Capítulo 3: Dulce Y Cruel

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Capítulo 3

Un día pasó desde la llegada de Aiden, quien estaba junto a Carol. Se encontraban en la sala de disparos, ella le enseñaba como disparar para ponerlo a prueba.

Por la mente de Carol pasó la idea de que no lo hacía nada mal para disparar por primera vez, quizás era la suerte de un principiante.

—¿Cómo lo haré para volver a casa? —preguntó de repente de forma inocente.

La castaña soltó una pequeña risa.

—No irás a casa —dijo obvia—, tu nueva casa es KARMA.

—¿Cómo? ¿Es un Hotel o qué?—el castaño bromeó y los ojos verdes de la chica se posaron para mirarlo con seriedad.

—Digamos que es tu nueva cárcel, totalmente equipada para cualquier cosa que se presente —la castaña se encogió de hombros.

—¿Solo me enseñarás a disparar? —Aiden levantó una ceja.

—Por hoy si... Si te enseño todo en un día quedarías agotado.

—Y... —lamió sus labios—¿la jefa? —la miró con cierta inocencia y Carol negó.

—¿La jefa qué?

—¿Cómo alguien así puede estar en un mundo como este? —rio irónica.

—A la jefa le encanta este mundo.

—Cuéntame más sobre ella.

—Nadie sabe mucho —dijo sincera—, ni el nombre lo sé.

—¿Nadie? —frunció su ceño extrañado.

—Muy pocas personas... —la castaña lamió sus labios—¿Te gustó la jefa? —él se sonrojó y ella soltó una pequeña pero sonora risa—Déjame decirte que no tienes posibilidades.

—Nunca digas nunca —Carol se sorprendió ante su confesión—. Aunque no me gusta, solo me causa curiosidad.

—Que se quede en curiosidad, te lo digo por tu bien —hizo una mueca con sus labios.

Por otro lado se encontraba Theo, Eva lo había llamado para que convenciera a su hermana para darle una bienvenida a Aiden. Sinceramente ese pobre diablo no le interesaba en lo absoluto, a él lo que le importaba era la fiesta, ver a mujeres guapas y estupendas bailando en el tubo, para observar sus lindos y perfectos cuerpos exóticos.

Theo salió del pequeño cártel que gobernaba, no era tan increíble como el de su hermana. Por errores irreversibles estaba a punto de ser historia.

A pesar de que le gustaban muchas mujeres, tenía un crush imposible. Chiara Hill pero para su mala suerte, era una policía al mando de los casos de narcotráfico en Miami. Theo no podía evitarlo, le encantaba esa mujer, era tan inalcanzable, no se parecía en nada a sus gustos de siempre, tan exóticos y con cuerpos exuberantes.

Ella era totalmente elegante, era alta y tenía el cabello castaño claro. Y su pelo lo volvía loco. Ni hablar de sus ojos color avellana que cada vez que lo arrestaba, se derretía en ellos. Él era un masoquista, porque siempre intentaba dejar algún rastro para que ella lo esposara y así poder admirar su belleza un par de horas.

Cuando llegó a KARMA fue directo al escritorio de Skylar. Abrió la puerta como si se tratara de su propia habitación, sin ni una pizca de respeto.

—¿No te enseñaron a tocar la puerta? —Skylar preguntó sin mirarlo, mientras escribía en su computadora

—¡Pero que buen humor tenemos hoy hermanita! — exclamó con cinismo y cerró la puerta.

—Ya sé a qué viniste... —lo miró de reojo—, y la respuesta es no —dijo sin ninguna expresión en su rostro.

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⏰ Última actualización: Mar 02, 2023 ⏰

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