Vencido Por La Leona

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Hermione se sentía en el cielo, sonreía como una tonta con la vista perdida y el sabor mentolado de los labios de Draco en los suyos, mientras el ascensor llegaba al piso en el que trabajaba.

Estaba feliz, eufórica, sentía su corazón bailar a un compas en que nunca lo había hecho y no se arrepentía de nada en absoluto.

¡Al diablo con todo! ¿Qué importaba si ella lo había besado? Nada podía perder porque nada tenía, Malfoy la detestaba, ¿Entonces porque no dar ese primer paso?

No recordaba haberse sentido como ahora, sabía muy bien que no tenía ninguna posibilidad de que ese gran señor de sangre limpia que siempre la había detestado, posara sus ojos en ella. No era tonta para suponer que tendrían sus sentimientos algún futuro, estaba resignada, pero se sentía libre, ¡Capaz de volar! ¡Capaz de hacer cualquier cosa! porque ese secreto que guardaba tan celosamente había sido revelado y se sentía tan bien escupido por fin, que no le importaba nada más.

Bien pudiera ser un caos su vida sentimental, cierto que no tenía posibilidades de cristalizar sus sueños románticos, que quizás nunca volvería a besar esos labios, ni sentir jamás lo que era ser arropada en sus brazos, pero había callado tanto por demasiado tiempo que ahora se sentía libre de dejar a su corazón sentir y latir con fuerza sin tener que suplicar que guardara silencio que latiera más lento para no delatarla.

Podría parecer una tontería, podía soñar ilógico o irracional pero no le importara que después Malfoy se burlara de ella, que le recordara lo patética que era por haberlo besado en un arrebato. Quizás si era una masoquista y le gustaba sufrir con sus desplantes, con sus rechazos, pero no podía seguir mintiéndose a sí misma, se había enamorado de la persona incorrecta y  ese era su error, pero de que servía seguir guardando  todo lo que sentía, todo lo que guardaba.

Hoy se sentía poderosa, libre, feliz, tan irremediablemente bien que sonreía sin importar que la miraran con curiosidad, llego a su oficina con esa sonrisa deslumbrante y sus mejillas arreboladas. Había dado ese paso, el primero, sin esperar respuestas, sin buscar soluciones, lo había dado sin miedos o temores, simplemente corto la distancia y se permitió seguir sus instintos, posiblemente se equivoco, posiblemente no tenia caso, ¡Pero por Merlín que bien se sentía haber sido valiente!

Por su parte Malfoy seguía maldiciendo a cualquier imbécil que se atravesara en su camino, lanzando improperios a diestra y siniestra, estaba enfadado después de que su plan para molestar a la sabelotodo no funcionara, pero sobre todo porque consideraba que besarlo había sido un artimaña muy baja para callarlo. Y el había sido un imbécil por no haber reaccionado, por haberse quedado en blanco y no ponerla en su lugar.

Debía arreglar las cosas, ¡Claro que las arreglaría!¡Ganaría, por una vez el ganaría!

Entro sin toca y cerró la puerta con excesiva fuerza, Granger dio un respingo y le miro sorprendida, pero no tardo en recobrar su sonrisa, haciendo enfadar aun más al rubio.

Asustada entro su asistente seguida de un compañero, pues  pensaron que ocurriría algo grave al ver la furia de Malfoy al entrar a la oficina de su jefe.

-Lo siento, no quiso esperar a ser anunciado. -Se justifico una jovencita morena con angustia.

-No te preocupes Amanda. -Le dijo calmada. -Pueden retirarse.

-¿Está seguras Hermione? -Pregunto con cautela un muchacho bastante alto que miraba con desprecio al rubio.

-Si Marcus no te preocupes, estaré bien pierde cuidado. -Les sonrió tranquilizadoramente y ambos salieron dudosos pero obedientes.

Malfoy estaba de pie mirándola como siempre, con ese orgullo propio de los de su clase, estaba enfadado, mejor dicho furioso, Hermione lo sabía, lo conocía demasiado bien, tanto que comprendía que se había ofendido por ese beso robado, pero eso no le hizo perder su buen humor.

-¿Qué se te ofrece Malfoy? -Le pregunto con calma acomodándose en su silla.

-¡Todavía te atreves a preguntarlo!

-Pues no se a que te refieras exactamente no soy adivina, esa materia nunca fue de mi agrado. -Mintió haciéndolo disgustar mas.

-Sabes por que he venido.

-Si lo supiera no te lo estuviera preguntando.

-¿Por qué demonios me besaste?

-Era eso. -Dijo fingiendo indiferencia. -No fue por nada en realidad.

-¿No fue nada?

-Fue solo un beso y nada más, no se por qué te comportas como una damisela ofendida -Se burlo.

-Así que solo un beso. -Repitió con los ojos entornados.

-Sí, solo un beso. Sé que me detestas que mejor forma de hacerte rabiar que una impura te robe un beso. -Le mintió con una sonrisa de suficiencia.

Malfoy no pregunto nada mas, solo rodeo el escritorio y levanto de la silla a Hermione de un jalón para besarla con toda la furia que sentía en ese momento. Trato de ignorar esa electricidad que le recorrió la espalda cuando lo hizo, y se sorprendió de que lejos de alejarse Granger enredo sus manos en su nuca y correspondió el beso con demasiado entusiasmo.

Cuando se separaron sin aliento Hermione sonreía igual como hacia un rato.

-Supongo te desquitaste de mi atrevimiento. -Le dijo alejándose un poco con los ojos brillantes y el corazón latiendo con fuerza.

Malfoy no supo que contestar, ni siquiera entendía porque se sentía de esa manera al besarla, salió de nuevo rápido y arrasando con cualquiera que se le parara en frente.

Otra vez había sido vencido por la leona.

El Primer PasoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora