Andrómeda, la amazona

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El choque que producían sus brazaletes enviaba ondas que no permitían que los mormones se acerquen. Había salido a cazar con Kamchakra, su hermoso tigre de bengala blanco que rugía a cualquier hombre que se le acercaba.

Ella era Andrómeda, hija de la reina amazona Hipólita, bendecida por Juno, que vio perpleja como su pueblo era masacrado por la iglesia.

Ellas tenían sangre guerrera, pero no estaban preparadas para tal ataque. Vio a sus hermanas morir en batalla sin que ella pudiera hacer nada. Su madre, había fallecido hace una semana por una epidemia con muchas de sus hermanas y aunque aún no la habían coronado, ella se sentía responsable por todas esas muertes.

La furia y la impotencia la cegaron. Quería era vengar la muerte de su familia, lo único que veía era la sangre de los mormones y el brillo de su espada, Kamchakra sentía la impotencia de su dueña y devoraba en sus fauces a los que trataban de dañarla.

Terminada la batalla, ingreso a su hogar y cerró la puerta. Se apoyó en ella y empezó a llorar.

Los cuerpos de sus hermanas muertas en batalla habían desaparecido en un resplandor plateado y eso solo significaba una cosa

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Los cuerpos de sus hermanas muertas en batalla habían desaparecido en un resplandor plateado y eso solo significaba una cosa.

-Mi señora- Juno se alzaba imponente, con su traje de batalla y su capa de piel. Andrómeda nunca odio a su patrona como en ese momento.

-Te preguntarás porque sucedió todo esto- dijo la diosa

Me pregunto porque dejo que esto pasara

-Los hombres ya no nos alaban- comentó y Andrómeda rodo los ojos- nuestra fuerza se está debilitando, debí hacer lo mismo que Diana.

- ¿Qué hizo lady Diana?- preguntó curiosa, y empezó a recordar vagamente a una cabellera pelirroja y a un grupo de chicas vestidas de plata- ¿Tiene algo que ver la desaparición de las cazadoras?

-Ellas ya están en diferentes reinos, yo no pude evitar esto- se lamentó, refiriéndose a la masacre- pero sé que podrás encontrar refugio con la teniente de las cazadoras.

-Está bien mi señora- no tenía nada más que perder.

Le dio una bolsa de oro, cuando la princesa la cogió, la diosa le indico el camino.

-Ve al puerto y sube a algún barco que te lleve a Estambul, busca por la sultana Hürrem- y se desvaneció.

-Ve al puerto y sube a algún barco que te lleve a Estambul, busca por la sultana Hürrem- y se desvaneció

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Vio a su querida Kamchakra bostezando cansada, por primera vez en el día sonrió.

-Vamos, hora de una nueva vida.

En el barco nadie se acercaba a la amazona por el temor de que ella causaba. Su llegada a Estambul no era la que había imaginado, la plaza estaba destrozada, mujeres y hombres trataban de huir.

-¡Rebelión! ¡Rebelión!- gritaban

-Lesuitas- susurró molesta.

Corrió hacia uno que atormentaba a una familia.

-Solo los cobardes atacan a alguien más débil que ellos- le grito empuñando su espada.

Se puso a pelear con este soldado, sus compañeros al ver como la chica lo superaba, rápidamente se pusieron a su lado atacándola. Entre giros, estocadas y patadas, Andrómeda trataba de defenderse y alejar a los soldados del pueblo adentrándose en el bosque.

El cansancio ya hacia mella en ella, solo oía a Kamchakra gruñir.

Solo uno aguanto su ritmo y ambos se enfrentaron uno a uno, el joven soldado la ataco, pero ella se puso a la defensiva. Al esquivar la estocada se agacho y pateó su pecho que hizo que el soldado retrocediera, así se pasaron un largo tiempo. El soldado antes de caer agotado logro apuñalarla en el estómago.

Arrastrándose por el dolor, Andrómeda logro caminar unos metros antes de desmayarse, su amiga, la subió a su lomo y trotó hacia un palacio que habían visto cerca, con la esperanza de que los puedan ayudar.


Andrómeda sintió unos paños en su frente, abrió los ojos y se encontró con una mujer joven que la estaba cuidando y cambiando vendajes por su estómago.

Trato de levantarse y soltó un gritito por el dolor.

-No te muevas- le advirtió- aún no está recuperada y tu herida se puede abrir.

-¿Quién eres tú? ¿Dónde estoy?- pregunto algo confundida- Solo me acuerdo que me desmaye en el bosque.

-Mi nombre es Esma, tu tigre te trajo en su lomo, estas en el palacio de Hatice sultán e Ibrahim paşa. La sultana ordeno que te ayudemos. Le sonrió a su tigre que estaba dormido en un rincón de la habitación.

Busca por la sultana Hürrem...

Antes de que pueda preguntar un hombre entro a la habitación y anuncio

-¡Atención!- Esma rápidamente se alejó, se reverenció y que quedo en esa forma mientras el ağa seguía hablando- Haseki  Hürrem sultan Hazretleri

  -¡Atención!- Esma rápidamente se alejó,  se reverenció y que quedo en esa forma mientras el ağa seguía hablando- Haseki  Hürrem sultan   Hazretleri

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@Schreave13🐼

/Próximamente: Anastasia, linaje de sultanas/

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