O2 * Un completo idiota y Palomitas.

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Estaba a punto de comer mis preciados espagueti cuando alguien me interrumpió. 

Alcé la mirada topandome con aquellos ojos marrones, y aquel rostro suyo...tan Idiota. 

Rodé los ojos. 

¡Carajete, yo solo quiero comer tranquila! 

— No. —dije con la boca llena de mis amados. 

Suspiré, un suspiro de: Uhm, que ricos están estos espagueti, gracias Gloria... -Gloria es la cocinera-

El rió y aun que yo le hubiera dicho que no quería que se sentara, se sentó. 

Gruñí con fastidio. 

— Dije que no, ¿Tan poco cerebro tienes que no captaste que no te quiero a mi lado? —alcé las cejas.

Estaba de mal humor, ese día era un mal día... 

— ¿Sabes que? No me importa. —sonrió irónico y comió de sus espagueti. 

Gruñí y lo ignoré, comiendo/devorando mis amiguitos. 

— Tus espagueti tienen mejor pinta. —me dijo el chico. 

— Por que Gloria me quiere. —dije sonriendo victoriosa. 

Gloria me daba siempre la mejor comida, ella me amaba como a una nieta, y yo la amaba a ella como una abuela y también amaba su comida. Y fin. 

Rov rió.

— ¿Sabes? Ayer gané un partido. —dijo con una mirada seductora.

Fruncí el ceño y seguí comiendo, mientras el no paraba de hablarme de que debería haberlo visto, de que ganó un trofeo, de que se quitó la camisera y todas las chicas gritaron y más cosas sobre el. 

— ¿Puedes callarte? Me estás estresando y aburriendo. —dije. 

Por poco me daba dolor de cabeza.

El chico apretó su mandíbula. Por lo visto lo solía hacer cuando estaba molesto. 

— A mi nadie me hace callar. —y gruñó. 

Yo reí. 

— Yo te hice callar, amiguete. —le guiñé un ojo divertida, como suelo hacer cuando dejo mal a alguien. 

— ¿Quién te crees que eres? 

Parecía alterado. 

— ¿Enserio? ¿Sabes, deberías preguntarte, quien crees que eres tú? Vienes aquí a molestarme hablando sobre ti. Me da igual tú vida, me da igual tú físico, me da igual todo lo que tenga que ver contigo. Por que te crees perfecto, y me das asco. —dije en toda su cara, manteniendome tranquila. 

Sabía que todos nos miraban y murmuraban sobre nosotros. 

— Soy alguien, cuando tú no eres nadie. Nadie te conoce. Nadie te invita a ningún sitio. Te la pasas sola, y cuando alguien viene a hacerte compañía eres una maleducada. —se levantó aún apretando la mandíbula. 

Todo el mundo nos escuchaba, habíamos comenzado a alzar la voz. 

— ¿Sabes lo que me diferencia de los demás? Que me da igual lo que digas y lo que pienses de mi. Que me pareces un idiota. Y que me das pena por que solo eres una cara guapa, y cuando ya no tengas esa cara guapa, estarás solo. —dije. 

Todo el mundo comenzó a hacer un sonido de sorpresa. 

Rov apretó los dientes y salió de la cafetería dando un portazo y completamente enfadado. 

Cazando al Idiota.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora