Cierres

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—Madre —Fue su primera palabra al entrar en la habitación y vio la espalda de una mujer delgada de piel pálida, cabellos canos largos hasta por debajo de las axilas, se quedo estático esperando una respuesta e inhalando después de años el aroma de la mujer que le dio a luz, jazmín, ese era su aroma

—¿Sho... to? —Pregunto insegura la mujer por la voz a sus espaldas, no era como la de sus otros hijos que iban a verla, bueno, rara vez, la que mas visitas le otorgaba era su unica hija

La voz y el aroma eran claramente de su hijo menor

El cual hacia mucho no veia mas que por fotografias y eventos de la reciente U.A, al girarse por completo y enfocar sus ojos grises lo vio

Un joven alto, de cabellos bicolor en cada hemisferio de su cabeza, sus ojos heterocromaticos y aquella cicatriz que ella misma provoco hacia tantos años— Hijo —Extendio sus manos insegura temiendo que fuese una alucinación y finalmente terminar loca tal cual abogaba su esposo 

—... —Sin decir nada se acerco inseguro tomando fuertemente con su mano izquierda la correa de su mochila hasta quedar justo en frente de la mujer que suavemente le tomo la cara entre sus palmas, eran frias pero suaves —Tantos años —Fue lo primero que atino a decir bajando el rostro con vergüenza esperando ser rechazado en cualquier momento 

—Eres tu... ¡Eres tu mi pequeño Shoto!—Chillo la mujer sin contenerse parandose de golpe y abrazando con fuerza a su hijo quien no esperaba tal accion

La frialdad que primero percibio se disipo de inmediato y el pequeño cuerpo de su progenitora irradiaba un calor que hacia tanto le faltaba, sin poder controlarse las piernas le fallaron y por primera vez cayo de rodillas provocando que su madre volviera a sentarse 

—Perdoname, por favor, cariño, perdoname —Suplicaba la mujer llorando sin control temiendo que aquella oportunidad fuese un espejismo mas de su mente arrepentida, duda que fue retirada al sentir los brazos de su último retoño ceñirse contra su espalda

—Te extrañe mucho, madre —Fue lo unico que dijo mientras sentia como su corazon en años se calmaba y en una sola frase podia mostrar todo lo que habia callado por años 

—Yo tambien mi pequeño Shoto, tenemos mucho de que hablar —Calmo la mujer mientras acariciaba los cabellos heterocromaticos mientras comenzaba a tararear agradeciendo a Dios aquella oportunidad que tantos años habia rogado 

—Madre, necesito tu consejo —Suplico al igual a punto del llanto ante tantas emociones


♤♤♤



—¿Aun no despierta? —Pregunto el padre del rubio mirando a su hijo durmiente sobre la camilla aun en observacion 

—No, dijeron que despertaría en un par de horas mas, el quirk de esa heroina fue confinado y suministrado por una mascarilla de aire para que tuviera efecto al ser inhlado diractemente, je, tantos años creyendo que seria la bestia y termino siendo princesa custodiada —

Bromeo la madre apretando la mano de su único hijo mientras sus hombros eran apretados por su esposo 

—Mitsuki... Saldremos de esta, juntos los tres... Cuando nacio Bakugo mi mas grande alegria fue que se pareciese a ti —Sonrio con nostalgia el hombre mientras sentia como su mujer recargaba a cabeza en su pecho —Tenia dos soles a los que ahora debia y debo cuidar—

—Cuando nos conocimos eras un miedoso en la franquicia de moda y textiles donde nos conocimos, y ahora, ¿Dices que nos protegerás?... Al parecer alguien también esta creciendo, buena suerte Heroe Oto-san —

Rabioso amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora