EN EL INTERNADO las horas pasaban muy lentamente, sobre todos los turnos de noche, y las enfermeras tenían la costumbre de contarse historias entre ellas, de todo tipo.
Pero eran las historias de terror las que preferían las novatas.
Una vez, una de las enfermeras mas viejas, Alicia, durante una noche contó lo siguiente:"Hace mucho tiempo, en la década de los setenta, tuvimos como paciente un anciano muy mayor, de unos 80 años, el señor Franck Moore, que llego al hospital con un cuadro agudo de peritonitis. Lo operaron de urgencia y en esa misma operación se dieron cuenta que sus tripas estaban comidas por el cáncer. Los doctores no se atrevieron a intervenir y cerraron la herida y luego lo pusieron en el pabellón 3, en la habitación #666, donde generalmente van los pacientes que no tienen mas remedio
El pabellón 3 era un lugar sombrío, húmedo y con poca luz, nada más el echo de pasar por ahí te erizaba la piel ya que en ese lugar se escuchan llantos y lamentos de los pacientes terminales.
"Nadie quería atender al señor Franck Moore. Las drogas y el dolor lo habían vuelto loco. Era muy agresivo y mordía en varias ocasiones a las enfermeras más distraídas. Lo ataron a la cama, pero aún así trataba de mordernos si nos acercáramos demasiado. Sus dientes castañeaban en el aire; y aún recuerdo ese ruido escalofriantes que hacían entre sí: " tic tic tic tic".
Una noche, escuche el timbre de uno de los pacientes y al ver el tablero me di cuenta que se trataba de la habitación #666, que era la de Franck Moore. Como yo era la mas nueva generalmente me mandaban a mi, por lo que no tuve mas remedio que ir a ver lo que pasaba. Pero cuando llegué a la habitación me encontré con una sorpresa. La cama del señor Franck estaba vacía, y había sangre en el medio de las sábanas. Mucha sangre. El paciente que compartía habitación con el era quien había apretado el timbre, para alertarnos. Salí a buscarlo y de repente me sentí embargada por un terror inexplicable, que me sacudió de pies a cabeza. Ustedes saben que el pabellón 3 es un lugar de por sí tétrico , la gente muere ahí todos los días, se escuchan gemidos, llantos y lamentos. Los pasillos siempre están mal iluminados y huele muy mal, aunque una termina por acostumbrarse. Mire hacia abajo y vi que un rastro de sangre se dirigía hacia los ascensores. Seguí el rastro con la mirada y al llegar al extremo de pasillo, donde hay una curva vi que algo se arrastraba sobre el suelo. Parecía una cola de un demonio, pero luego con horror, me di cuenta que se trataban de las tripas del señor Franck.
Se le había abierto la herida y arrastraba las tripas como una horrible cola del diablo de 10 metros de longitud. Se tambaleaba en dirección a la puerta abierta del ascensor, con aquella asquerosidad siguiéndolo. Corrí hacia èl y resbalé en la sangre que estaba en el piso, aún estaba caliente y pegajosa y se podían ver algunos de los coágulos. Creo que fue una suerte, porque cuando el señor Franck se metió al ascensor se dio vuelta y me sonrió. Fue la sonrisa mas maligna, demoniaca y demencial que había visto en mi vida. Sus ojos estaban negros por el dolor o la locura. Apretó el botón de la planta baja y las puertas del ascensor comenzaron a cerrarse, no sin antes decir con una voz macabra y espeluznante "REGRESARE". Las puertas se cerraron por completo y gran parte de sus tripas habían quedado fuera.
"No necesito decirles lo que ocurrió cuando el ascensor bajo, tampoco quiero hacerlo, porque fue repugnante y estremecedor. Incluso los médicos mas experimentados vomitaban al ver la escena en el interior de este. Pero el horror no termino allí. Al cabo de una semana de haber muerto el señor Franck Moore, una enfermera dijo haber visto a un anciano caminando por el pabellón 3, con las tripas completamente fuera. La enfermera al ver esto renunció algunos días después, y el mito del fantasma del señor Franck quedó, aunque nadie volvió a verlo ".
Apenas la enfermera Alicia terminó de contar esto, una de las novatas señalo con cara de espanto hacia el pasillo. Allí, a través de la puerta entreabierta, podía verse al señor Franck caminando con las tripas arrastrándolas hacia el ascensor
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Las 100 Mejores Historias De Terror
HororSon historias de terror que posiblemente te costará trabajo dormir a partir de que leas esto, son historias basadas en mi imaginación y en leyendas urbanas que yo mismo escribiendo me dio miedo. Espero que las historias sean de su agrado, y si son d...