O1 * Un mal día, y resucitar a Michael Jackson.

392 33 6
                                    

 — ¡Apurate Cassie, llegaremos tarde! —poco después de oir esa voz, que sonava desesperada, algo duro se estampó en mi hermosa cara. 

Admito que yo nunca he sido madrugadora, pero tampoco es para tirarme un libro en la cara. 

— ¡Lauren, carajo, me diste en toda mi preciosa cara! —grité tocándome suavemente mi rostro, ya no tan perfecto. 

Lauren es una persona malvada, mi mejor amiga ha sido criada por el demonio... 

— Nunca funciona cuando te tiro un cojín, tenía que probar con un libro. —alzó sus hombros de forma incocente—. Ahora levantate señorita. 

Mal nacida, Hija del demonio, y muchos insultos más estaban dedicados a Lauren Patcher. 

Al fin y al cabo, no quería cargar con una falta en mi súper lista, que consta con miles y miles de faltas. Si cargaba con otra ya habría consecuencias, o por lo menos eso dijo la profesora de matemáticas. Me puse mi camiseta de Nirvana que me regaló mi hermano aun que no me gustaba Nirvana. Y mis pantalones algo ajustados y desgastados, me casaría con ellos. Mis converse también algo desgastadas y me hice una coleta alta, ya que me daba pereza peinarme. 

Intenté tapar mis ojeras con un poco de maquillaje y me puse rimel, lista. Tampoco me maquillo mucho que se diga. 

— Agh, ¡Te voy a matar Lauren! —le grité desde la entrada. 

— ¡Ya voy! —gritó ella de vuelta sonando apurada. 

Odio cuando Lauren me despierta apurada diciendo que llegaremos tarde y luego la tengo que esperar. Típico de Lauren. 

— ¡La próxima vez que tardes tanto me voy sin ti! 

— ¡Pero si te llevo yo a ti en mi coche! 

Vale, eso era cierto, yo no tenía carnet y Lauren era mi taxista, pero si hacia falta le robaba el coche ese que es una chatarrita, nuestra pequeña chatarrita. 

— Ya estoy lista. —dijo agarrando las llaves del coche y de la casa. 

— Tardas demasiaaado. —gruñí mientras ella abría la puerta con las llaves. 

— Deja de quejarte, y camina. 

Lauren siempre odia que me queje de lo mucho que tarda. Pero ¡Encima de que estaba soñando con que conocía a Michael Jackson que revivió gracias a mi, ella va y me despierta, para luego tener que esperarla yo! 

Mala, Lauren, mala, eso no se hace. 

— Estaba soñando con Michael Jackson, y tú vas y me despiertas. ¡Eso no se hace! —le dije mientras caminavamos hacia la chatarrita. 

— ¿Cuando dejarás de soñar lo mismo? Nunca lo conocerás, está muerto Cassie, ¡Muerto! —dijo abriendo el coche, luego entramos, yo de copiloto, obvio. 

— Pero revivirá gracias a mi. —alcé las cejas y ella negó con la cabeza y murmuró ''esta no tiene remedio''. 

Me puse el cinturón, para que vean que cumplo las reglas. Y Lauren arrancó y comenzó a conducir por las calles de Indianápolis. Abrí la ventana y deje que el viento acariciara mi rostro, que estaba algo rojo por el golpe del libro, por si no lo había dicho. 

— ¿Que hacen esos? —susurró Lauren parando el coche. 

Los del coche de delante estaban parados en mitad de la calle, mientras se estaban enrollando o lo que fuera eso. Hice una mueca de asco. 

— ¡Pítales! —le dije a Lauren, pero ella no me hizo caso. 

Me desaté el cinturón y toqué el claxon. 

Cazando al Idiota.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora