Kara
Dejar de pensar en Imra era complicado, pero tras todo aquel tiempo, el dolor había remitido considerablemente.
Su hijo ya caminaría. Quizás hasta la llamara mamá. A veces me imaginaba con ella y con el bebé, los tres juntos y felices. Luego lo descartaba de mi cabeza y maldecía mi estupidez.
Ella no quería que criáramos al niño juntas. Me lo había dejado muy claro. Yo era su amante, nada más. Y criar a un bebé con la amante no es algo deseable.
Tampoco podía ir al pueblo. Sabía que tenían kryptonita allí. Ahora todos los alrededores tenían kryptonita, puesto que el imbécil de Mon-El había dicho que yo existía.
Así que me pasaba las semanas, los meses, caminando y consiguiendo alimentos por el bosque. También usábamos mis poderes para calentar agua o para trasladar a las chicas a un punto u otro.
Ellas parecían felices y yo lo era a momentos. Con ellas al menos me sentía en familia. Eran más de lo que podía haber deseado nunca. Llevábamos más de 4 años en aquel bosque y jamás escuché a ninguna quejarse. Alex estaba en la misma situación que yo, pero Lena podría habernos abandonado. Y sin embargo, jamás la escuché ni mencionar la posibilidad de irse unas semanas de regreso a la civilización.
-Este invierno va a ser muy frío- dijo Alex avivando el fuego- Quizás deberías pasarlo con tu familia, Lena. No quiero que enfermes.
-Estás de broma, ¿no? - contestó ella- No se me ocurriría dejaros.
-Eres demasiado buena, Len...
-No. Es simple egoísmo. No dejaría de pensar en vosotras ni un instante. Sería una tortura- dijo sonriendo-.
-Os mantendré calientes- les dije- No hay problema con eso ahora que controlo mejor mis poderes.
-Lena siempre me mantiene caliente- soltó Alex con picardía y sonriendo de medio lado-.
-Vaaaaale- dije levantándome- Esa es la señal para que me vaya si no quiero ver porno...
-No, Kara... -me dijo Lena- No te vayas porque con esa frase no va a conseguir nada- se rió-.
-¡Jo! -replicó Alex falsamente ofendida-.
Yo me fui de allí sin querer escuchar hacia donde se dirigía aquello.
Caminé y volé entre los árboles, sin darme cuenta de que mi subconsciente me llevaba inevitablemente hacia la casa de Imra. Todas las células de mi cuerpo me querían allí.
Frené cuando me estaba acercando demasiado al límite del bosque y mi cuerpo se paralizó cuando vio la tela roja en la rama. No había vuelto más por allí desde el día en que me pidió que me fuera.
Pero... Quizás... ¿Cuánto tiempo llevaba esa tela allí? Tragué saliva y me fui adentrando en aquel claro que me llevaría a la casa.
Mi corazón se aceleraba a cada paso hasta que llegué a la ventana y me asomé allí. Parecía vacía, sucia, descuidada.
Una punzada en el hombro me empujó hacia adelante. Entonces, el dolor que nacía en la parte posterior se fue extendiendo al resto de mi cuerpo y me hizo caer al suelo, retorciéndome angustiosamente.
-Van a pagarme muy bien- dijo un tipo que se acercó a mí desde atrás y me observó desde arriba- No tienen a ninguno de tu especie- sonrió antes de que perdiera la consciencia-.
Imra
Cuando Mon-El nos pilló juntas a Kara y a mí, la echó de nuestra casa y me amenazó.
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Las cosas que no dices (Agentcorp + Supersaturn) TERMINADA
FanfictionPor una mutación del virus que iba a terminar con la población alienígena en la Tierra, Lillian Luthor diezmó la población mundial, dejando a Lena sin familia. Cuando encuentra a una pequeña alienígena, debe huir con ella para evitar que el gobiern...