2.- Tranquilo

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—¿Pasa algo? —Inquirió Steve.

—Nada. —Mintió la espía contemplando los ojos azules hasta el infinito que tenía su amante. Pocas cosas le daban tanta tranquilidad como observarlos, porque eran como dos ventanas hacia el más azul de los cielos, o al más infinito y diáfano mar.

Porque cada vez que Steve la miraba a los ojos, aunque fuese en los entrenamientos despiadados de la chica, ella podía perderse en el azul infinito de su mirada. Y cada vez que él preguntaba al respecto, ella podía mentir sin problemas.

Porque no pasaba nada, salvo ella perdida en el tranquilo azul infinito. 

TexTober... [Romanogers]Where stories live. Discover now