𓏲࣪◜Amor, pídeme un favor' -En Edición-

XXII

Él sonríe y se acerca a a mi rostro:

—Podemos estar aquí todo el día si no me besas.

Miro a los ojos color miel que tengo frente a mí, busco una respuesta, lo pienso y lo pienso:

— Esta bien, hazlo, pero sin que me de cuenta-

Cierro mis ojos y esperó a que me bese, escucho sus pasos acercándose más y mi corazón no deja de latir extrañamente, nunca antes me paso esto y nunca me paso con Jong Up, besarlo no debería ser un problema.

¡Es Jong Up por el amor de Dios! Yo lo he besado antes y ahora siento que no debo hacerlo.

— ¿Porque cierras tus ojos tan fuerte?

¿Eh?

Al abrir mis ojos el tenia su rostro frente al mío con una extraña expresión de curiosidad. Por intuición doy un paso atrás y choco con mi escritorio. ¿Que me pasa?

— Estás muy extraño... Ten.

El extiende en su mano los papeles y yo los recibo confundido.

— Gracias, debo terminar estos papeles...

El sujeta mi mentón y dice mirándome seriamente:

— No se quedara así, me debes una cena por no besarme.

Asiento, al menos eso sí puedo hacerlo.

— Almorcemos juntos, tengo tiempo para eso.

Jong Up sonríe y se dirige hacia la puerta:

— Te veo en el restaurante de siempre

Sonrió al verse irse, debo admitir que su persistencia es admirable. También debo admitir que siento atracción hacia el, cinco años de relación no se pueden borrar tan fácilmente, hemos estado juntos tanto tiempo.

Al parecer tengo una cita de medio día con el hoy.

Con la idea de que es lo que comeré en ese restaurante continuo con mis papeles, pasan las horas y finalmente es la hora de almuerzo, por suerte termine esos papeles y los dejo acomodados para que Zelo venga por ellos, luego coloco un pequeño papel sobre ellos que dice "Sigo siendo tu jefe" con una carita mostrando su lengua en forma de burla.

Echo eso tomo mi portafolio de color café de cuero y salgo de mi oficina dejando un mensaje para cualquiera que viniera a buscarme con mi secretaria. Al llegar a nuestro lugar de encuentro pido una mesa, la camarera me acompaña y me indica en donde debo sentarme, el lugar esta como lo recordaba, un estilo argentino con paredes y decoraciones únicas de ese país, me sorprende que no hayan cambiado nada a excepción de que se volvió un restaurante muy habituado por los turistas ya que es difícil encontrar este tipo de lugares aquí, hasta el aura del lugar se sentía tan apasionado.

Estoy feliz de regresar a este restaurante y el muchacho que me atiende trae la carta con todas las sus deliciosas comidas, me muestra que puedo sentirme cómodo. Yo solo pido una capa de vino únicamente, no quiero comer nada hasta que llegue Jong Up, mientras el camarero me trae lo que ordene ojeo la revista de ni agencia de modas que traje en mi portafolio. La ultima temporada fue muy complicada, pero gracias a mis compañeros logramos publicar y recibir pedidos de muchas empresas.

Respiro profundamente y a continuación escucho la vos de Jong Up:

— ¿Esperaste mucho?

Sonrió al verlo sentarse frente a mi y dejo la revista para prestarle atención:

— No tanto, pedí vino, ¿tu quieres?

Él llama al mismo muchacho que me atendió a mi levantando su mano y el chico se acerca.