Capitulo 1

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Destinos cruzados

"Y el yo es la parte de equilibrio del individuo-el timbre de salida suena mientras el profesor explica, todos se levantaron esperando su autorización para irse- bien, salgan"

El profesor de psicología se dirigió a mi, y me entregó unas cuantas hojas

"Estas son las notas de el examen pasado, entregalas a los que faltaron hoy"- me dijo mientras recogía sus cosas, yo me dispuse a salir mientras les daba una ojeada

Los pasillos estaban vacio, los primeros días de clases el colegio parecía embrujado, iba sólo un 30% del alumnado, eso lo hacia un poco más fácil para mi por lo menos, que aún me adaptaba, y era muy conveniente porque los profesores esperaban a la siguiente semana para que se normalizara la asistencia, así que generalmente salíamos antes.

Ese día en especial salimos 1 hora antes, y por suerte para mi, Antonia ya estaba afuera, temprano ese mismo día, me había dicho que la acompañaría a la pequeña plaza cercana al colegio a encontrarnos con un amigo suyo, no había prestado mucha atención al nombre del chico, porque solo lo había visto unas dos o tres veces en encuentros en común, así que acompañarla no fue algo especial.

De camino allí Antonia me contaba sobre su problemático ex novio, Eduardo, el cual cada vez me parecía más y más pesado, él la buscaba cuando le convenía hacerlo, y ella estaba lo suficientemente enamorada como para aceptarlo cada vez, muchas veces había tratado de hacerla entender porque en muchos aspectos eso estaba mal, pero Antonia lo quería demasiado, y Eduardo lo sabia, y precisamente por eso se aprovechaba. Sin embargo es mi amiga, así que después de un tiempo aprendí a aceptar que ella tomara las riendas de su vida cuando creyera conveniente, siempre aclarándole que tras cada decisión yo estaría ahí dándole todo mi apoyo y ayudándola a afrontar lo que hiciera falta.

Ni siquiera me fijé en cuanto llegamos a la plaza, Antonia simplemente entró toda confiada, dejandome un poco atrás, sentado hablando con otros chicos estaba su amigo, Julio, Julian, Jales, su nombre era algo parecido, lo había visto una vez con Eduardo, mientras yo hablaba con Antonia. Cuando nos vió se levantó y se acercó a nosotras, nos sentamos todos juntos en cuanto nos alcanzó y comenzamos a hablar, yo al ser tan tímida con las personas nuevas, hablaba más con Antonia, no tuve mucho contacto con el chico ese día, más que un par de palabras, pero había algo en él que me resultó interesante, pese a que no me quedara muy claro que

Su nombre resultó ser Jules, era de origen francés, por eso me resultaba tan difícil recordarlo. Por alguna razón, ese día por la noche, antes de dormir, el encuentro con él rondaba en mi cabeza, decidí no darle mucha importancia y traté de desviar mi mente pensando en todo lo que debía estudiar para mi examen de psicología el lunes

Pasados unos tres días, empezaba la semana, las clases habían transcurrido igual que con anterioridad, aunque ya no salíamos antes de la hora, teníamos el tiempo del almuerzo libre, ahí Antonia y yo nos sentábamos a hablar, generalmente en los jardines del colegio.

"Tengo un amigo, al cual le interesas"- soltó de repente

"¿Si? ¿a quien"- pregunté un poco sorprendida, luego de analizar un segundo su espontánea revelación, si embargo, ya imaginando cual seria la respuesta

"Jules, al que conociste hace unos días- contestó con serenidad, analizando mi reacción con la mirada- yo le dije que tú no estarías interesada, pero el insistió"

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