100 años después del incidente con Calamity Ganon
Link...
Abre los ojos
Despierta; Link...
Abrió sus ojos, una dulce voz de una mujer lo despertó. Estaba completamente confundido, estaba en una especie de capsula que contenía un líquido azul, con la poca fuerza que tenia se sentó en la orilla de la capsula donde estaba y notó que a su lado había otra igual, pero esa estaba sellada.
Dentro de la capsula había otra persona, una chica para ser exactos, su cabello era de un color rubio muy hermoso, y parecía que cada cabello tenía una luz propia. Se acercó para ver si ella seguía viva cuando el agua de la capsula comenzó a ser absorbida. Se sobresaltó un poco y dio un paso atrás y esperó a que la secuencia acabara.
La chica abrió sus ojos lentamente, miró a todos lados confundida, centrando su mirada en el héroe.
– ¿Quién eres? ¿Dónde estoy? –La chica comenzó a inundar al chico en preguntas que él también deseaba hacerle.
– Yo... No lo sé, acabo de despertar al igual que tú.
La mirada de el joven se detuvo en un pequeño pedestal con unos símbolos raros que brillaban con fuerza. A pasos lentos se acercó a él. Antes de poder tocarlo el pedestal se movió, levantando un artefacto completamente desconocido para el chico. La voz que lo despertó volvió a sonar.
Toma la piedra Sheila, Te servirá de guía ahora que han salido de su letargo.
Sin dudar el tomo en sus manos, haciendo que esta se iluminara. El pedestal se movió y una gran puerta se abrió. Ambos caminaron hacia la otra habitación. La chica observó todo con detenimiento y se percató que cerca de ahí había algunos cofres cerrados.
– Mira, ¡creo que ahí dentro debe haber algo que resuelva nuestras dudas!—La chica se acercó a los cofres lentamente e intentó abrirlos. –Claro, si me dieras una mano el trabajo sería más sencillo, ¿no crees?
El contrario reaccionó con una pequeña risa, aunque estuviera algo asustado y confundido de todo, la compañía de la chica le hacía sentir más seguro. La ayudó a abrir los cofres y vieron que dentro no había más que ropajes.
— Oh vaya, esto es un poco decepcionante... Pero al menos ya no tengo que estar con esto. —La chica se puso por encima las ropas que había y le lanzó algunas al otro. —Pareciera como que esperaban que ambos nos encontráramos aquí...
Link notó como otro de los pedestales estaba en la habitación, este no era como el otro, este tenía una luz naranja.
La piedra sheikah te abrirá el camino. Acércala al terminal.
Obedeció a las instrucciones que la voz le había dicho.
La puerta comenzó a abrirse, dejando ver por unos segundos como se iluminaba un ojo igual al que el de la piedra sheikah.
Eres la luz que disipará las tinieblas que eclipsan Hyrule. Ha llegado el momento de cumplir con tu destino...
Un brillo y sonidos de aves resonaban por el túnel de ahí. Ambos chicos corrieron con felicidad, saliendo de ahí vieron un hermoso bosque y una brisa fresca en sus rostros.
— Woah... Esto es hermoso... —La chica observó con felicidad su alrededor y el olor a libertad que este traía consigo.
El chico sentía una paz enorme en su ser, y miró como la chica se dejaba caer al césped, como si nunca antes lo hubiera visto, soltó una risa y miro como a lo lejos las montañas formaban un hermoso amanecer.
— Oye...—La voz de la chica lo regresó a la realidad. —Creo que es un mal momento pero, ¿cómo te llamas? Nunca lo supe.
— Link, y descuida. — Sonrió de forma cálida para la otra. —Tampoco pregunté el tuyo, así que... ¿Cómo te llamas?
— Nyaru, soy Nyaru. – Ambos se sonrieron y Nyaru lo miró a los ojos con preocupación, se levantó del suelo rápidamente, olfateando a su alrededor. —Hay algo quemándose...
Link se quedó quieto, intentado buscar el olor con su nariz, y comenzó a caminar a donde una pequeña nube negra se comenzaba a formar.
Ambos jóvenes se dirigieron con cautela al lugar, algo asustados y preocupados. Pero no era nada, era un señor de una edad más avanzada cocinando lo que parecía ¿una manzana? La primera en avanzar y acercarse al hombre, fue Nyaru.
— ¿Hola?—La voz de la chica temblaba un poco. Aunque claro, se sentía segura con Link cerca, pero estaban en desventaja ya que el hombre poseía una vara -de lo que parecía- una madera muy dura y resistente. – ¿Qué hace aquí?
Hubo una pequeña pausa, un silencio para nada incomodo, lo único que se escuchó por un par de segundos fueron las ramas siendo golpeadas por el aire y algunos cantos de las aves.
— Yo... –El hombre habló por fin. — Yo solo soy un anciano. Casi no hay gente por aquí, ¿Qué hacen ustedes dos?
Antes de que Link pudiera responder, Nyaru lo interrumpió.
— ¿Dónde estamos?
— ¿No te enseñaron que es de mala educación responder una pregunta con otra?—Las mejillas de la chica se sonrojaron levemente, y el hombro solo rió por lo bajo. —Estos jóvenes, pero bueno ya que nuestro encuentro no fue producto de una casualidad, te lo diré... Están en la Meseta de los Albores, un lugar donde se construyeron los cimientos del reino de Hyrule.
El hombre se levantó y apuntó con su bastón a un lugar en ruinas. Ambos chicos no despegaron la mirada del hombre.
—Aquel edificio era un templo donde oficiaban ceremonias. Pero eso fue hace 100 años, ahora no es más que una ruina al igual que el castillo. Como ves este lugar ha caído en el olvido. Es una sombra de lo que un día fue. — El hombre se sentó cerca de la pequeña fogata que había. — Como sea, si necesitan algo, ya saben dónde estoy.
A los chicos no les quedó más opción que salir a investigar más el lugar, e ir a ver lo que las ruinas del templo escondían.
Link tomo algo de ventaja en el camino, vio algo brillante y caminó con prisa. Se detuvo en seco, sintiendo como todo a su alrededor se comenzaba a escuchar menos. Sentía que una voz intentaba hablarle.
Link...
Link...
— ¡Link! ¡Cuidado!
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Rise
FanfictionDespués de la gran catástrofe que sufrió el reino de Hyrule, el héroe despertaría luego de 100 años de sueño. O eso decía la leyenda. Cuando la realidad es que 100 años después de la catástrofe, Link junto con Nyaru (la escolta de la princesa) en u...