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Le costo un poco recobrar la conciencia, pero la oscuridad empezaba despejar su mente. Bufo al descubrir que todo fue un sueño. En vez de estar tranquilo en la mansión Wayne, o el apartamento de Dick, está encerrado en un cuarto rojo, con detalles dorados. La habitación era elegante, con gustos refinados, similares a los que tiene su madre. Muebles estilo similar al victoriano, los elegantes sillones de madera oscura, junto con el diván en la ventana enrejada. La cama era de envidia para cualquiera, doble con sabanas de seda. Pensó que lo llevarían a unas mazmorras, o una jaula, no esperaba que fuera una de oro. Suponía que el dueño trataba de impresionarlo, pero no estaba ni remotamente cerca. Incluso en la liga de asesinos, fuera de los entrenamientos y asesinatos, vivía de manera lujosa, no cambio mucho cuando paso a vivir con su padre.

El tiempo según sus cuentas, solo paso desde que el rubio lo llevo ahí, mínimo 3 días, sin verlo desde entonces. Son cuidadosos con él, demasiado. La comida sale de una plataforma pequeña debajo, con frutas y carne tierna, claro que la desecho esta última porque era vegetariano. Hubiera utilizado los cubiertos como armas o herramientas para escapar, pero son de plástico, y se aseguraban que la comida fuera fácil de ingerir. Barrotes en las ventanas reforzadas, la puerta es de titanio sin los grilletes.

Por mucho que le duela el orgullo, tuvo que aceptar el alimento, claro que hacerle sus respectivas pruebas si tenía algún veneno o sedante. No serviría escapar si tenía el mínimo de fuerzas.

Agradecía un poco la consideración del criminal de darle un baño en su habitación, quitándose las manchas de sangre seca. Aunque la ropa no existía, solo se cubría con un bóxer y una bata de baño. Su uniforme está en una esquina, roto y manchado. Sus armas parece ser que se las quedaron ellos.

Siseo un poco de dolor al levantarse. Aun no sanaban sus heridas, de las golpizas y cortes que Espantapájaros y frio le hicieron. Nada grave según el espejo, curarían con el tiempo, pero probable que dejen cicatriz.

Su hermano mayor probablemente estará desesperado, lo conocía bien, podía ser muy dramático y ahogarse en un vaso de agua si algo le llegara a pasar. La punzada de preocupación le inundo. Dick cuando esta frustrado, triste o enojado, tendía a beber. Nunca le gusto la imagen de un ebrio Grayson en la soledad de su apartamento.

Su padre dejo en claro que se iría fuera del planeta antes de que fuera secuestrado, así que no es opción para Dick que fuera con él. Tal vez fue con Drake para su disgusto, aunque no creía que lo ayudara. Jason tal vez, pero nunca se sabe con él. Bárbara sigue en su luna de miel, cogiendo a su compañero como cerda.

Hasta ahora se dio cuenta, que su querido hermano mayor era el único que parecía amarlo. No lo negó, le dolía pensar que a sus demás hermanos lo odiaban. Una vez más se preguntó, ¿Por qué Grayson lo quería? ¿Qué veía en el para que se empeñe tanto en cuidarlo?

Dejando el sentimentalismo de lado, ha recorrido toda la habitación, tratando de reconocer algún logo que le informe quien lo tiene preso, o la ubicación mirando desde la ventana, pero solo bosque. Las pequeñas heces de pájaros eran de mucha ayuda, no conocía todas las especies nativas de estados unidos, pero tal vez, sabiendo la dieta de algunas, e identificarlas en los desechos, podría saber en qué parte son más frecuentas las aves, como resultado saber en dónde diablos estaba.

Odiaba las aves, pero parecían ser parte de la solución de sus problemas.

-buenos días- dio un brinco pequeño del susto.

Una mucama entro como don pedro por su casa en la habitación, de lo lindo, alegre tomando sus sabanas. Hizo amago de aprovechar a escapar, pero dos gorilas se pusieron enfrente de la puerta. No lo dudo, tomo un cuchillo de plástico en su manga y tomo por detrás de la señora en el cuello, tomándola de rehén, con la punta directo en su ojo.

Y es color azulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora