Capítulo 14

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Hoy fuimos a la oficina de Lennon.
Era enorme, bien podría perderme en algún lugar de ese edificio, era de tonos dorados y brillaba sobresaliente por esa calle, también el trato tan amable de todos los trabajadores, incluyendo a Francis, recuerdo sus palabras al concluir con los papeles, "Son una pareja muy linda", y una sonrisa de satisfacción en su rostro, recuerdo haberme sonrojado ante esas palabras, y lo que me sorprendió bastante, fue que mi corazón latió enloquecido.

Al salir, fuimos a la escuela de Max para recogerlo, bajamos del auto y escuchamos el timbre de salida de los niños de primaria, entre toda la multitud de pequeños gritando y jugando, encontré un pequeño rizado avanzando con mucha calma y serenidad, completamente ausente a los demás que corrían de aquí a allá con sus amigos, él sólo caminaba con la cabeza gacha, al levantar su mirada y vernos, una sonrisa de oreja a oreja se extiende en su pequeño y regordete rostro, avanza con más rapidez. Antes de que llegara, un niño un poco más alto que él, rubio y ojos grises, corre hasta él y le da un pequeño empujón, Joel frunce su ceño ante ver esa escena, al igual que yo.
Max se voltea y se enfrenta ante el otro, el rubio ríe divertido con lo pequeño y tierno que se ve levantando su cabeza y mirando hacia arriba mientras le dice cosas enojado, el rostro de Max se enrojece aún más y vuelve a darse vuelta hacia nuestra dirección, el niño rubio avanza rápidamente hasta el rizado y le planta un beso en la mejilla y sale disparado hacia un hombre de tez morena y cabello teñido rubio.
Max, a estas alturas, parece que explotará, al notar que estabamos mirando todo, su expresión cambia a una avergonzada, Joel lo observa divertido, entonces Max corre hasta nosotros y nos da un fuerte abrazo a ambos que correspondemos con la misma fuerza.

-¡Papá!, ¡Papi!- Chilla al soltarnos.

-Hey, campeón- Saluda Joel.

-Hola, pequeño- Saludo yo con ternura.

Cuando subimos al auto, Joel observa desde el retrovisor a los ojos miel pertenecientes al pequeño que iba sentado en los asientos traseros.

-¿Quién era ese niño?- Cuestiona tratando de sonar serio.
El pequeño rizado se sonroja con fuerza y aparta la mirada hacia la ventana para ver la calle y evitar la mirada de su padre.
Parece que no esperaba esa pregunta.

-Él es Richie.- Hace un ademán tratando de restarle importancia al asunto mientras rueda sus ojos.

-Max, no hagas eso.- Lo regaño señalando con el dedo hacia su dirección.

-Lo siento, papi, tío Israel me enseñó eso- Dice acomodándose un mechón de cabello que caía por su frente.

Al oírlo, Joel finalmente sonríe un poco. -Lo sospeché.

-Por cierto, Richie me invitó a su casa para lo del trabajo en pareja de la clase, me dijo que podía ir hoy.- Dice las palabras pausadamente y con un tono de voz de irritación. Esta vez, su cabeza aparece entre medio de los dos asientos delanteros, su mirada va desde Joel hasta a mi.

Joel duda unos segundos, pero finalmente asiente. -Sí, más tarde te llevaré- Dice mientras se encoge de hombros.

En ese momento su mirada gira hacia mí y no dice nada, sigue mirandome con sus pequeños ojitos, ¿está esperando una respuesta de mi parte?, al no recibir palabras de mi boca, habla, -¿Puedo ir, papi?

Me está tomando en cuenta en esto, y no sé cómo sentirme al respecto, eso es muy bonito.

Asiento lentamente. -Sí, bebé, claro que puedes.- Sonrió, pero rápidamente convierte su sonrisa en una mueca.

-No es como si tuviese ganas de ir a su casa- Susurra encogiéndose de hombros.

Joel ríe. -Claro, campeón- Dice con sarcasmo.

-¿Estás insinuando que me gusta Richie?- Reclama frunciendo su frente.

-Yo nunca dije eso, pero si tu lo dices..- deja la frase en el aire.

-No no y no, eso nunca va a pasar, ¡Jamás!- Se cruza de brazos mientras se recarga en el respaldo del asiento trasero con una expresión de indignación.

(...)

Llegamos a un restaurante, aparqué el auto y bajamos de él. Al entrar, el aroma a comida llenó el ambiente y automáticamente mi estómago se sintió vacío, Maxi corrió hasta una de las mesas del final y se sentó, Erick le siguió y se sentó frente a él. Iba avanzando para llegar a la mesa, cuando de repente un chico se levanta de una y choco con su cuerpo.

-¡Lo siento mucho!- Pronuncia alterado mientras se aleja un poco, con esa acción logro tener una vista clara de él.

No puede ser.








Esposo por contrato • Joerick • TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora