01

365 46 1
                                    

La princesa Zelda caminaba enfadada por los pasillos del castillo detrás de su padre en compañía de su caballero, Link.
Ambos habían recibido la noticia de que la princesa tendría otro escolta, algo a lo que a ella obviamente le molestó.

—Pero padre... Tú sabes que no necesito otro escolta, ¡sé cuidarme sola! —La joven le gritaba a su padre furiosa.

— Ya tomé mi decisión. Eres muy problemática y hasta que no logres tener algún avance, no dudaré en darte otro más si es necesario. —El rey respondió de forma directa, lléndose de ahí dejando a la princesa con las palabras en la boca.

La princesa no pudo más que resistir las ganas de gritar de la furia, se dió media vuelta, chocando hombros con su caballero.

— Puedes irte, hoy no iré a la estatua de la diosa.— La princesa ordenó y caminó con velocidad a su habitación, cerrando la puerta con fuerza apenas entrar.

El joven caballero no pudo evitar soltar un suspiro, los berrinches de la princesa eran cosas de todos los días pero aún no lograba acostumbrarse. El chico salió del castillo, al fin tendría un momento de paz. Fue al establo por su caballo para poder dar un paseo.

En el camino el chico se cuestionaba quien sería el caballero que lo acompañaría. Tal vez sería uno de alto rango, o uno común solo para escoltarla en momentos.

—Nunca viene mal una ayudita, ¿No crees Epona?— Preguntó al caballo para luego soltar una risa. —Sea quién sea, será realmente divertido verlo intentar lidiar con el temperamento de la princesa.

______________________________________

Era el gran día, al fin presentaría el rey al nuevo caballero que se uniría a la princesa.

Hizo una pequeña reunión de los caballeros y otras personas del reino, era de suma importancia para todos saber quién sería el nuevo escolta de la princesa.

— Como se ha hecho saber por todo el reino, mi hija, la princesa Zelda tendrá un nuevo escolta.— Toda la sala prestó atención a las palabras del rey. —Un caballero que iguala las fuerzas del actual poseedor de la espada maestra.

El chico abrió los ojos de par en par totalmente sorprendido, le intrigaba muchísimo saber quién era esa persona.

El rey se hizo a un lado, dejando ver a una figura femenina, confundiendo a toda la sala y a la princesa junto con su caballero.

— Ella es Nyaru, la nueva escolta de mi hija, y la primera mujer que es miembro de la caballería de Hyrule.

La sala quedó totalmente horrorizada y los murmuros comenzaron a hacerse notar.

— Creí que las mujeres no eran aceptadas en la caballería...

— Si yo fuera ella estaría demasiado agradecida de estar ahí...

El rey dejó la sala, con su hija caminando detrás de él. Apenas la princesa dejó salir de su boca un sonido cuando el rey la interrumpió.

-No quiero oír ninguna queja salir de tu boca Zelda. -El rey ordenó.- Es hora de ir a la estatua de la diosa, ¿No crees?

-Sí, padre... -La princesa dejó salir un suspiro de su boca y caminó en dirección al establo para ir por su caballo.

_____________________________________

Había pasado unos días desde que la nueva escolta acompañaba a la princesa, y desde ese entonces el joven Link no ha podido dirigirle la palabra a la chica en ningún momento.

-Link, Nyaru; no es necesario que me acompañen más, pueden descansar, estaré en la biblioteca del castillo. -La princesa dejó salir con un tono de cansancio.

Era la oportunidad de Link para poder conocer a su nueva compañera.

- Oye, ¿Quieres ver algo genial? - La chica lo miro con confusión pero aceptó de igual manera ya que no había nada interesante que hacer en el castillo después de todo.

Ambos fueron al establo a por sus caballos, la chica solo lo seguía.

____________________________________

-Llegamos. - El chico se detuvo lentamente cerca de una orilla y se sentó en el suelo.

La chica hizo lo mismo, mirando con temor la caída inmensa que estaba amenazando debajo de sus pies.

- ¿Qué opinas de la princesa?-Preguntó mirándola directamente a los ojos.

-Ah.. Es un dolor de cabeza. ¿Todos esos años de prácticas para terminar cuidando a una niña mimada?- El chico soltó una risita mientras que ella se dejó caer de espaldas al césped, mirando directamente al cielo que en esos momentos estaba rojizo.- Pero debo admitir que es divertido..

-Sí.. A veces lo es. -El chico hizo lo mismo, acomodando su cabeza entre sus brazos. -Así que..- La chica lo miró en espera de la pregunta.- La primera mujer miembro de la cabelleria de Hyrule, ¿Eh? Debe ser emocionante.

-No, es todo lo contrario.- Él la miró confuso, no entendía porque decía eso.- Al caminar por el reino la gente solo murmura cosas sobre mí, y realmente.. Yo no sé cómo sentirme al respecto. -Nyaru se levantó, escondiendo su rostro entre sus piernas.- ¿Y tú? Eres el poseedor de la espada maestra, ¿Cómo te sientes con ello?

-No sé que sentir al respecto.-La chica sonrió de lado, sabía lo que el chico sentía sintiendo.

-Te entiendo perfectamente, Link.

____________________________________

Calammity Ganon había vuelto.

El castillo entero estaba cubierto de una especie de nube negra que aterraba a todos.
Todos huían despavoridos, los guardianes se habían vuelto en contra de la gente, atacando a todos, dejando algunas vidas de por medio.

Los escoltas de la princesa junto con los caballeros del reino, intentaban detener a los guardianes a la vez que algunos llevaban a la gente a lugares seguros.

-No estoy lista.. Aún no estoy lista..-La princesa se encontraba pálida en los brazos de Link hasta que cayó inconsciente.

-Nyaru, tú llévate a la gente a un lugar seguro, ¡yo me encargo de la princesa!-El chico se montó con dificultad su caballo y huyó del lugar.

___________________________________

La princesa estaba sobre el joven caballero intentando despertarlo de su sueño, estaba agotado, había peleado tanto que sus fuerzas se agotaron. Nyaru, por más cansada que estaba no dejaba de intentar defender a la princesa.

-¡Cuidado!- Con sus últimas fuerzas la chica detuvo el rayo de uno de lo guardianes.

De la nada, otro guardian, incluso más grande, amenazó con atacar, la chica no podía más pero aún así intentó detenerlo, pero al ver que no podía, la princesa en un momento desesperado puso su mano frente a ella.

-¡No! -Una estela de luz se hizo presente, deteniendo a todos los guardianes que estaban ahí, la chica cayó al suelo, muy cerca del cuerpo de su compañero.

____________________________________

100 años después.

_____________________________________

Link...

Nyaru...

Abran sus ojos...

RiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora