para así no alterar más a la gemela de Lincoln.

Linka, tras asegurarse de que Lana se alejó lo suficiente como para no poder escucharlos, agarró a Lincoln de los hombros y lo miró fijamente a los ojos.

Una integrante desconocida [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora