Otra vez vencido por la leona.
Temblaba casi de manera imperceptible, pero aun así sentía como su cuerpo se cimbraba ante algo que no sabía clasificar ¿rabia? ¿Coraje? ¿Emoción…? Ni el mismo comprendía esa reacción en cadena que se había desatado en su interior, no entendía por qué sentía esa enorme ansiedad en el centro de su pecho que se extendía por todo su cuerpo y que le pedía a gritos que regresara para apagar esa necesidad que le impedía respirar con normalidad.
Apretó los puños con fuerza obligándose a seguir, no podía regresar sobre sus pasos porque, ¿Qué le diría si regresaba? ¿Qué estúpida excusa le daría? No podía simplemente aparecerse de nuevo en la oficina de Granger y decirle que se moría por volver a besarla, que necesitaba saber por qué se sentía tan confundido, tan dividido en esas ansias de aniquilarla y esa necesidad de probar de nuevo sus labios.
Llega a la calle arrollando a su paso a cualquiera que se atreviera atravesarse en su camino. Teniendo esa sensación de agobio que te hace sentir que te ahogas lleno de aire sus pulmones y exhalo con fuerza, repitiendo la operación una y otra vez, una y otra vez, hasta que se sintió mareado, quería calmar el alboroto que se habia formado en su cabeza, pero no podía, paso sus manos por sus cabellos rubios intentando serenarse, acomodar sus ideas, tratando de ser un poco racional y no ese manojo de nervios y hormonas que era ahora, pero el bullicio de la calle no le ayudaba, parecía que todo a su alrededor había subido varios desniveles de volumen de un segundo a otro.
Camino de prisa sin rumbo fijo, solo sabiendo que tenía que alejarse más de ella, antes de que fuera tarde, antes de que sus pies lo traicionaran y lo llevaran de vuelta a su lado. Y por un segundo pensó <¡Qué diablos, porque no!> y se dejo llevar de nuevo sobre sus esos pasos que deseaba perder por orgulloso.
Siempre había sido un cobarde y ya era hora de que lo reconociera ante el mismo. Sí, era un cobarde que tenía miedo a las consecuencias de sus decisiones y por ello se dejaba llevar por la marea y obedecía… y se callaba, mordiéndose la lengua cuando se daba cuenta que tan lejos lo estaba llevando seguir los mandatos de un loco de poder.
Cuantas y cuantas veces esa cobardía lo había llevado a lo largo de su vida a equivocarse, a cometer errores graves, a pagar con la culpa de otros y la de él mismo por callarse y aguantarse.
Llevaba años intentando cambiar pero le daba miedo, aun seguía siendo un cobarde que intentaba justificarse con importante vida, con el manejo de esa fortuna que había heredado, con las mil y una ocupaciones que acaparaban su tiempo, pero lo cierto era que todo era un pretexto, una excusa para no reconocer que era un cobarde.
Tenía que aceptar que Granger le gustaba con todo y su aire de saberlo todo, con su chocante manera de ser, con ese aire de genio que la hacía sentir mejor que cualquiera, porque aun a pesar de su orgullo tenía que reconocer que era mejor que muchos, mejor que el mismo, mejor que cualquiera que el conociera.
Le gustaba mucho, aunque no sabía desde cuando había cambiado ese aparente odio por otros sentimientos. Y la molestaba para ver como cambiaban de color sus mejillas, como sus ojos brillaban, como su cabello se agitaba ante la fuerza de sus argumentos como mareas indomables como ella misma.
La molestaba con el afán de tenerla cerca, de escuchar su voz aunque fuerza en las encarnizadas batallas de discusiones y ahora que había probado sus labios, sabía que no encontraría otros mejores para él.
Quería cambiar y para hacerlo necesitaba dar ese primer paso que marcara el cambio, entre el cobarde que había sido y el valiente que se arriesgaría incluso a ser rechazado.
Esta vez se detuvo antes de atravesar el umbral de la puerta, ante las miradas vigilantes de los que trabajaban en el mismo departamento que ella. Toco con firmeza la puerta y espero que le concedieran entrar.
Cuando lo hizo encontró a Hermione perdida entre montañas de papeles pero con una adorable sonrisa que iluminaba su rostro, aun no levantaba la vista, pero cuando lo hizo de inmediato la sonrisa se borro y palideció un poco.
Draco no podía saber que su reaccione era causada por el miedo de enfrentarse de nuevo a el y perder ese adorable recuerdo de sus besos al que se aferraría sin esperar más nada a cambio.
Suspiro entonces y tomando valor se levanto encarándose a Draco que habia cerrado la puerta a sus espaldas y había dado un paso hacia ella, sin pronunciar palabra, sin perder ese semblante serio e inexpresivo.
-Pensé que ya estábamos a mano. -Agrego con voz cansada Hermione esperando nuevos y variados insultos de su parte.
-Sabes, lo que siempre he detestado de ti, es que crees saberlo todo.
-No comprendo. -Dijo confundida, pues nunca espero esa respuesta de su parte. -Has venido hasta aquí para darme una lista de todo lo que odias de mí.
-Por eso lo detesto, porque no permites a los demás dar lo que tienen por aportar. Y sin decir mas dio otro paso para poderla besar de nuevo.
El cerebro de Granger se habia desconectado, ahora solo podía sentir sus labios unidos a los de Malfoy, su corazón latiendo tan fuertemente que incluso estaba segura que podía escuchar los latidos.
Su cuerpo era instinto y subió sus manos para enredarlas en sus cabellos platinados, mientras probaba esa boca que había sido prohibida y suspiro sobre sus labios cuando sinto esas manos masculinas acariciar su espalda para luego permanecer en su cintura para aferrarla fuerte, como diciendo que no la dejaría ir de nuevo.
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Un primer paso puede no significar mucho, pero puede cambiarlo todo, desde ese día Draco y Hermione no se han separado, a pesar de esos interminables discursos, desacuerdos y guerras sin tregua que se desatan todos los días, se aman y formaron una familia juntos con sus dos hijos.
Muchos no comprenden porque están juntos siendo tan diferentes, muchos no saben que los une un amor que se fue cocinando lentamente a partir de esas diferencias y a los que alguna vez se atreven a preguntar como comenzó todo, ellos solo contestan que fue por un primer paso que les llevo años dar.
No hay ciencia o fórmula perfecta que te garantice la felicidad y el amor, no hay amor perfecto que no tenga en si mismo su buena dosis de incompatibilidad e incoherencias, pero si es cierto que todo se puede ganar o perder si no se da ese pequeño paso que lo puede cambiar todo.
FIN
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El Primer Paso
FanficSabes que no te quiere, que te rechaza y desprecia, pero eso no cambia lo mucho que lo amas… Tienes miedo de dar ese paso y que se entere ¿Pero porque tienes miedo? Sí no tienes nada que perder y quizás, solo quizás puedas ganar al menos un buen rec...