2. "Descubro que quiero ser policía fuera de serie"

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Cuando pude entreabrir mejor los ojos, me di cuenta que estaba en la iglesia central, con la mirada dirigida hacia la estatua Stella Maris, que soltaba un brillo tenue de los primeros rayos del sol madrugador dominguero que hacían fricción con la corona de la madre de Jesús. Ese brillo me hirió la vista y al dirigirme hacia el rostro del Niño Jesús, quedé ciego momentáneamente y eso vibró todo mi cuerpo como señal de reclamo del porqué tenía ese afán de querer superar la mente humana. No me pude detener de pie y caí apoyándome sobre mi rodilla izquierda, como ya estaba acostumbrado hacerlo pero no me aguantó, me fui con todo mi peso hacia el suelo, pero pudo más mi instinto de seguridad que mi pie derecho se enderezó repentinamente y cobré mi erguidad. Estaba rompiendo una regla de nuevo y esta vez iba a ser refundido en lo más profundo del abismo de donde apenas había salido. En el ocultismo se manejan las leyes de la polaridad en forma inversa, y recuerda, el rey de las tinieblas no te perdona.
Caminé un poco fuera de la iglesia, llegué al parque y me levanté apoyándome de las bancas que están en la entrada. En cuanto estuve de pie, me detuve por unos tres minutos porque no podía distinguir con detalle los objetos que se me presenciaban ante mí. Pasados los minutos, empecé a apreciar lo que tenía a mi alrededor, me cercioré que había poca gente en el parque. Algunos iban al trabajo y uno que otro se dirigía al malecón a ejercitarse. No podía andar bien erguido que se diga pero lo que más me empezó a preocupar fue en esconder mi rostro porque me sentía demacrado y sucio por la experiencia presenciada. Temblaba y caminaba muy lento. No pude saber cuánto tiempo había pasado. Mi sorpresa fue grande cuando sentí los rayos del sol iluminando mi cuerpo. Recobré mucho el ánimo y me eché a andar por la calle 22 en dirección a la 24 que me dirigía a mi casa. No pude caminar rápido pero sí pude mantener una sintonía que disimulaba mi cansancio. Llegué a casa, entré a mi recámara y justo encima de mi cama estaba el libro que me estaba envolviendo en todo este rollo. Con la portada blanca con rayas y letras azules que decía: "El Nuevo Pensamiento" de la autora Cony Méndez. Justo tenía mi separador en donde había una meditación para sacar el poder del Yo, en relación al Yo Soy. Me dejé llevar por este libro porque cuando llegó a mis manos, estaba yendo a una iglesia "cristiana" del evangelio de la Prosperidad del guatemalteco Cash Luna y estaba tan empapado de lo que se predica ahí que al leer a Cony Méndez, me hizo aceptarlo sin muchos cuestionamientos ni titubeos. Cony habla de la Metafísica Cristiana y Luna del Evangelio de la Prosperidad y vaya que la fusión me sorprendió y empecé a invocar a mi Gran Yo, menospreciando que en ese "Yo" se entremezclan con siluetas demoníacas que crean los primeros pasos para desviarte de la Divina Providencia.
Me di un baño como pude y luego al acostarme cerré los ojos y los abrí cuando ya eran las siete de la noche. No supe de lo que pasó, sólo al despertar recordé que había podido escuchar unos susurros al oído que me decían en repetidas ocasiones: ¡Vaya, tienes agallas! ¡No te detengas!
Desde que me levanté algo pasó que no sentía cansancio, ni miedo alguno. Fui a la cocina para ver qué había para comer ya que estaba hambriento y había un rico bistec de res y lo saboreé con detenimiento. Comí solo, la familia había salido y yo no tenia plan, así que después me puse a ver la TV un rato para ver los artistas metaleros que me gustan. Vi a Lamb of God con la canción de 512, que no la había escuchado bien y aprecié el riff de las guitarras y los sonidos de los bombos acelerados, pues me había gustado mucho. Luego me dirigí a mi cama y me estiré así acostado, de los brazos, las piernas, el cuello y los demás miembros de mi cuerpo. Me relajé mucho. Dejé la mente en blanco y así me quedé por unos diez minutos sin pensar en nada, pero cuando más me concentraba, me di cuenta que me sentía muy ligero y muy ligero cada vez. Yo me dejé llevar por esa extraña sensación por curiosidad. Luego sentí que mis latidos se aceleraban un poco pero parecían combinarse con un cosquilleo que parecía despegarse de mi cuerpo. Yo me seguía dejando llevar, seguía sintiéndome muy extraño y di un pequeño esfuerzo como tratando de abrir mi cuerpo para liberar mi ser y ¡Fum! ¡Vaya, sorpresa! ¡Salí de mi cuerpo! Me vi tumbado en la cama con los brazos y piernas estirados y el cuerpo inmóvil. Me estremecí, quise volver a mi cuerpo pero el mismo susurro en mi sueño apareció y me dijo: "Tú eres valiente, sígueme". Solo vi una cola humeante de aquella cosa y me dirigí hacia ella. Me vi en la calle en frente de la Radio Máxima FM, en la calle 47, podía viajar a una velocidad impresionante, miraba a las personas en su vaivén cotidiano. Eran las 10 de la noche y cada vez había menos gente. Yo me divertía yendo de un lugar a otro, que se me olvidó que estaba en una dimensión no perceptible para los humanos. Vi que pasaban haces de luces en forma rápida que no podía identificar qué eran en el principio, hasta que afiné mi percepción, vi que eran espíritus aventureros como yo y vi a una chica linda y me fui detrás de ella pero fue más veloz que yo, quizás se debe a su experiencia, y en mi caso, era mi primera vez, así que la perdí en la glorieta del Camarón, por la Universidad, donde justamente me detuve por el lado del Hospital de Pemex cuando dos chavos se detuvieron para asaltar a una chica que venía del trabajo de la agencia de Chevrolet, la chica traía una bolsa roja llamativa y venia hablando por celular, que era el iPhone 8. Los cobardes, al ver que la chica se aferraba a su teléfono, uno de ellos sacó un cuchillo y apuñaló a la desdichada, quien momentáneamente cayó de rodillas toda ensangrentada. Yo estaba ahí pero no podía hacer nada. Intenté quitarle el cuchillo pero sus movimientos traspasaban mi cuerpo. Sentí tanto coraje al presenciar todo y no poder hacer nada. Después lo cobardes se alejaron en una moto que se acercó a ellos y no sabiendo qué hacer, perseguí a los maldosos hasta dar con su paradero por las calles 55 y 74. Al identificarlos bien regresé en fracción de segundos al lugar de los hechos y la chica ya estaba siendo atendida por los paramédicos, como era de esperarse, yo no pude hacer nada. La policía estaba ahí pero no podían verme. Ante tal hecho, decidí regresar a casa y desperté sobresaltado con la respiración agitada y en lo que quedó de la noche no pude cerrar los ojos pensando en qué podía hacer. Lo seguro es que podía ir al día siguiente a denunciar el acto y decir que vi donde se escondieron los chavos cobardes, pero no me creerán si les explico la forma en que presencié todo y me tomarán a loco. Lo cierto es que he decidido hacerlo, a lo mejor me tomen en cuenta y les sirva la pista que les doy. Lo que me tiene motivado es que quiero ir a convencer al comandante de la policía y plantearle mi propuesta de ser policía en las noches, estando en mi viaje astral para cazar a los ladrones y malhechores de la isla. Por la rapidez de mis movimientos, puede ayudar mucho y he pensado mucho en entrenarme más para tener dominio de mí mismo una vez proyectado astralmente. Esto me emociona porque quiero ayudar a la gente porque ya vi que mi vida tiene sentido así desde que mi búsqueda de Dios me condujo a la Metafísica Cristiana de Cony Méndez. Acabo de identificar justo ahora que puedo hacer ciertas cosas con la gente mientras ande fuera de mi cuerpo. Esto se pone emocionante pero por hoy fue todo. Está por amanecer y dejaré de vagar por la ciudad para descansar.

"El Esclavo de mi sombra"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora