La estrella más brillante.

Capítulo III

-Ni tú, así que en eso estamos igual, déjame ver esa cicatriz que tienes detrás de tu cuello.

Alison se acercó tan sorpresivamente a Isabel, que ésta no pudo hacer nada y dejo a la vista aquella marca de nacimiento, que aunque era pequeña se notaba a la perfección a la luz de la luna, esa marca era lo único que poseía de sus difuntos padres, tenía la forma de una estrella desgarrada que parecía una ala.

Isabel intentando zafarse de Alison, se lastimo el brazo dejándole un raspón del tamaño de una rama de ciruelo, Isabel desesperada lanzó un grito al vacío, nadie podía ayudarla, era demasiado tarde.

-Alison, de verdad, ya no soporto más esto, dime que necesitas de mí.

-Mira, quiero que te salgas de la Academia y abandones tu sueño de ser una gran hechicera, quiero que te vayas de Arganel.

-No puedo irme, prometí en la tumba de mis padres que conseguiría mi sueño de ser una gran hechicera.

-¿No? Bueno pues es una pena, porque yo sí puedo mandarte para el peor lugar de este mundo Menkalinam.

-No, Menkalinam no por favor.

Isabel comenzó a llorar tan fuerte que sus sollozos invadían el bosque entero, Menkalinam es el desierto más temible de todos, los bandidos cazadores arrancan las alas de las hadas para venderlas, Menkalinam era el peor lugar del universo.

Alison saco una poción grisácea de su bolsillo y comenzó a recitar una maldición "Transportala, llevatela hinc, amittere eorum carminibus, relinquere in..." una luz azul que se tornaba blanca no la dejó seguir hablando, la cegó.