Que pasó en Bariloche?

316 24 2
                                    

Todo está listo, el día ha llegado, los bolsos en la sala son muchísimos, alrededor de 60. Todos estaban exitados por que llegue el momento de subir por fin al autobús, el reloj marca las 5:35 y a pesar de la cara de desvelados todos estan felices, en especial Renato, lleva preparando este viaje dos años, los mismos que hace que conoce a su compañero y mejor amigo Gabriel, aunque no fue así desde el principio, Renato era el mas popular del salón, tenía a todas las chicas en la palma de su mano, conseguía todo lo que quería, pero un martes, la profesora de biología ingresó al aula acompañada de un chico, de ojos claros y cabello enrulado, no era el más extrovertido, pero empezó a llamar la atención de todos con sus chistes y juegos de adolescente, ésto le ponía celoso al morocho, por lo que un día intentó enfrentarse a él. Gabriel no entendió porqué, pero ese día Renato se acercó demás, tanto como para mirarlo a ojos a cinco centímetros de distancia y permanecer ambos en silencio varios minutos hasta que alguien entró por la puerta exaltandolos con su voz. Al día siguiente el morocho decidió pedirle perdón, había sido muy infantil teniéndolo celos, el nuevo le puso una condición, que se uniese a jugar un partido de fútbol, este accedió de inmediato, gracias a Renato ganaron 3-1 metiendo éste 2 goles, desde ese día nada los pudo separar. Llevan ansiosos por viajar a Bariloche varios meses, ambos no paran de hablar de todo lo que esperan de este viaje. El colectivo llegó, los profesores comenzaron a llamar por lista e ir asignándoles sus asientos. No les tocó juntos, pero estaban en la misma fila uno frente a otro, por lo tanto cuando alguien decía algo gracioso se miraban y reían al mismo tiempo.
El viaje duró largas horas, la vista por la ventanilla era increíble y más lo es aún al llegar, cuando el bus frena y empiezan a pararse, Renato toma del brazo a Gabriel y le pide que se quede hasta que bajen todos.
- Tengo que decirte algo
- Decime
- Es algo muy importante, ya no puedo aguantar necesito que lo sepas
- Que pasa Tato? Tenemos que bajar
- Llevo planeando esto mucho tiempo
- Lo sé, por eso, vamos… A disfrutar
- No me refiero al viaje, sino a lo que tengo que decirte, Gabi…
Renato no pudo terminar de hablar, el coordinador los bajó a ambos para ingresar al hotel. Las habitaciones eran de a 3 y les tocó juntos con otro compañero, Fausto.
En Bariloche las fiestas son furor, incluso los reciben con una el primer día. Todos los chicos ya estaban en sus habitaciones, mientras que estos dos se tardaron comprando café. Renato lo espera en la puerta del ascensor mientras mira como se acerca lentamente y sonríen.
- Toma -le dice dándole las llaves-
- Y esto?
- Son las del cuarto
- Ahh, bueno… casi me olvido ese detalle -dice mientras entran al ascensor-
- Y que me querías decir?
- Nada, después te digo
- Porque? Ahora me lo podes decir, no me dejes intrigado - dice riendo mientras con un dedo toca un costado del abdomen de Renato para que éste ría- que pasa?
- Vos
- Yo que?
- Vos pasas Gabi -responde agachando la cabeza- vos me pasas.. -susurra-
- No entiendo Tato, a que te referís?
El ascensor frena, llegaron a su piso. No dijeron palabra alguna al respecto, Renato decidió tomar una ducha, luego Fausto y por último Gabriel. Bajaron a cenar y luego se dirigieron a una fiesta que les darían de bienvenida. El lugar estaba repleto de adolescentes riendo, corriendo y bebiendo.
- Tato -dice haciendo que éste frene-
- Que? -pregunta sonriendo con un vaso en la mano-
- Podemos hablar ahora? Me quedé pensando en lo que me dijiste
- Que dije? No dije nada, olvidalo -se da media vuelta-
- Espera -lo toma del antebrazo-
- Que? No dije nada, olvidate viejo, vinimos a disfrutar, mirá está lleno de minas busca una y perdete
- Es joda? Porque me hablas así?
- Como? Lo digo con la mejor onda -se acerca- pasa que ya me tomé un par de estos jaja
- No tomes tanto te va a hacer mal
- Pero si a eso vinimos -dice riendo y se aleja-

La intensidad aumenta con el paso de las horas, son las 3:30 la música suena muy fuerte y las luces de muchos colores se apagaban y encienden rápidamente por lo que por segundos no se ve nada, esto marea a Gabriel aunque no ha tomado casi nada en toda la noche, estuvo bailando con algunas chicas incluso algunas se le insinuaron, Renato lo vió, aunque no vió que él no accedió con ninguna, ya que no podía dejar de pensar en lo que le había dicho; "vos me pasas", le recuerda tanto a aquel día cuando estuvieron tan cerca de darse un beso que nunca fue, le recuerda porque a él también le pasa.

Lleva un rato buscándolo sin éxito.
- Stefi! Lo viste a Tato?
- Hace un rato lo vi en la piscina, pero ahí no hay nadie no sé porqué se fue -le señala el camino y este lo sigue-

Gabriel se acerca lentamente, el morocho se encuentra sentado en la orilla, tiene las piernas metidas en el agua moviéndolas hacia delante y hacia atrás, luce como un niño pequeño, aunque es un adolescente alcoholizado.
- Eu.. que haces aca? -dice sentándose a su lado-
- Necesitaba pensar
- En que?
- En como decirte que estoy enamorado de mi mejor amigo
El silencio predominaba en el lugar, Gabriel lo observa un buen rato, las lágrimas corrían suavemente por sus mejillas. Desliza despacio su mano hasta alcanzar la de Renato y la acaricia, éste voltea a mirarlo, sus ojitos brillaban aguados
- Estuve esperando este momento por dos años, desde ese día que entraste al aula con la cara encendida de furia después de ver que la chica con la que salías me coqueteaba, me tomaste de la camisa en un puño y así nos quedamos, tan cerca… tan confundido, siempre lo supe en el fondo, ella no te importaba, el que te gustaba era yo
- El que me gusta, sos vos
- Vos también me gustas Tato -ambos sonríen y Gabriel seca sus lágrimas-

Al día siguiente ambos estaban muy alegres y entusiasmados por salir. Estuvieron horas esquiando y haciendo grupos de guerra de bolas de nieve. Agustín estaba enloquecido y no quería parar de tirarles con nieve, así que salieron corriendo y se escondieron lejos entre los árboles.
- Creo que ya lo perdimos
- Si, se va a cansar de buscar
- El coordi nos va a matar -dice el morocho riendo y se sienta contra un árbol-
- Vos me vas a matar si seguís sonriendo así -se sienta junto a él-
- Mmm vos decis? -pregunta sonrojado-
- Estoy enamorado de tu sonrisa desde el día que te vi jugar fútbol, el deporte que más amo, metiste el primer gol y lo gritaste sonrojando justo como lo estás ahora, el segundo tenías más confianza y corriste sonriendo como un niño hermoso y me abrazaste, desde ese momento no pude dejar de amarte
- Desde el día que apareciste, no pasa una noche en que no piense en vos, no solo conquistaste a todas nuestras compañeras, cada vez que hacías un chiste o una tontería te amaba un poco mas -rie- no puedo creer que esté diciéndote esto
- Yo tampoco lo puedo creer, quien lo diría
- Todo el esfuerzo que le puse a este viaje valió la pena
- Si?
- Si, todo lo planee pensando en declararte mi amor acá, pero no salió como lo pensaba Jaja
- En serio lo planeaste? Y porqué no es como esperabas?
- Porque es mucho mejor, aunque…
- Aunque?
- Falta el beso -dice mirando hacia abajo jugando con unas ramas-
- Sos hermoso
- Qué decís, vos sos hermoso, no debe ser real ésto seguro en cualquier momento me despierto de un sueño y..
Gabriel interrumpe su discurso tomándolo de las mejillas y robándole un largo y apasionado beso, a éste lo mata que Renato le muerda los labios, sienten por dentro un fuego que les quema y que crece cada instante un poco mas, es amor, siempre ha sido amor.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 07, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Viaje de Egresados / Concepto QuallicchioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora