Capítulo IV

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Alison lo único que pudo pronunciar fue...

-Isabel, digo, discúlpeme su majestad...

La luz se llevó consigo a Alison, la alejó de Isabel poniéndola a salvo. Isabel confundida y aturdida por la luz que aún seguía ahí, alcanzó a escuchar el último mensaje de Alison.

-¿Su majestad? No entiendo, ¿Qué es esa luz?- preguntó tallándose los ojos.

-Sí, Isabel, eres la heredera al trono de las hadas reales, por eso eres la más inteligente y la más fuerte de todo Arganel.

-¿Quién eres? Y ¿Cómo sabes eso?, no me mientas. – dijo entre sollozos.

-Soy la estrella que te cuida desde el cielo, soy la más brillante, la que te protege y te guía.

-¿Madre? ¿Eres tú?

-Mi nombre es Sirio, ¿me recuerdas? Hablamos cuando eras más pequeña.

-¡Sirio! ¿Por qué dices que soy la heredera al trono de las hadas reales?

-Pregúntale al Mago real mayor, me tengo que ir, cuídate y aquí estaré para siempre contigo, cuidándote, guiándote en todo momento, Ego amo te, mea puella, ego ad curam et te duce, te semper.

-Sirio, no...

La luz desapareció e Isabel miró hacia al cielo, y dijo con lágrimas en los ojos "Gratias ago tibi, quia semper cum me pater, ego diligo vos usque ad ultimum stella in caelo.".

Isabel, cansada pero feliz se fue caminando lentamente a su casa, ansiosa de ver al Mago real mayor, al llegar a su casa, tomo una ducha y se fue a dormir.

La estrella más brillante.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora