「Lᴏᴠᴇ Is A Fᴏᴏʟ」

°•Cap.3: La mamá loba•°

-Narra Yūguri-

Estaba muy triste, realmente pensé que le caería un poco mejor,pero,creo que me odia,cuando lo vuelva a ver esta tarde me disculparé como es debido.

~Unas horas más tarde~

Al terminar las clases recogí mis cosas muy rápido y salí del aula hacia la salida.
Llegando al portón de salida,esperé al pequeño Hiroshi.
No esperé mucho tiempo ya que este llegó más rápido de lo que me esperaba,realmente le deben gustar mucho los helados.

-¿Vamos?- dijo con una sonrisa, como un niño pequeño.

-¿Umh? está bien,vamos- cogí su mochila y empecé a caminar.

-A ti, ¿de qué sabor te gustan?,ah, y gracias por lo de la mochila.

-No es nada,es agradable. Y me gusta el helado de chocolate- decía mientras nos dirigíamos hacia una heladería un tanto elegante.

-Ngh...- Le veía algo avergonzado, a la vez que se ponía algo rojo.

-¿Qué pasa?- me paraba mientras le miraba preocupado.

-Nada sólo que...- se paró a pensar un momento- No me siento presentable,no sé si me entiendas.

-Oh,no te preocupes,es la heladería de mi tío,no es muy conocida pero los helados están buenísimos- muy alegre,me sentaba en una mesa vacía y miraba la carta-Siéntete como en casa.

-Bueno,gracias. - sonrió y se sentó.

Seguía mirando la carta, pero miraba de reojo a Hiroshi esperando a que pidiera su orden,me sentía muy nervioso,no había traído a ningún amigo a este sitio,y él tiene algo especial.
Hiroshi dejó la carta en la mesa,me miró y me dijo:
-¿De qué vas a pedir?

-Voy a pedir de...chocolate, con vainilla y fresa,con algunas almendras por encima e incluida una galleta. - dejaba la carta a un lado y sonreía.

-...

-¿EH,qué ocurre? - me senté recto y lo miré curioso.

-Nada,déjalo.

-¿Que vas a pedir? Puedes pedir todo lo que quieras.

-...Menta con chocolate.

-¿Nada más?

-Es que,no sé que más pedir,la verdad. Nunca he tenido el privilegio de hacerlo.

-Venga no tengas miedo,pide lo que quieras- dije animándolo.

-Pues...con sirope y moras.

-¡Está bien!- me levanté y me dirigí hacia la cocina.

Un rato más tarde, vuelvo donde el menor con dos helados (bastante contundentes) y los dejé en la mesa. Me volví a sentar y lo miré sonriendo.

-¡Que aproveche!

-Igualmente.

Comencé a comer con mucho gusto,ya que era uno de mis helados favoritos.

-¿Está rico? - dije mientras seguía comiendo.

-Sí, y sé que soy muy pesado, pero igualmente, ¡gracias,gracias,gracias! - dijo rápidamente, agradecido.

-La próxima vez si quieres, iremos a un sitio más acogedor y no tan elegante- dije un tanto triste por no haberle dicho donde ibamos.

-Oh...no te preocupes por eso.

-Vale,pero para la próxima iremos a donde tu quieras - dije mientras casi terminaba de comer mi helado.