No camines en la oscuridad; Junhao.

Cinco.

Aproximadamente media hora más tarde, Minghao finalmente tuvo las agallas de salir del baño y enfrentar a Junhui nuevamente. Había pasado sólo diez minutos haciendo la ducha real y los restantes veinte minutos fueron de él debatiendo entre no salir del baño y pasar el resto de su vida dentro de él.

Ahora vestido y con su toalla sobre los hombros, descuidadamente Minghao estaba de pie frente a la puerta del baño. Tenía una mano en el pomo de la puerta, pero no estaba del todo listo para salir del baño. El chico pelinegro estaba tan confundido y sus pensamientos se volvieron locos mientras trataba de descifrar qué había sucedido exactamente antes. ¿Qué hice para que Junhui sea tan distante? ¿Fue algo que dije? ¿O realmente apesto tanto?

Sólo para estar seguro, Minghao olfateó su nueva camisa pero no olió nada fuera de lo normal. Por otra parte, ¿Junhui ge no dijo que sólo los vampiros podían oler este tipo de cosas?

Tomando una respiración profunda para calmarse y calmar sus nervios, Minghao finalmente abrió la puerta del baño y dio un paso afuera. Casi de inmediato, sus ojos se fijaron en Junhui, quien estaba sentado en el piso de la cocina con la puerta del refrigerador abierta.

"¿Junhui ge?" Espetó Minghao sorprendido y la cabeza del vampiro se alzó en un instante gracias a su voz. Sus pupilas estaban llenas de lujuria y respiraba demacrado.

Sin querer, Minghao dejó escapar un silencioso grito de sorpresa cuando vio los colmillos extendidos de Junhui, que se hicieron más evidentes por la luz artificial del refrigerador que lo golpeaba y le daba una apariencia extremadamente extraña. Junto con el rostro inusualmente pálido de Junhui y sus rasgos apretados, Minghao no pudo evitar pensar que esto era lo más cerca que había visto al mayor parecerse a un vampiro típico.

Con las manos apretadas en dos puños apretados, Junhui parecía dolido cuando susurró suavemente el nombre del chico más joven, "Minghao".

En ese momento, todo encajó en su lugar: la repentina actitud distante de Junhui hacia Minghao, que no respiraba a su alrededor, su extremo cuidado en no tocar al chico más joven, y Minghao sintió que se tensaba de aprensión. Se quedó plantado en la entrada del baño, sin atreverse a moverse ni un centímetro, más o menos lejos del tenso Junhui.

Un silencio incómodo se apoderó de la cocina, con los únicos sonidos que eran la pesada y errática respiración de Junhui. Estaba encorvado, con las piernas pegadas al pecho y el cuerpo tenso como una banda de goma estirada. Pero fueron sus rasgos faciales doloridos los que le sacaron las palabras de la boca a Minghao, rompiendo la quietud.

"¿Estás ... estás bien, Junhui ge?" Preguntó cautelosamente Minghao, su voz más firme de lo que esperaba de sí mismo. Una vez que las palabras salieron de sus labios, Minghao inmediatamente se golpeó mentalmente. Por supuesto, ¡él no está bien! ¿Incluso se ve bien?

Como si pudiera leer los pensamientos de Minghao, Junhui le dedicó una débil sonrisa de diversión mientras respondía consoladoramente. "Estaré bien".

Lo que significa que no estás bien. Con los ojos muy abiertos, Minghao miró a Junhui, sintiéndose bastante incrédulo ante su descarada mentira. Todavía no podía creer que el vampiro estuviera tratando de cargar con todo por sí mismo en un cruce como este cuando definitivamente estaba en busca de ayuda.

"No lo creo." El pelinegro respondió en respuesta, bastante acaloradamente, antes de que la preocupación llenara sus ojos. Su mano instintivamente se levantó mientras caminaba hacia el chico de cabello castaño. "Junhui ge, ¿qué puedo hacer para ayudarte ?"

"¡Alto!" Ordenó Junhui, su voz débil pero aún latiendo con autoridad natural. Casi instantáneamente, Minghao se congeló en el lugar con las manos torpemente levantadas mientras se detenía a medio alcance para alcanzar al otro chico. No estaba seguro  sobre qué había hecho mal, pero la orden de Junhui era demasiado asertiva como para ignorarla.