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Un techo desconocido estaba sobre ella, frunció las cejas y miró al rededor, parecía una clínica.
—¿Dónde..?
Se levantó de la camilla y se dirigió por la puerta.
Al salir de aquella habitación lo primero que encontró fue a aquella chica, estaba recargada en la pared como si estuviera cuidando aquel pasillo.
Entonces se dio cuenta de que estaba en la escuela, en la clínica de la escuela para ser exactos.
—¿Qué...?—pronunció Lapis.
—Deberías esperar a la enfermera, regresa a la cama.
—Camilla —corrigió.
—Ah... sí, eso —respondió como si no fuera importante.
—Parece que estás al tanto de lo que me ocurrió...
—De hecho fui yo quien te trajo —dijo con su sonrisa aperlada.
—¿Tú? Espera... ¿Qué? —arqueó las cejas.
—Recibiste un balonazo mientras tu grupo estaba en actividades deportivas.
Eso había pasado en la cancha de Básquetbol, justo al lado de la de fútbol donde Jasper se encontraba.
—Por suerte estábamos cerca y ayudé a la profesora a traerte.
En una escuela donde todas eran chicas e incluso los docentes, era bastante conveniente tener alumnas muy atléticas.
—Perdiste la conciencia... —dijo en un tono más bajo.
—Creo que lo recuerdo... —dijo Lapis repasando los hechos en su cabeza. Por distraída había sido noqueada por un balón de básquetbol.
Después de eso, el silencio reinó en aquel pasillo hasta que la enfermera hizo acto de presencia y habló con ambas para dar de alta a Lapis.
...
Las clases ya habían terminado y el autobús estaba por pasar.
—Deja que te lleve —dijo la chica quien iba tres pasos atrás intentando alcanzarla.
—¿Qué? —preguntó al detenerse.
—Esperar el autobús es muy molesto y creo que no está bien dejarte luego de lo que pasó.
Lapis resopló y dijo—: no pasó nada.
—¿Perdiste la conciencia y dices que no pasó nada? Es una locura, vamos, sólo deja que te lleve, traigo coche...
...
Trataba de concentrarse en el volante y en no mirar hacia donde estaba ella. Jasper no conocía a ninguna chica a la que le quedara tan perfecto el uniforme como ella e incluso lo hacía ver bonito. Ella por su parte era todo lo contrario, y por eso prefería andar con el uniforme del club, aunque era imposible traerlo fuera del tiempo designado.
—Así que... ¿por dónde vives? —preguntó al entrar a Ciudad Playa.
—En la estación está bien—contestó apenada.
—Ya llegamos hasta aquí, deja que te deje en la puerta de tu casa, quiero estar segura de que llegues bien.
Ambas se sonrojaron en ese instante pero ninguna lo notó porque no hicieron contacto visual.
—Está bien... —contestó Lapis mirando hacia la ventana y después le indicó el camino, y resultó estar bastante cerca de la estación.
Lapis bajó del auto y lo rodeó para poder cruzar la calle y entrar a su casa.
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Jaspis | You Are My Type
FanfictionEl trabajo de cupido a veces es complicado y tiene que tomar medidas drásticas para que sus víctimas caigan en el amor. Perder el autobús que te lleve a casa o quedar inconsciente tras recibir un balonazo podrían ser algunas de ellas.