Capítulo 3.

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•El trato.•

Caroline.

Seguía pensando en sus ojos, eran tan... Ahhhh trasmitían tanto miedo pero de cierta forma me daba tanta curiosidad igual de una o otra forma me iría de acá, es un casa tan hermosa, de hecho es la casa que quiero pero no estoy con quien quiero, con mis amigos ellos son como mi familia pero bueno yo me iría de aquí y nada más, lo que puedo hacer es grabarme los horarios e intentar salir de acá.

Estaba sentada en él baúl de la ventana pensando en todo y nada cuándo llega él tipo él cuál desconozco su nombre y me asusta causando que me caiga.

-Seas mamon wey- Le dije achicando los ojos.
-JAJAJAJAJA ame tu cara- Dijo con tono travieso, a lo que conteste sacondele la lengua... Si, para algunas cosas soy muy infantil.
Me levante ignorando la mano tendida de él.
-Te quería pedir un favor- Dije cambiando completamente mi actitud.
-Sí quieres verme desnudo no tienes que pedirlo dos veces- Dijo muy descaradamente.
-Asco marica- Dije haciendo mueca de asco.
-Bueno igual te quería decir que me dejaras usar él teléfono que tenía cuándo me secuestraron, no para mandar mensajes o llamar, solamente para escuchar música porfavor- Dije con tono suplicante y marcando mucho lo de él secuestro.
-No- Dijo para salir de la habitación.
-Por favor, no seas así really lo necesito- Dije caminando atrás de él.
-No y mejor no sigas- Dijo con tono de voz tenebroso.
-Me privaste de mi libertad, me privaste de mi trabajo, me privaste de mis estudios y lo más importante, me privaste de mis amigos. Lo menos que puedes hacer es dejarme oír música-
-¿Estas amarrada? ¿Estas siendo golpeada? ¿Estas en un lugar asqueroso?- Dijo mientras caminaba hacía mi mientras yo daba pasos hacía atrás.
-...- No respondí nada por que me estaba dando mucho miedo.
-No, ¿Verdad?- Dijo acorralandome en la pared más cercana.
-No- Dije con muy poco tono de voz.
-¿Que?- Dijo él desgraciado como si no me hubiera escuchado.
Me intente salir por un lado y él rápidamente puso su brazo, luego intente salir por él otro lado y puso su otro brazo.
-¡Respondeme!- Dijo estampando sus puños en la pared provocando un pequeño salto de mi parte.
-Que no sordo hijo de la fregada- Dije y él se fue separando lentamente.
-Bueno ayer no terminamos de hablar, sigue me- Dijo y empezó a caminar por él pasillo.
Y era cierto, ayer después de caer por primera vez se fue un poco molesto, y la verdad no se él por que.
-Vale vamos- Dije caminando lentamente y pesadamente.

Scout.

Lo que tenía pensado era proponerle un trato que era decirle que si se casa conmigo tendría todo lo que algún día soñó y sus amigos tendrían mejor estilo de vida.

-Empecemos...-

Eres Mía... Sólo Mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora