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Llego al punto de hacerme mal a mi mismo por la inseguridad.

Cuando un momento tenso está frente a mi,no logro reaccionar, y pasa así con casi todas las situaciones.
Llegue al punto de tener que escribir en un cuaderno lo que pienso para no llorar frente a la gente, aún que llorar signifique descargarme por unos momentos.

Llegué al punto de aferrarme a una persona que no conocía solo porque me ofreció un poco de atención, terminé por confundir cortesía con amor, llevandome a recurrir a esa persona en momentos de soledad y ansiedad, momentos de felicidad momentánea, tanto como momentos de bienestar emocional.

El tiempo  sin tener contacto con esa persona me hizo darme cuenta de que cuando me siento feliz o triste, con mucha tensión o neutro, suelto a la nada lo que alguna vez pude decirle a esa persona, me deje llevar por un sentimiento nuevo que creí, era una nueva oportunidad para comenzar, pero resultó simplemente atracción física.

O eso es lo que me dijeron, cuando esa persona llego a interesarme más haya de su apariencia, supuse que no era solo el momento.

Pero a la vez si, me mantuve firme ante ese sentimiento sin pensar en si me hacía bien o no, me sentía a gusto con lo que yo suponía, "futura compañía" y disfrutaba esa idea.

En el momento en que note como las relaciones que incluían aprecio hacia otra persona de mi parte quise alejarme, pero ya era tarde.

Ya estaba aferrado a una presencia inexistente

4:29
Lunes,1 de octubre

Hi lonelinessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora