Encerrado en mí mismo, sin encontrar una salida que me permita vivir de nuevo.
Las cadenas que rodean los barrotes de madera de la puerta son demasiado robustos como para romperlos a la fuerza. Y dejar que éstos se oxiden hasta el punto de romperse por si solos, es sinónimo de morir aquí dentro. Ni fuerza, ni tiempo... ¿Quizás cabeza?
No, demasiado aturullada y desconectada de la realidad como para pensar con claridad. Mejor me siento.
En mitad de una nave de madera, suelo de dura tierra, alzar la cabeza, ojos cerrados, rayos de sol que se cuelan entre los tablones y golpean en la cara, dando calidez. ¿Qué importa ya?

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Puta noche
Short StoryPorque es en la oscuridad de la noche cuando asalta la inspiración y golpean los recuerdos de aquello que nunca llegó a ser.