Capítulo 18

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03 de Marzo

-¡Joel Pimentel!, ¡¿por qué no lavaste los platos de la cena?!- Un azabache furioso subía las escaleras.
El pequeño rizado camina por el pasillo hasta su papá.

-Papá me dijo que te dijera que él no está aquí-Dice sonriendo inocentemente.

-¡Maxi!

El ojiverde choca la palma de su mano contra su rostro al oír a Joel.

06 de Marzo

Iban caminando los tres juntos por el parque, sintiendo la brisa fresca que los acompañaba. Es que al ser un mes tan caluroso cada año, se debe aprovechar cuando hay frescura en el ambiente.

-¿Podemos comprar un helado?- Pregunta un pequeño ojimiel esperanzado por una respuesta afirmativa.

Asintieron al mismo tiempo.

Hoy se divirtieron estando en el parque, las cámaras los seguían a todo lugar al que íban, pero, lo que notaron, es que, sólo eran tres, se están acabando las noticias sobre matrimonio, pronto pasarán a segundo plano, no habrá nada interesante para contar sobre su familia, hasta que resulte el dichoso divorcio, ese que acaba con el papel que desde un principio los unió. Y en el fondo, esperan que no suceda.

20 de Marzo

Una tarde lluviosa, helada y desolada, llena de estruendosas gotas golpeteando el suelo al caer, truenos resonando a su paso, gente apurada por llegar a casa y meterse bajo las cobijas con un chocolate caliente en sus manos y disfrutar de una buena vista hacia la ventana para observar cada calle volverse un río arrasador, la brisa corría ferozmente de aquí a allá.
Una tarde en la que muchos prefieren estar en la seguridad acogedora de sus hogares, una tarde que muchas otras aprovecharán para dormir y ser arrullados por el sonido que retumba en seco, mientras otros podrían estar quejándose, ya sea por la repugnancia de su mal día o simplemente el desagrado a este estado del clima.
Los Pimentel, tenían otro tipo de tradiciones en esos tiempos.

-Pero, nos dará hipotermia si hacemos esto- Dice un ojiverde siendo arrastrado por un niño y un adulto comportándose como niño emocionados ante la idea de salir a jugar bajo la lluvia.

-¡Sólo será unos minutos!- Gritan al unísono ambos con un puchero en los labios.

-Además estamos muy bien cubiertos- Dice Max acomodándo su impermeable.

El azabache resopla rendido. -Está bien.

Los otros dos saltan emocionados y se dirigen al jardín trasero a corretear siendo perseguidos por el ojiverde. Las gotas comienzan a caer sobre sus rostros, se siente realmente muy helado, la preocupación vuelve al azabache.

-Creo que deberíamos volver ya- Dice deteniendo la diversión de los otros dos.

Recibe como respuesta los quejidos de cada uno. Rendido, decide seguir jugando.

Saltaban en los charcos de agua, bailaban sobre el césped mojado y reían. La felicidad no la trajo la lluvia, ellos le regalaron un poco de su felicidad a la lluvia.

25 Marzo

-¡Vamos, llegaremos tarde!- Exclama un pequeño rizado desesperado.

Suben al auto y se dirigen a la escuela de Max, hoy sería la presentación de su clase en las exposiciones, el pequeño estaba muy nervioso, pues, irían todos los padres de sus compañeros de clase.

1 hora después.

-Ya, quita esa cara campeón- Habla Joel mirándolo mientras caminan hacia la salida de la escuela.

-Me hizo pasar la peor vergüenza de mi vida, papá- Dice con su ceño fruncido.

-Pero, ya te pidió disculpas, pequeño- Le recuerda el ojiverde.

-Eso no cambia que se haya quedado mirándome en todo el rato, y que, a la hora de hablar, no supiera qué decir.- Pronunca furioso.

En eso un Richie, sin su expresión divertida que lo caracteriza, se acerca a los tres y detiene a Max.

-En serio lo siento, Maxi- Dice con angustia mientras se muerde el labio inferior y observa nervioso a los padres de el recién mencionado.

-Ya no importa, Richie-Dice tratando de darse la vuelta nuevamente para seguir avanzando. Sin embargo, el niño lo toma del brazo y lo regresa.

-Sí que importa, he arruinado todo y eso te está matando- Lo mira serio. -Lo siento, pero, yo no tengo la culpa de que mi corazón te quiera.- Dice sonrojado. Los mayores reflejan su sorpresa. Y ni hablar del rostro de Max.

Un corto silencio se intercepta en el ambiente. Hasta que Max por fin logra pronunciar algo.

-Y-ya m-me tengo q-que ir- Balbucea el rizado dándose vuelta, ni siquiera alcanzó a girarse completamente cuando comenzó a correr hasta el auto de su padre. -¡Y si te perdono!

Richie sonríe tiernamente y se despide de Erick y Joel con timidez.

Ambos sonríen cómplices mientras caminan hasta el auto donde los esperaba Max.

01 de Abril

Ver películas nunca le interesó a Joel, ver películas le parecía algo aburrido, no le gusta ver cómo la gente trabaja en ser quienes no son frente a una cámara, y aún más si lo hacen tan mal. Ahora, estaba prácticamente obligado a hacerlo, se encontraban los tres viendo unas cuantas películas de suspenso, pues, a Max nunca le gustaron las infantiles.

-Esto está hecho con muy mala calidad.- Dice llevándose un puño de palomitas a la boca.

-¡Shhh!- Recibe como respuesta.

Pasan unos cuantos minutos más.

-Esa chica está más ciega que Chris, y eso es demasiado- Recalca. -¡¿Que no se da cuenta que su padre..

-¡SHHHH!- Los otros dos lo callan seguido de un ¡Joel!/¡Papá!.

03 de Abril

Se volvió costumbre, todas las noches, ir al patio trasero, extender una manta en el césped y rescostarse a ver las estrellas, algo tan simple pero significativo para los tres, estar bajo el cielo y observar el arte universal.
Se volvió normal, la sensación acogedora y pacífica que se juntaba cuando los tres estaban ahí, en ese momento, en ese instante, en ese espectacular escenario estrellado.
Se volvió lánguido, ese sentimiento de soledad y preocupación ante cada simpleza, esa forma de gritarle a la nada por todo, esa estructura invisible que envolvía cada uno de los corazones que encerraba el vacío en sus almas.
Se volvió perfecta, esa sensación pacífica de alegría desbordando en cada rincón, ese lugar en el que, inexistente, se plasmó una vida entera unida por tres, ese ambiente en el que se desenvolvía cada suceso, cada detalle que caracterizaba su amor, esa mansión, que cuando la habitaron los Pimentel, no se esperaron poder llamarla hogar, hasta que ese ojiverde llegó y cambió absolutamente todos y cada uno de sus planes.

Esposo por contrato • Joerick • TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora