Eremika Week: Día 1 "Conociéndose"

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Hace 2 años un hombre llamado Eren Jaeger llegó a las tierras de Japón en una misión pacifica de reconocimiento de las tierras al oriente de su natal país. Embriagado por la bellezas de sus paisajes decidió que su estancia y la de su tripulación sería indefinida. No pasó mucho tiempo hasta que sus ojos encontraron la silueta de la mujer más bella que había visto en su vida. Un muchacha de piel blanca, ojos grises y cabello negro que sonreía tímidamente a la gente que le hablaba. Su abuela, la obligaba a cantar para pedir dinero a los comerciantes del puerto, dotada de una hermosa voz maravillaba a todos quienes pasaban por el lugar. El capitán Jaeger se acercó con una sonrisa que iluminaba sus ojos verdes, la muchacha cantó unas veces más y luego de un momento decidió parar, recogió el dinero y se dispuso a volver a casa. El capitán no fue capaz de preguntar su nombre pero preguntando y preguntando logró saber que su nombre era Mikasa y que volvía ahí cada día cuando el sol estaba en lo alto. Al otro día el capitán la esperó y la muchacha llegó, fue el primero en oírla cantar y el ultimo en retirarse, animado por su belleza él se acercó a la muchacha y con suave voz llamó a su nombre

- ¿Mikasa san? - Ella se giró sorprendida, al ver que era él sonrió.

- Si, soy yo ¿Usted es...? - respondió ella

- Capitán Eren Jaeger - Se presentó hizo una reverencia como era tradición en estas tierras y extendió su mano para poder besar la de ella como era tradición en su tierra. Ella no sabía que hacer, pero por inercia puso su mano sobre la de él y este la beso.

- Es...Es un placer - dijo sonrojada retirando su mano enseguida, bajó la mirada porque sus hermosos ojos verdes eran demasiado para ella

- Mikasa san, quiero felicitarla por su maravillosa voz, he quedado maravillado ante su talento y su belleza. 

- Muchas gracias - dijo tomando el dinero que ganó y las bolsas con cosas que había comprado. El capitán le extendió su mano para ofrecerle ayuda

- Permitame acompañarla a su casa, estas bolsas parecen pesadas- Ella no pudo negarse ante tal sonrisa y accedió. 

Mikasa era muy tímida y Eren era muy impetuoso, polos opuestos que se atraerían tarde o temprano. Cada día el capitán llegaba a verla y oírla cantar para luego pasear con ella en el mercado y luego encaminarla a casa. Poco a poco la muchacha fue confiando en él y él poco a poco fue sintiendo un gran afecto por ella. Los meses iban pasando y ellos se iban aventurando a perder la timidez, el capitán solía acariciar los cabellos y las manos de la muchacha y ella solía apoyar su cabeza sobre el hombro de él cuando descansaban bajo los arboles del campo. 

La abuela de Mikasa era muy vieja y estaba algo enferma, por eso se vio en la necesidad de salir a trabajar pero ante su situación decidió que Mikasa debía casarse con un hombre millonario. Mikasa pensó que eso era solo una idea loca de su abuela pero un día se enteró que su abuela la había vendido en matrimonio a un joven hombre que trabajaba para el emperador.

- Tendremos asegurada nuestra vida - dijo su abuela - serás una mujer callada y devota de tu marido

- Yo...yo no deseo eso abuela - dijo la muchacha oponiéndose a ella por primera vez en su vida - Yo deseo conocer el amor, sentir calidez y mariposas en el estomago cuando vea a quien amo...

- Eso no existe Mikasa, las canciones hablan de historias de amor pero son solo eso, historias - señaló la anciana.

Mikasa tenía un nudo en la garganta que no la dejó hablar y decidió callar. Al otro día salió a cantar una vez más y el capitán como siempre estaba ahí para verla pero notó que esta vez su voz era melancólica. Una vez acabó el se acercó preocupado.

- Mikasa san ¿Esta todo bien? - Preguntó mirando sus ojos, ella sostuvo su mirada y sintió que la angustia volvía.

- Yo...No se como debería sentir...Debería estar feliz pero solo tengo ganas de llorar - dijo muy triste

- ¿Que sucedió? - preguntó una vez más

- Me han vendido... - susurró ella, pero él no entendía

- ¿Te han vendido? ¿A que se refiere? - preguntó asustado

- Me han vendido a un trabajador del emperador para ser su esposa - ante esas palabras el capitán sintió que su corazón se rompía, el estaba enamorado de la muchacha pero había ido demasiado lento, ahora estaba apunto de perderle - Supongo que ese es mi destino, para eso nací y solo tengo que conformarme - Ella tomó sus cosas y con tristeza miró una vez más al capitán - Lamentablemente, no puedo volver a casa con usted, los del pueblo saben lo sucedido y no es bien visto que una mujer comprometida camine al lado de un hombre soltero - Mikasa sintió un nudo en la garganta más grande que el anterior y al borde de las lagrimas volvió a sonreír al capitán y le dijo - Gracias por cuidar de mi, gracias por acompañarme día a día, gracias por darle calor a mi alma como nunca había sentido. Atesoraré su sonrisa luminosa en mis sueños y sus palabras de amor en mis memorias - emprendió camino rápidamente sin mirar atrás, la muchacha de cabellos negros sentía que si miraba una vez más al capitán perdería la voluntad de hacer lo correcto. El capitán sintió que con ella se iba parte de su felicidad, se preguntó a si mismo si podría seguir sin ella y la respuesta fue no. 

Continuará...


Al otro lado del mundo esta mi amor (Eremika)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora