Nuestro Pequeño Error //Marguel//

Capítulo 2

"Hablar con Marco", a simple vista parecía ser una tarea bastante fácil, sin embargo era todo lo contrario.

Sí, ahí estaba. Muerto de miedo, llorando por dentro mientras miraba de reojo al alfa, el cual no hacía ni nada más que fumar un cigarrillo, a su vez que plantaba sus penetrantes ojos ambar en mí.

“¿Y bien? ¿Puedo saber por qué estás tan nervioso?” me preguntó con seriedad y estampó su cigarrillo en el cenicero que tenía en la mesa de en frente.

“Bueno, me temo de que se nos ha presentado un problemita” dije intentando sonar lo menos nervioso posible, mientras jugaba con mis manos disimuladamente. No quería mostrarme débil ante aquél alfa.

El solo me miró con curiosidad.

Marco era un alfa tres años mayor que yo, el cual jugaba el papel de ser mi representante dentro del mundo artístico. A simple vista podría decirse que llevábamos una relación amistosa y agradable, sin embargo era casi totalmente todo lo contrario. Podría decirse que no nos tolerabamos mucho que digamos, a pesar de trabajar casi todo el tiempo juntos, debido a que gracias a nuestros antepasados poseíamos cierto tipo de ¿Rivalidad? Pero bueno, supongo que al estar juntos en un bar a las tres de la mañana y con unos cuantos tequilas de más, nuestra rivalidad había quedado totalmente de lado.

“¿Problemita?” indagó nuevamente.

Yo solamente asentí.

“¿Qué pasó ahora Miguel?” esta vez alzó su voz con la intención de intimidarme.

“Es…estoy embarazado.” Dije en un tono que para el mayor fue apenas audible.

“¿Qué?”

“ Chingada madre ¿Estás sordo? ¡Qué estoy embarazado!” repetí alzando la voz y me levanté del asiento en el que estaba sentado mirando a Marco.

🌟🌟🌟
¿Q U É  H A R E M O S?

“¿Estás bromeando?” el alfa me sonrió levemente soltando un par de risitas nerviosas.

¡Obviamente no era broma!

“No Marco... Estoy hablando enserio, estoy embarazado y tú eres el padre.”

Marco no dijo nada.

“¿Sabes? No me gustan mucho la idea, pero puedo abortarlo… solamente necesito que tú estés deacuerdo.”

“Y no estoy deacuerdo.”

“¿Qué dices?”

“Que no estoy deacuerdo Miguel. Joder, el bebé no tiene la culpa de la pendejada que acabamos de cometer.” también se había levantado y ahora estábamos cara a cara. “Ese bebé, tiene que nacer.”

Nunca había visto al alfa tan decidido. Obviamente tanto en su postura como en su voz se notaba que iba bastante enserio.

“Bueno, pero... ¿Qué haremos cuando nasca?” le pregunté.

Marco se dió la vuelta se llevó una mano a la cara. Tenía un aire pensativo, que se veía bastante obstruido por la tensión del ambiente.

“¿Y bien?”. Volví a indagar al observar lo mucho que ya se había tardado el mayor en darme una respuesta. “¿Que vamos a hacer?”.

Bajó la mano de su rostro y me miró fijamente.

“Te recuerdo, que tanto tú y yo tenemos una reputación que mantener. No quiero imaginarme lo que dirán los chismosos de los medios si se llegan a enterar de esto”.

En ese momento no pude evitar pelar los ojos. Nunca había pensado en eso. Sí, era apenas un artista pequeño, pero no por ello me salvaba de ser captado y expuesto. Ahora sí que me comenzaba a preocupar.

“Miguel”. La áspera voz del alfa me sacó de mis pensamientos.

Yo solo asentí y miré al mayor que se había sentado nuevamente en donde estaba hacia unos minutos, y prendía un nuevo cigarrillo que segundos después colocó en su boca.

“Empaca tus cosas, te vienes a vivir conmigo”.

“¿Eh?” ¿Acaso había dicho lo que acababa de escuchar? Sí, quería que me fuera a vivir con el, cosa que no pintaba para nada ser una buena idea “¡No!”. Negué rápidamente. “Yo tengo mi propia casa aquí en Guanajuato, no hay necesidad de vivir contigo. Además, me puedo cuidar solo.”

Siempre me había considerado un Omega fuerte, el cual nunca en su vida había necesitado de un alfa y obviamente también este era el caso.

Marco solamente me miró con cierta indiferencia.

“No te estoy preguntando, te vienes a vivir conmigo, quieras o no.”

“Sigo sin estar deacuerdo.”