<< Seis >>

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Después de esa mañana llena de sensaciones y lágrimas, además de unos cuantos besos de por medio, el día transcurrió como cualquier otro.

Nuestros chicos se quedaron en casa todo el día. Vieron televisión mientras se daban muchos mimos, compensando esa década que estuvieron separados.

JiMin le contó todo acerca de su pasado, cómo fueron las cosas apenas él se fue, lo profundo que cayó en el hoyo de la depresión, del cual aún no podía salir.

Le contó acerca de las burlas de sus compañeros de escuela por ser de mejillas rellenas, y lo mucho que había bajado de peso por ello. El cómo sus piernas aguantaban las largas distancias corridas  para poder deshacerse de esos "kilos de más".

JungKook escuchó atentamente cada palabra que decía el rubio, repartiendo besos en sus mejillas cada vez que notaba que iba a quebrarse, absorbiendo parte del dolor de alguna manera, y también haciéndole sentir apoyado.

"Y... y yo, apenas terminé mis estudios en la escuela me mudé de la casa de mis padres. Tenía un par de ahorros, por lo que con eso alquilé el departamento en el que... Bueno, tú sabes... Mi padre..." JiMin comenzó a balbucear, no quería recordar ese último episodio.

"Shh, bebé" JungKook besó su sien. "No hace falta que lo digas, no te tortures más"

Y con eso, otra ronda de mimos fueron repartidos en el cuerpo del joven Park, desde suaves caricias en su cintura, hasta pequeños y fugaces besos en sus labios.

"Yo... Gracias, JungKook. No sé... no sé que habría pasado si no hubieras llegado justo en ese momento..." Susurró el rubio, apoyando una de sus delgadas mejillas en el pecho ajeno.

"No pienses en eso, Chim, mejor concéntrate en que ahora estamos juntos, ¿sí?" Una adorable sonrisa apareció en los labios de Jeon, haciendo desaparecer sus ojitos y formando dos finas líneas a cada lado de ellos; con sus grandes dientes frontales asomando.

Park JiMin se sentía realmente afortunado.

"Tienes razón" Concedió el más bajito. "Pero..."

"¿Pero...?" Inquirió el de cabellos negros, alargando la última sílaba.

"La verdad es que tengo una duda" Prosiguió JiMin.

"¿Cuál?" Volvió a preguntar JungKook.

"No nos hemos visto hace diez años" Dijo JiMin luego de incorporarse un poco en el sofá para poder ver mejor el rostro de su amado. "¿Cómo supiste llegar a mí?"

JungKook no se sorprendió por la pregunta del rubio de ojos pequeños, sabía que en algún momento sería planteada. No es que le molestara responderla, de todos modos.

Así que eso hizo.

"Bueno, para poder decirte eso, primero tengo que preguntarte algo" Dijo Jeon, acariciando torpemente su cuello, cerca de la nuca.

"¿Qué cosa?" JiMin ya se estaba impacientando, ¿acaso habían más secretos no revelados?

"¿Recuerdas a TaeHyung?" Finalmente habló el más alto.

"¿A TaeHyung? ¿Kim TaeHyung?" JungKook asintió. "Claro, íbamos los tres juntos en la escuela. Lo vi hace unos meses, no ha cambiado nada"

Claro que Park se acordaba de aquel joven alto de sonrisa cuadrada, aquel que tantas veces lo hizo reír con sus chistes y su torpeza.

"TaeHyung fue quien me dio la dirección de tu departamento; la verdad es que nos encontramos un par de veces en Seúl ya que él iba a vacacionar con su familia allá algunas veces" JungKook calló unos segundos, tratando de encontrar las palabras para continuar. "Me dijo que tu vida seguía siendo un infierno, que tu padre aún... abusaba de ti y que a tu madre seguía sin importarle"

"Dios, le dije a Tae que fuera discreto, no quería que se enterara nadie" JiMin abultó sus labios en un puchero. Si bien estaba un poquito –en realidad casi nada– enojado con Kim, también se encontraba agradecido.

De no ser por el actual pelirrojo, quizás cuánto más tiempo habría pasado para que se reencontraran él y JungKook.

"El caso es que, luego de escuchar eso, me prometí que volvería lo más pronto posible.
Tomando en cuenta que esa vez vi a TaeHyung hace unos dos años, y que yo tenía dos empleos en ese entonces mientras terminaba el instituto, me dediqué a ahorrar lo más que pude. Con ese dinero logré comprar este apartamento hace unos cuantos meses, busqué otro empleo y por fin pude instalarme por completo nuevamente aquí en Busan" Jeon no se tomó muchas pausas al hablar, pero aun así JiMin comprendió todo lo que había sucedido, y de alguna manera se sintió culpable por –de cierta manera– haber obligado a JungKook a volver.

"Pero..." Intentó hablar JiMin, siendo cortado por el contrario.

"Sin peros, JiMin" Interrumpió el azabache. "Sé lo que dirás, que te sientes culpable y eso, pero déjame aclararte que me apresuré a volver por nuestro amor, por nuestra promesa, y sí, para qué negarlo, principalmente por ti. Y estoy muy feliz de que ahora estés entre mis brazos, porque sé que todo mi esfuerzo... No, nuestro esfuerzo, valió la pena"

"¿Nuestro?" Inquirió JiMin, con un tono casi amargo en su voz. "Yo no hice nada, traté de alejarme de la toxicidad de mis padres, y ya ves cómo resultó. Intenté valerme por mí mismo y no funcionó. Incluso algunas veces estuve por darme por vencido, y muchas veces... muchas veces quise odiarte porque pensé que me habías olvidado, que me habías abandonado"

Y nuevamente los ojos de Park se llenaron de lágrimas, lágrimas que cayeron de forma continua por los delgados y casi inexistentes pómulos, cargando en ellas todo el dolor y la furia contenida en esos tormentosos años.

JiMin estaba tan roto, tan lastimado y herido...

Pero Jeon se encargaría de ayudarlo, él sabía y confiaba en que ambos saldrían juntos a adelante como la pareja que eran.

"Mi amor..." El suave tono de voz empleado por el más alto logró capturar la atención del rubio, parando de a poco el mar de lágrimas derramado por este. "Dices que no haz hecho nada, pero en realidad tú has sido mucho más fuerte que yo, porque no solo aguantaste aquellas terribles experiencias que espero nunca más vuelvan a aquejarte, sino que, como has dicho, mantuviste la fe en mí a pesar del tiempo transcurrido, seguiste confiando en que algún día volveríamos a vernos... Y no sabes lo feliz que eso me hace, tesoro"

Y una vez más los fuertes brazos de JungKook envolvieron la pequeña anatomía de JiMin. Fueron tantas veces en ese día, que Park ya había perdido la cuenta; pero de lo que estaba seguro, era de que en ese último abrazo, todo el amor que sentía por aquel hombre cobijó a su corazón de una manera que lo hizo sentir cálido de pies a cabeza. Tanto cariño desbordaba su cuerpo que habría sido un pecado no compartirlo con su hermoso novio.

Así que, incorporándose un poco, alzó su rostro para poder sellar sus labios con los ajenos en un beso. Uno que demostraba una vez más que el tiempo es lo de menos cuando se trata de amor. Sus labios se movían a un compás lleno de paz y esperanza, de felicidad. Sentimientos que ambos jóvenes esperaban los acompañaran por mucho tiempo más...

Sin embargo, todos sabemos que después de un arcoíris, puede florecer una nueva tormenta.

Y esta, se desató con una llamada.

El celular de JiMin comenzó a vibrar luego de unos cuantos minutos de que hubieran empezado a besarse, haciendo que el rubio se alejara de mala gana de los finos y deliciosos labios de su amante. JungKook, por su parte, rodeó a su chico por la cintura, entrelazando sus dedos en el excesivamente plano abdomen de este.

Jeon fue consciente de cómo el cuerpo ajeno comenzaba a temblar, primero levemente para después pasar a un ritmo casi violento, lo que lo alertó enseguida.

"¿Quién es, corazón?" Preguntó, pero no obtuvo respuesta. En su lugar, escuchó un suave murmullo brotar desde los gruesos carmines de su amado.

"¿Mamá?"








¡Hola!

Nuevamente, perdón por la tardanza y ojalá les esté gustando.

Gracias por las 240 lecturas, nos hacen muy felices, de verdad. 💕

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