→Chapter Two→

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—No puedo dejarlo.—Musito la mujer mientras colocaba su cara en aquella mesa de la cafetería. Era una simple, así que no había casi gente.

—Pero. . .— La miro un hombre de cabello largo y de flequillo extraño.— Paul, debes ayudarle con eso.

Este solo rodó su ojo mientras seguía leyendo aquel periódico que tenia en sus manos. Estaba leyendo todo lo que había pasado en aquel país. Donde también avisaba que las guerras continuaban y fluían más.

—Dejala quieta. Que haga lo que quiera con su vida.— Le dio la vuelta al periódico y con su ojo la miro a ella. Esta se intimido de una.—Si ella quiere seguir con eso. Que siga.

El otro solo se quejo por aquello. Pero ella solo lo miro con culpa, sabia que al de la venda del ojo, no le había gustado aquello.

—Pero, sabes bien que no confió en el británico.— Bufo el de cabellera larga nuevamente. Esa situación no le agradaba, para nada. No era que no le desagradara el británico pero, eso era diferente porque se estaba metiendo con su pequeña cadete.—¡Eres muy joven!

—¡Ya soy una adulta!— Infló sus mofletes convirtiéndose como dos jugosos tomates, mientras se cruzaba de brazos y hacia pucheros en su lugar.

—¡Aun soy tu mayor!—Pero antes de que ambos siguieran hubo un sonido seco de algo caído o de un objeto impactado contra la mesa. Se trataba del de cejas gruesas y peludas, con un semblante no muy amigable.

—¡Basta de una buena vez!— Ambos tragaron en seco.—Jefe en general de armamentos, ya esta bueno de que se meta en la vida de la soldado ___, aunque también me preocupa es su vida. No podemos hacer nada.— El de cabellos largos y perteneciente del nombre; Patryck, solo bufo y suspiro diciendo un "Esa no era mi intención" pero lo atención del de cejas pobladas se fue hacia la chica.—Si te hace algún daño, no te olvides que nos tienes a nosotros para ayudarte a despedazarlo si es necesario.

Ella solo formo una pequeña, sutil y nerviosa sonrisa. Mientras se rascaba leve su mejilla. Mirando muy nerviosa a su superior.—C-claro. . .

—No te pases Paul.— La chica suspiro muy aliviada ya que el polaco había entendido que no debían de meterse con. . .—Destrozarlo no cuenta. Es mejor cortarlo en pedazos y mandarlos al lugar más insólito del mundo.

Una gota resbalo por su frente. De verdad que ella no sabia el porque debía confiar en aquellos dos, sí estaban peor que el británico.

—Quien los entiende.— Quejosa, anuncio leve para luego levantarse de su puesto y recibir ambas miradas de aquellos que eran de un rango superior al de ella.—Disculpen, pero ya es tarde. Debo ir por mi armamento y a la sala de practicas.

—Eso me sonó a "Me largo porque tengo que encontrarme con mi príncipe no príncipe azul sin ojos" ¿O me equivoco?— Dio una carcajada por el rostro sombrío de la chica. Adoraba hacerla enojar y bastante, aunque, admitía que sus golpes no eran lo mas adorable del mundo. En cierta forma, tenia la mano pesada. —Vamos Paul, ríe conmigo.

—Yo si fuera tu, miraría a la chica.— Alzó una ceja confundido por aquello pero de la nada todo se volvió mareo y oscuro. Nuevamente iría a la enfermería en ese día.—____, 5 y Pat, 0.

—♥—

—¡Lo siento por llegar tarde!— Avisaba al fin llegando en aquel lugar algo alejado de la armada. Ya que si estaban en ella algo cerca, tenían que recibir castigo. Raro pero cierto.—Debía terminar de pasar las horas de ayuda comunitaria con el superior Patryck.

Chasqueo la lengua para luego dirigir esa tan extraña mirada verde digitalizada hacia ella. Se acerco lento algo abrumado. Ese día no había sido el mejor para el británico.

—La próxima deberé hablar seriamente y en persona con el.— La agarro firmemente por la cintura apoyándolo a su cuerpo. Está soltó un pequeño Respingo, asustada por aquel tan repentino movimiento. Sintió su risa tan cerca que su cuerpo se estremeció, como siempre hacia con ese hombre tan cerca de ella.

Su respiración se agito al sentir como movía sutilmente su mano por toda su espalda. Dándole un toque algo intimo y pegándola más, terminando sobre su nuca ajuntandola más a el y sintiendo sus respiraciones chocar.

Ella sabia que en cualquier momento pegaría sus labios pero solo recibió una sonrisa algo cínica, para luego escuchar su risa algo ronca y seductora.

—Adoro cuando estas hecha para quedar perfectamente entre mis brazos.— Ella trago en seco, intentando controlar su respiración descontrolada.—¿Nerviosa?

—P-para nada. — Intento ser firme. Con algo de miedo lo separo leve entre su mano sobre su pecho. Dejándole un poco de espacio personal.— Solo me tomaste por sorpresa, es todo.

Su sonrisa no desaparecía de aquel rostro blanquecino. Aquellos lentes que reflejaban sus ojos digitales se le veían muy interesados en algo más. Queriendo más de ella.

—Sabes que no puedo resistirme al estar contigo.— Admitía en su oído, haciendo que cada palabra, ella lo escuchara lentamente con aquella voz ronca que le hizo erizar todos los cabellos de sus manos. Una corriente se postro en su columna vertebral. Nuevamente su corazón se acelero. — Desdé que te tuve en mis brazos, ya no puedo arrancarme el sabor y la sensación de tu piel con la mía.____, te necesito.

—T-Thomas. . . Que cosas dices.— Intento evadir su mirada moviéndola hacia el otro lado, mirando como la armada estaba a unos cuantos metros. Pero su rostro fue obligado a verlo nuevamente.

—Todo lo que te digo, es la pura verdad.— Ella parpadeo varias veces, intentando no perderse en aquellos lentes. Que extrañamente la estaban hipnotizando.— No lo resisto.

Y sin darse cuenta, ya la había aprisionado en sus brazos. Sin escapatoria alguna, mientras sus labios ahora estaban saboreando los bruscos pero dulces labios del contrario. Aveces podría ser duró al besarla, pero estos tenían un cierto toque de ternura. Haciendo que su cuerpo se sintiera en otro mundo. Su ser estaba experimentando otras sensaciones. Sensaciones que no conocía con nadie más que con aquel Soldado superior y hasta mayor que ella. . . Pero aveces lo prohibido es muy tentador.

Cuando la había soltado sus saliva de entrelazaban entre si, haciendo que cuando se separaron se despegara.

El le acaricio la mejilla con sutileza.—Vallamos a un lugar más cerrado. . .

Ella no pudo resistirse más, porque ahora la había vuelto adicta ha sus besos y roces embriagadores.

Continuara.—

Empecé a jugar los juegos del hambre. Jsjs.

—Primera historia de ¿8? Actualizada.

—Espero les guste este pequeño libro que sera de pocos capítulos, ñejejeje.







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⏰ Última actualización: Nov 07, 2018 ⏰

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