Capítulo 3: Un tenemos que hablar, un italiano y una despensa.

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—    Quizá tengamos que dejarlo un tiempo. — Dijo rompiendo a llorar. Solté un pequeño suspiro al oírla, asintiendo lentamente sin poder articular ni una palabra. — No te mereces que te haga esto.

—    ¿A qué te refieres con esto? — La interrumpí. Nat se levantó entrando en su habitación y cogiendo sus maletas, dirigiéndose hacia la puerta.

—    Adiós, Ash. — Murmuró saliendo por la puerta. Unos instantes después de que se fuera, caminé rápidamente detrás de ella. Y allí estaban, las divinas, observando a Nat y después a mi. Vivian, se mordió el labio inferior para evitar reírse. Katherine, se puso a dar palmas cual sevillana, solo que esta, estaba demasiado colocada. Anna, comenzó a hacer gestos burlándose de Natalie. Y bueno, como era de esperar, Wendy se encogió de hombros mirándome. Al parecer, era la única que no se tomaba a broma esto. Cuando perdí de vista a Nat por el pasillo, las 4 se acercaron.

—    Pobrecito, seguramente lo hayáis dejado porque te tenía a dos velas…¿quieres sexo? — Me preguntó Vivian, mordiéndose el labio inferior de nuevo. Negué con la cabeza, soltando una leve risilla al oírla. Esta se acercó a mi rápidamente, abrazándome fuertemente, cosa que me pareció extraña en una persona como Vivian a la que solo conocía de una noche. No sé lo que habría pensado en ese momento para que, le siguiera el abrazo. Katherine también se unió al abrazo, levantando uno de mis brazos y colocándose bajo este, cogiendo a Anna y a Wendy de la mano, para que estas también lo hicieran.

2 horas después, de alguna manera, Anna consiguió convencernos a los 4 de ir a comer a un restaurante. Como siempre, Katherine y Vivian corrieron a sus respectivas habitaciones, para arreglarse, mientras Anna, Wendy y yo nos quedamos en la entrada, discutiendo sobre a que restaurante iríamos.

Vivian y Kath nos hicieron esperar unos 10 minutos, para que al cabo de estos, solo se hubieran pintado los labios. Los 5 caminamos por el extenso pasillo, aún discutiendo por el restaurante.

Cuando llegamos a este, Vivian se sentó en una mesa por su cuenta, llamándonos a todos para que nos sentáramos a su lado.

VIVIAN:

 

—    ¿Y qué vais a pedir? — Pregunté. Ashton se encogió de hombros, Wendy le imitó mientras Anna y Katherine rompieron a reír a carcajadas, ya que al parecer, se habían drogado más de la cuenta. Estúpidas, yo no podré vivir mucho más tiempo soportándolas de esta manera. Me amargan la vida.

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Después de pedir toda la comida, y esperar hasta que llegará a nuestra mesa, comenzamos a comer. ¡Joder, qué asco! Estos cocineros italianos de hoy en día no saben cocinar. Hice una mueca de asco, apartando mi plato lentamente.

—    ¿Qué pasa? — Preguntó Anna, mirándome extrañada.

—    Que asco de comida. — Respondí, levantándome de la mesa.

—    ¿A dónde vas? — Preguntó de nuevo Anna. Preguntona, siempre metiéndose en todo.

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