"Te ha pasado tantas veces que simplemente sigues el guión con el corazón en el puño. Los maizales se ven a lo lejos y el sol se pone acariciando la figura de la boca de un busque que parece querer devorarte. Es entonces cuando comienza.
-Te vez guapo hoy-habla la voz infantil a un lado tuyo mientras al ruido de tus pasos se le adjuntan dos más silenciosos como susurros de besos.
-También estas bonita- respondes con una dulzura que no sabías que podías tener, mientras los dedos de entrelazan con los tuyos y las risitas temblorosas son llevadas por el viento sientes que empieza a llover.
-Es hora de volver a casa- aprieta tu mano con el miedo del abandono y tu giras a mirarla, sus ojos azules te hunden en la más infinita tristeza y temes que su largo cabello se enredé con las yerbas del piso- No me dejarás nunca, verdad?".
Y despierto temblando como una hoja al viento, mis manos sudorosas se acercan a la luz de noche que al ser encendida ilumina mi cuarto con levedad. Si cierro los ojos puedo verla, aún puedo verla.
Tomó las pastillas que con mi nombre impresas me hacen sentir más loco de lo que estoy pero luego de un rato todo vuelve a ser brumoso y divertido.
Simplemente hay veces en que las drogas son buenas.
"Te encuentras caminando de nuevo el camino del maizal, sus pies descalzos te dan un sentimiento de picor como sí te los hubieras cortado antes de andar por el terreno arenoso.
Caminas a la boca del bosque que cada vez parece más grande y atemorizante, pero lo haces por ella.
-No me dejes sola, Oli-grita una voz desde las entrañas el bosque, luego todo se convierte en una masa de sollozos incontrolables y aunque quisiste quedarte en la entrada, aunque te temblaban las piernas corriste a buscarla. A ella.
Oliver, grita, Oliver, de nuevo y necesitas taparte los oídos por que duele.
Oliver. Oliver. OLIVER. No me dejes. OLIVER."
-Oliver, cariño despierta-el sueño me sacude fuertemente a la realidad y el cielo anteriormente nublado ahora me recibe con un sol cálido- no me digas que lo haz soñado de vuelta?
Miro a mi madre con confusión, aún puedo escuchar a la niña gritando en mis tímpanos pero pienso en que será mejor para la pobre relación que tiene mi mentalidad conmigo.
-No pasa nada-respondo moviéndome de la cama aún con la voz rasposa del sueño y la pereza. Me mira preocupada haciendo pesar mi corazón, esta pobre mujer ha sufrido ya mucho a mi costa.
-Seguro? Sabes que siempre podemos llamas a la Doctora Silvia por cualquier cosa- empieza a charlatanear nerviosa mientras junta mi ropa del piso. Con un suspiro me levanto y le saco la carga de encima colocándola en el cesto de la ropa.
-Estoy bien mamá, recuerda es sólo una etapa-le susurro de forma conciliadora mientras acaricio sus manos que se mueven nerviosamente. Mirándome por última vez agarra el cesto y tal como llego sale del cuarto en silencio.
-Es un asco- hablo contra la almohada. Tengo sólo 17 años. Diecisiete. Porque a mi. Estoy empezando a dudar de lo que dijo la Doctora Silvia "sólo una etapa", pero algo desde lo más profundo de mi quiere creer que es sólo eso. Una etapa.
Miro el techo y me da la impresión de que se derrite. Sacudo la cabeza ante eso. No estoy loco. Sólo necesito más amigos o algún pasatiempo.
Agarro lo teléfono y busco a Max entre mis contactos.
"Salida está noche?"
"Claro hermano, pero primero debo hacer de kanguro, le entras?"
"Ok"
Dejo el celular tirado en algún lugar de la cama y me deshago. Pasar el tiempo me hará distraerme, creo que eso es lo mejor.
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Circus
ParanormalEntonces las luces cubrieron su rostro, su sonrisa aún infantil y sus manos pequeñas te hicieron sentir cálido mientras enredada sus dedos con los tuyos. "Es hora de ir a casa" Oliver tiene un sueño repetitivo, y sus padres empiezan a preocuparse aú...