Caminos Cruzados

Capítulo 2

Sobrellevar 

Llevaba alrededor de una semana insistiendole a mi papá para que me llevara con mi hermana, que vivía en una ciudad a un par de horas de la mía. Él vivía y trabaja en otro lugar bastante alejado de casa, por tanto lo veíamos a veces hasta una vez al mes, siempre se encontraba demasiado ocupado, así que venía un día y se iba al siguiente, sin embargo para mi fortuna mi cumpleaños numero 15 había ocurrido un par de meses atrás, así que utilicé eso como pretexto para incentivarlo a venir

La ausencia de mi padre me ha afectado un poco inconscientemente tal vez, pero si se dio el caso, pocas veces se hizo presente. Para mi era una figura de autoridad, pero jamas me consideré una hija consentida, o una "hijita de papi" solo lo llamaba papá y lo trataba con el respeto adecuado, pero más allá de eso nunca habíamos tenido un lazo fuerte, o algo en común que verdaderamente nos uniera. Después de todo, desde pequeña mi peculiar manera de ver el mundo me había distanciado poco a poco de mi familia, hasta que llegó un punto en el que me consideré la oveja negra, la marginada por todos, desde que tengo memoria ha sido así, y creo que todos están totalmente de acuerdo con ello, aunque lo callen

Mismo caso había sido siempre con mi madre, aunque un poco más elevado, ya que al convivir a diario con ella los choques se volvían constantes, a veces incluso tornándose en discusiones, creo que la ausencia de papá era a ella a quien más le afectaba, aunque no lo dijera, se notaba. Siempre que él se iba, ese mismo día, ella se la pasaba de mal humor y se lo expresaba a cualquiera que se encontrara alrededor

Mi hermana, Silvia, es de las pocas personas que trataba de comprenderme, de las más racionales en mi familia, siempre buscando un punto en común en medio de cualquier conflicto. Me lleva tan solo tres años pero compartimos una conexión que hace parecer como si no hubiera ninguna diferencia en cuanto a de madurez de trata, por eso compenetrabamos tan bien, me encantaba ir a visitarla y pasar tiempo con ella, más allá de las peleas comunes entre hermanas, era como estar con mi mejor amiga

Por otro lado estaba mi hermanita pequeña, Laura, ella siempre había sido el principal enfoque de mi mamá, con la justificación de que era la menor y requería más atención, y la niña consentida de mi papá, pese a que ambos intentaban que el trato fuera justo con las tres, la diferencia se notaba gradualmente, y a veces sentía que con los años, iba en aumento

Silvia, Antonia y  Alison eran las únicas personas con las que podía sentirme verdaderamente cómoda, por eso amaba visitar a Silvia, ahí podía encontrarme a mi misma sin nadie alrededor que quisiera cambiarme.

Esperé exactamente 8 días, hasta que mi papá por fin pudo venir, ya había organizado todas mis cosas desde el día anterior, así que a la mañana siguiente, tan temprano que apenas y estaba amaneciendo, salimos. Las 4 horas que restaban de carretera yo iba terminando de leer Buenos días princesa, mientras mi papá se encontraba en un silencio más que incómodo, cuando terminé el libro, a mitad de camino más o menos, empecé a hacer preguntas triviales como "¿por qué hay carteles al llegar a cada ciudad?" o "¿Por que ese pueblo se llama de esa forma?", solo para matar el tiempo, y el silencio.

Para mi beneficio, sus respuestas eran largas y me llevaban a alguna pregunta de mayor profundidad, así que el camino se tornó mucho más corto, y antes de darme cuenta, por fin habíamos llegado

Al llegar, me dejó con mi hermana, junto con algo de dinero, y se fue alegando que tenia muchas cosas que hacer, apenas si alcanzó a saludar a Silvia

Con ayuda de mi hermana entré cargando mis maletas con mis cosas y fui directamente a dejarlas a su cuarto. Ella se encontraba viviendo en una casa con habitaciones en alquiler, debido a ello estaríamos un poco apretadas porque compartíriamos su cuarto, pero me quedaría tan solo unos cuantos días y ella tenia clases en la universidad, así que no estaba mucho en casa, la incomodidad de esa manera era minúscula