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Era Lunes por la tarde, mamá me había prohibido ir a la fiesta.

“Recién vuelves de tu expulsión y ya quieres andar en fiesta y fiesta, pendeja”. Esas fueron sus palabras.

Luego, recurrimos al plan dos: Que Sophie se lo pida. De cualquier forma, no aceptó.

“Mija, esa niña es una vaga. Ese cuarto suyo parece selva, no puede. Para la próxima”. Esa fue su respuesta. Su gran respuesta.

Ahora, estoy tirada en el piso de mi cuarto, que no he arreglado, mientras miro como mi hermano me muestra fotos de unas chicas.

Sus candidatas para ser su novia.

—¿Y esta qué tal? —preguntó, enseñándome a una rubia de piernas largas y con cara de mala.

—Tiene cara de chupa-dinero.

—Tal vez no sepa que tengo dinero —murmuró, mirando la foto.

—¿No? —pregunté, incrédula— Primero: Tu apellido es Lambert. Segundo: Tu carro lo delataría y tres: Tu reloj y forma de vestir, también. Tal vez piense que tienes dinero o que eres uno de esos tipos que quieren tener todo caro pero que tienen deudas por todos lados.

—Tienes razón… —susurró—, debería haber una aplicación donde se pueda conocer chicas y así.

—Ya la hay —dije, mientras me rascaba el ombligo y notaba que tenía una pelusa dentro.

Debería bañarme.

—Esa es la pelusa más grande y asquerosa que he visto —dijo Max con asco—. Y creo que me descargaré esa aplicación. Ay, lo que hace uno por no quedar en la soledad.

—Si, deberíamos enmarcarla… ¡Kate! —grité y esperé a que Kate apareciera.

—¿Ahora con qué vas a joder a esa pobre niña?

—¡Pero si nunca la jodo! —me excusé.

—Ya… —Murmuró Max y se levantó mientras caminaba hacia la puerta de mi habitación, se apoyó en esta y susurró de forma confidente:—, la ventana de mi habitación estará abierta —me guiñó un ojo y salió de mi habitación.

—¡Es por eso que te amo! —grité.

Sonreí y escribí en el grupo más increíble del mundo:

Diego y sus Garrapatas.

Ela: Adivinen a quién dejaron ir a la fiesta? :D

Diego: ¿¿A ti??😱

Sam: MI ESPOSO ESTA HACIENDO UN DIRECTO POR INSTAGRAM.

Sophie está escribiendo.

Ela: No, a mi no. Sam, eres una acosadora.

Diego: Tons, ¿pa’ que escribes?

Sophie esta escribiendo.

Sam: ¿Qué tiro con la sOpHiE?

Ela: Max me dijo que me escape.

Sophie: Ola k ase.

Sam: ;-;

Diego: ;-;

Ela: Ola de maaaaarrrr.

Sophie: Hermanos vergas.

Ela: Zi.

Diego: Entonces, ¿Dónde te esperamos?

Ela: Dos casas después de la mia.
Sophie: Okay.

Sam: Okoko.

Diego: Ok❤.

Dejé mi teléfono, pero antes vi la hora. Si, es una buena hora para bañarme.
Volví a llamar a Kate, pero esta no apareció y la maldije junto a sus hijos.

Estúpida niña, solo la había llamado unas ocho veces y ya no me puede ayudar. Que vaga.

Me acerqué a la puerta de mi cuarto y grité:

—¡Mamá! ¡Me voy a bañar!

—¡Que milagro! —grito esta de vuelta.

Cerré la puerta de mi cuarto y comencé a buscar ropa para luego bañarme. Hora de lucir este cuerpecito.


Ya había terminado de comer y estaba en mi cuarto poniendo las almohadas bajo las sabanas para que se vea como mi silueta.

Un clásico.

Ladee un poco mi cabeza  examinando la forma que había hecho y negué con mi cabeza.

Mucho culo para ser yo.

Puse una almohada más pequeña y luego una manta súper que pequeña que solía usar de bebé y mi culo quedó perfecto. Me palmee el hombro con orgullo. Suspiré y me di un último repaso en el espejo. No me veía mal.

Agarré mi celular y vi que tenía un mensaje de Diego diciéndome que ya estaban cerca. Guardé mi teléfono en mi bolsillo trasero y apoyé la oreja en la puerta al escuchar pasos.

—¿Crees que deberíamos decírselo? —murmuró la voz de mi padre.

Okay, esto es extraño…

—Todavía no, esperemos un poco más. Esa noticia puede ser… fuerte para ella —respondió la voz de mi madre y yo fruncí mi ceño mientras apagaba la luz.

¿Noticia? ¿Qué noticia?

¿Acaso hablaban de mí? ¿Por qué siempre pasan estas cosas?

Esperé unos minutos para que ambos entren a su habitación. Abrí la puerta con la mayor delicadeza que mi cuerpo bruto pudo dar, y caminé de puntillas hacia la habitación de Max.

De puntillas nadie te escucha ¡Eres una malita ninja, Ela!

Seguí moviéndome como profesional hacia la puerta que cada vez estaba más cerca, hasta que me detuve al escuchar unos sollozos.

La habitación de Kate.

Mi sentido se activó y mi cabeza dio un giro sorprendente hacia su puerta.

La elección del 1 o del 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora