Different sense

II

Cuando Kacchan volvió todo era muy extraño, casi no hablaba y se encontraba sumamente tranquilo, no dijo que le paso durante aquellos cuatro días, sus padres se sentían desconsolados y temerosos, pues por más que insistían Kacchan nunca dijo nada.

Es por ello que pensaron que dejarlo ir a una pijamada con el hijo de su amiga cercana, Inko Midoriya, Izuku, tal vez el pequeño rubio se relajaría y soltaría de una vez por todas que le paso.

Si hubieran sabido lo que pasaría esa noche tal vez nunca lo hubieran permitido.

Izuku aun recordaba cómo empezó, comieron algo con su madre, prepararon las camas y el pecoso comenzó a mostrarle una parte de su colección de All might cuando Katsuki abrió la boca para llamar al otro niño.

―Oi, Deku...

―¿Si, Kacchan?

Ambos habían murmurado por inercia, los dos ojos reflejando sentimientos muy intensos a su vez siendo los rojizos los más indescifrables pues los verdosos solo reflejaban ansiedad y preocupación. La pequeña boca del rubio se volvió a abrir y por primera vez en su vida Deku guardo silencio y escucho todo lo que salió del rubio pequeño el cual ahora había colocado un rostro inexpresivo mientras silenciosas lágrimas en las cuales ni uno de los dos se fijó caían, Katsuki se soltó liberando unas pesadas cadenas que llevaba cargando consigo desde que desapareció revelando cosas que a pesar de su corta edad le toco vivir, escuchar, hacer, susurro cada uno de los males en los que en tan solo cuatro días le toco vivir y de los cuales al acabar ni uno de los dos infantes se atrevió a abrir la boca para comentar.

Lo único que pudo hacer Izuku fue abrazar fuertemente a su amigo intentando darle algo de apoyo y esperar a que este se durmiera para así después acompañarle prontamente al mundo de los sueños, sin reparos de lo que llegaría a pasar a la mañana siguiente.

Exactamente una semana después de que Bakugo Katsuki haya vuelto luego de desaparecer por cuatro días dejo de respirar en medio de la noche mientras dormía abrazado a su amigo Izuku Midoriya.

Una imperceptible sonrisa adornaba sus relajas facciones cuando Izuku se dio cuenta de quien yacía a su costado ya no estaba más con él.