Maratón 2/3 Últimos capítulos

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Iba caminando por detrás del recinto de la competencia cuando veo a un chico parecido a Erick sentado en un banco. Fui y me senté al lado suyo, estaba sentado sujetándose las rodillas y con la cabeza agachada

En el lado de Erick

Cuando anunciaron que la academia de Angy había ganado, me puso muy contento, vi como lo celebraba con sus compañeros y lo feliz que estaba.

Fui con los chicos a la puerta para esperar a que saliera y darla un abrazo, cuando la veo abrazándose con Sebas, eso me puso celoso, sé que somos amigos, pero ver aquello no me gustó, así que decidí ir a tomar el aire, necesitaba salir de ahí

Iba caminando y me encontré un banco, me senté y no pude evitar que algunas lágrimas cayeran por mis ojos. Saber que no va a estar más a mi lado como a mí me gustaría me duele mucho

De repente, siento que alguien se sienta a mi lado

-Lo siento, quiero estar solo-dije aún con la cabeza agachada

-¿Tan rápido quieres que me valla?

Enseguida reconocí esa voz, era una voz que jamás olvidaré, era la voz de la persona que me vuelve loco

-Nunca, querré que te vayas de mi lado-dije mirándola a los ojos

-Me alegra oír eso-dijo ella con una sonrisa

-¿No deberías de estar festejando con tus compañeros?

-Prefiero festejar con mi novio

-Pues Sebas no está aquí-dije seco

-Sebas no es mi novio

-¿Qué?- dije confuso

Ella no me dijo nada, solamente me besó y eso fue suficiente

-No entiendo-le dije al separarme

-Erick hable con Valen, me lo contó todo y eres un idiota... -agache la cabeza- El idiota al que amo y no he podido olvidar por más que lo he intentado-dijo con una sonrisa

-¿No estás enfadada conmigo?-dije confuso

-Al principio sí, pero después lo entendí todo. Soy muy cabezona y por mi culpa tuviste que hacer todo esto, si yo hubiera aceptado irme, tu yo segui...

No la dejé continuar, no necesitaba nada más en este momento que besar esos labios a los que me volví adicto

-Te amo-dijo al separarnos

-No sabes cuánto he echado de menos oír eso

-Y yo decírtelo-dijo para después abrazarme- Además, no te librarás de mi tan fácil-dijo soltando una pequeña risa

-No quiero hacerlo nunca-dije poniendo mi cabeza en su hombro- Te extrañe demasiado

-Y yo a ti, no te imaginas cuánto

Nos abrazamos y ella se tumbó en el banco poniendo su cabeza en mis piernas. Miraba el cielo, y este tenía un color rosado, yo la miraba sonriente mientras que acariciaba su pelo.

Por una Simple FotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora