El calor era insoportable, y mi mala leche en esos momentos no era la mejor ayuda, pero ¿Quién puede estar feliz si su madre ha tomado la decisión de mudarse? ¿Quién puede estar feliz si lo va a dejar todo? Ya respondo yo. Nadie, absolutamente nadie, pero en fin, si tu madre necesita un cambio de aires, tu hermana la pequeña sufre Bullying y tú y tu mellizo estáis en el peor momento en clases, vamos que casi repetís, ¿Quién se atreve a negarse a empezar de cero? Tranquilo, ya respondo yo. Nadie. Así que aquí estoy yo, sentada en mi cama, observando la habitación que posiblemente nunca vuelva a ver, o que quizás si vuelva a ver, pero en fotos, por una parte adoro cambiar de aires, pero por otra, por otra me encantaría quedarme aquí con mi gente. ¿Qué por qué mi habitación estaba igual que siempre? Pues porque según mi madre. “Si empiezas de cero, empiezas bien” En pocas palabras, en mi maleta llevaba cuatro trapos, cargadores, ordenador, tablet… Lo único bueno de la mudanza era que me iría de compras y renovaría el armario.
Mi madre me llamaba desde la cocina, debíamos irnos ya, así que baje con mi maleta, la deje en el maletero y volví a entrar en casa para hablar con mi mellizo.
-Tontorrón. –dije entrando a su habitación, lo vi cabizbajo. -¿Qué te pasa?
-No me quiero ir, no quiero dejar a Anna.
-Tranquilo, ya verás cómo hay chicas mejores.
-No, no hay ninguna mejor que ella. –dijo con tono d niño pequeño.
-Por dios Lucas. –dije exhausta. –Se supone que el que nació antes eres tú, así que deja de compórtate cual niño que aun lleva chupete y empieza a ser un poquito más maduro que creo que te va haciendo falta. –dije para luego darle un beso en la mejilla y irme. -¡Ah, nos vamos ya, así que se rápido! –dije chillando mientras bajaba las escaleras.
Cogí mi mochila vaquera y fui al coche, allí ate a Laura y juntas esperamos a que mi madre y mi mellizo vinieran para irnos.
Para amenizar la espera empecé a hablar con mi hermanita.
-¡Chiquitaja! – la llamé.
-¡No me llames chiquitaja, solo nos llevamos cinco años! –dijo con tono de malcriada.
-Lo ves, si es que eres una malcriada. –dije riendo y revolviéndole el pelo.
-¡Deja mi pelo! –dijo enfadada.
-Vale, tranquila. –le sonreí. -¿Hacemos rabiar a la mamá y al tete?
-Vale. –dije muy entusiasmada. –¡Pongamos a Five Seconds Of Summer!
-¡Vale peque! – dije sonriendo.
Abrí mi mochila y saque los CD’s que llevaba, en total habían seis o siete, tres de One Direction, uno de The Vamps, el de 5SOS y por último el de Demi Lovato.
Cogí el que mi hermana quería y lo puse, justo cuando acababa de poner el Cd llegaron mi madre y mi hermano y empezó a sonar She Looks So Perfect, mi hermana y yo comenzamos a cantar como si la vida nos fuera en ello, mientras que mi madre arrancaba el coche y partía hacia Mairena de Aljarafe.
Cuando acabo la canción de She Looks So Perfect mi hermano me miro desde el asiento del copiloto y abrió su bocaza.
-¿Otra vez estos idiotas?
-¡Idiota tú, so memo! – contraataque yo.
-¡Relajaros! –ordeno mi madre.
-¿Por qué siempre los pones? –pregunto mi hermano con un tono mucho más pasivo.
-No los pongo siempre, a veces pongo a One Direction o a Demi o a The Vamps. – dije sonriendo.
-De verdad hijo, no lo intentes con ella, tiene contestación para todo. –dijo mi madre.