Sinceridad

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— ¿Mayor o menor, cariño?— Preguntó, para sorpresa de todos, una entonada Natasha. Al parecer ese licor Asgardiano era tan fuerte como para, con tan sólo unas gotas, dejarla en ese estado.

— Mayor...— Le respondió un avergonzado James, que a pesar de sentirse así la tomaba con fuerza de la cintura.

Romanoff volteó la carta y sonrió de manera triunfante al ver el resultado.— Más suerte para la próxima amor, hubiera disfrutado de hacer el reto que me dieras.— Le dijo haciendo gala de toda su sensualidad, y pasándole el vaso para que cumpla su parte.

Ya hacía unos cuantos minutos que estaban jugando y la estaban pasando de maravilla. Sólo podían reírse de los absurdos retos que se ponían y embriagarse cada vez más y más. El único que no parecía pasarla del todo bien era Steve, que hasta ahora lo único que había hecho era beber y lanzarles miradas llenas de rencor a Stephen y Peter por estar tan cómodamente sentados junto a Tony y hasta darse el lujo de abrazarlo y toquetearlo. Lo peor de todo, según él, es que Stark no hacía nada por detenerlos, resopló frustrado preguntándose cuanto tiempo más aguantaría esa situación.

Volvió a beber de su vaso aunque no era su turno, notando que era el último trago de lo que le había dado Thor. No sabía si agradecer o no que ese licor sí le hiciera efecto, tenía todas sus emociones a flor de piel, más que de costumbre y la sensación de la ebriedad lo desconcertaba, molestándose por no tener completo control de sus facultades.

— Thor... ¿tienes más?— Aún así quería seguir bebiendo, pensaba que tal vez si se emborrachaba más nublaría sus celos, o eso creía él.

— P-Por supuesto amigo.— Habló con dificultad el heredero al trono de Asgard, quien no podía dejar de reír, aún se encontraba sorprendido de lo gracioso que podía ser Loki cuando se lo proponía.— Aquí tienes.— Le sirvió un poco más en el mismo vaso hasta dejarlo lleno.

— Gracias.— Soltó simplemente hasta que notó que llegaba su turno. Internamente deseó poder ganar para decirle a Quill que su reto era desaparecer en el espacio. Se preguntó que había pasado en el turno de Tony o Strange, pero al pasar al suyo tan rápido supuso que sólo bebieron.

— ¿Mayor o menor Cap?— Habló con inocencia el guardián, sin percatarse del odio en los ojos azules.

— Menor.— Respondió, viendo como Strange se levantaba de su asiento, alegando que iba a dejarlos pues estaba muy cansado. Después de varios reproches por parte del grupo, exceptuándolo a él por supuesto, se retiró a una de las habitaciones.

— Vaya... ganaste Cap, ¿tu reto?

Quill se estremeció de terror al ver la siniestra sonrisa en los labios del Capitán América. Eso no se lo había esperado él ni nadie. Encontrar esa a clase de expresión era más factible en Loki, Tony o Natasha, pero nunca en él.

Steve pensó en las posibilidades, muchas cosas divertidas para él, lamentables o aterradoras para Peter, pero al ver que en aquel sillón sólo quedaban Tony y el líder de los guardianes, se inclinó por la simpleza.

— Cámbiame el lugar.  

— ¿Qué?

— ¿En serio Cap?, ¿después de ese suspenso sólo eso?— Vociferó Clint, quien estaba medio tirado sobre Bruce.

Y Banner allí mismo le dio un pequeño golpe, a pesar de también estar bebido había notado la increíble tensión de Steve toda la noche, y el doctor estaba muy seguro del porque era.

— ¿Sólo eso quieres?, ¿mi lugar?

— Así es.

«No hagas que me arrepienta», pensó para sus adentros el soldado.

¿ℙ𝕦𝕖𝕕𝕖 𝕖𝕝 ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕒𝕟 ℝ𝕠𝕘𝕖𝕣𝕤 𝕖𝕞𝕓𝕣𝕚𝕒𝕘𝕒𝕣𝕤𝕖? >>>𝒔𝒕𝒐𝒏𝒚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora