I
|Espresso Macchiato|
Café negro con una pequeña cantidad de leche caliente y espumada.
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_No existe nada más relajante en este mundo para un trabajolico que tomar una taza de café humeante después de un día corrido en la oficina.
O eso piensa Jenna Johnson.
Una mujer promedio de veintiocho años, independiente y soltera.
Cabello lacio de color castaño que llega por la media espalda, ojos negros y labios teñidos de carmín por el labial que acaba de llegar de un catálago.
Sonando sus tacones de aguja de aproximadamente diez centímetros entra por aquella gran puerta de madera verde y aspira el delicioso aroma a granos de café, busca con la vista su mesa y se dirige con una sonrisa en el rostro al balcón donde el lugar perfecto le espera. Una vez sentada en la silla metálica con cojín crema incluido, alsa la mano llamando a la camarera de mandil negro que se acerca con la libreta en mano.
— ¿Desea ordenar algo? — pregunta con una sonrisa en el rostro la mesera con inscripción en el gafete, Adriana.
— Si, un espresso macchiato porfavor — cierra la carta y la extiende a Adriana.
— En un momento traigo su pedido — la camarera se retira.
Mientras espera su bebida, Jenna, de su bolso de charol color crema saca su teléfono móvil y marca a su amiga, Camila quién a los tres timbres contesta
— Hotel Lucier, recepción. ¿En qué puedo ayudarle? — contestan del otro lado de la línea
— ¿Hola? Si, disculpe. ¿Cuál de sus habitaciones es la más recomendada para hacer una orgía? — bromea Jenna
— ¡Que estúpida eres! — le regañan — mi superior estaba a punto de contestar
— Oye, ya salí de la oficina. ¿Que ibas a decirme? — juega con el servilletero al centro de la mesa
— ¿Dónde estás? — Jenna nota como el tono de voz de su amiga cambia
— En la cafetería a dos cuadras de la cada de mi madre
— Salgo en quince minutos para allá — cuelga
Jenna suspira y ve la hora en su reloj de muñeca: 7:25
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_Era sus segunda tasa de café negro cuando al fin Camila había aparecido, agetreada y despeinada pero apareció.
Saluda a Jenna con un beso en la mejilla y se sienta frente a ella.
— ¿Como te fue hoy? — pregunta Camila dejando su bolso en la silla del costado junto a la de su amiga — ¿Algo interesante? — peina su cabello rubio en una media coleta
— Pues, quieren empezar un nuevo proyecto en la torre de Sidney, pero no saben a que personal enviar. Sinceramente espero que no me tomen a candidata — da un sorbo a su taza — Pero ese no es el punto. ¿Que querías decirme?
Un cambio repentino de ambiente era palpable a su alredesor. Camila toma su bolso y de el saca su teléfono móvil, comienza a teclear en la pantalla para después darle el aparato a Jenna.
— Bien, solo quiero pedirte que mantengas la compostura ante todo. Y recuerda que solo quiero lo mejor para ti y Josh no lo es — desconcertada por las palabras de su amiga, ve que en la pantalla se encuentra una foto particular, en esta imagen se ven a Josh (su actual pareja) y una chica rubia la cual todo parece indicar que se trata de Camila, su "amiga" se encontraba besando a su ahora ex-novio.
Una risa con extra de hipocresía sale de los labios rojos de Jenna
— ¿Vas a decirme que no es lo que parece? — la mira con repulsión — ¿Que fue una noche alocada en la que no sabias lo que hacías?
— Jenna Elizabeth Johnson, ¿Me dejarás hablar? — dijo en tono casi autoritario
— Tu dímelo ¿Mereces hablar? ¿Vale la pena escuchar tus ladridos? — indignada, Camila de pone de pie y abofetea a la mujer frente a ella
— Púdrete malagradecida — toma sus cosas y se va dejando a la castaña en un semi-shock
El tiempo había transcurrido generosamente.
Jenna aún se encontraba sentada en aquella silla metálica y acolchonada, sintiendo la brisa de verano en la mejilla afectada y garabateando en la mesa con su bolígrafo favorito.
Love Is A Bitch
Adornaba la madera de la mesa; la moral la invadió pues desde preescolar se te enseña a no escribir sobre nada que no sea una hoja de papel y esta vez ella había roto las reglas.
Se para de su lugar abandonando la escena del crimen y olvidando los problemas amorosos, ya más tarde llegarían los reclamos y disputa.
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Coffee Time
RomansaAlguna vez en el colegio te regañaron en el aula por escribir en la paleta del pupitre. Se supone que cuando escribes una frase estúpida sin destinatario en alguna superficie plana lo haces sin esperar respuesta de un desconocido que por casualidad...