Eremika Week: Día 2 "Propuesta"

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El capitán corrió tan rápido como pudo, sabía de memoria cual era el recorrido de la muchacha, ya a las afueras de la ciudad la encontró caminando como un alma en pena. Llegó a su lado y ella se giró, algo en su alma sabía que esos pasos apurados eran de él. Sus ojos se llenaron de lagrimas pues sabía que él no iba a renunciar a ella y solo bastaba una palabra de él para que ella abandonara todo. El capitán no dijo nada, acarició el rostro de la muchacha recuperando el aliento y puso su frente sobre la de ella volviendo a sentir su suave aroma a cerezo.  La tomó del brazo y la sacó del senderó, cruzaron los arboles y llegaron al río, ese fue el primer lugar donde ambos se sentaron uno al lado del otro y esta vez no fue la excepción, se pararon bajo la sombra del mismo árbol que los cobijó por primera vez. 

- No puedo dejar que se vaya Mikasa san - dijo él. La muchacha dejó la cesta en el suelo y miró al joven que ardía en rabia y dolor.

- No hay nada que pueda hacer Jaeger San - dijo tratando de mantener la distancia, sentía que si se acercaba un poco más ella perdería la cordura

- Eren...Mi nombre es Eren, dilo una vez más - suplico el hombre - Por favor... - Ella miro su rostro que solía ser muy alegre y que ahora estaba destrozado. Finalmente sus lagrimas la traicionaron y comenzaron a caer mientras hablaba.

- Perdóneme - dijo suavemente - Estos sentimientos son un error

- No, no lo son - el se acercó y ella retrocedió un paso - Los errores nos hacen arrepentirnos día y noche, nos hacen sufrir...dígame ¿Usted se siente así? ¿Se arrepiente?

- No - contestó rápidamente

- ¿la hace sufrir? - preguntó él

- No - respondió otra vez

- Entonces esto es lo correcto Mikasa san - el hombre cayó de rodillas ante ella y puso su cabeza en el estomago de la muchacha, la abrazó y ocultó su cara entre las ropas de su kimono - No puedo dejar que se vaya de mi vida, dígame que hacer para evitarlo y lo haré - La muchacha tapaba su boca con una mano y con la otra acariciaba con mucho amor la cabeza del capitán que lloraba a sus pies

- Eren san...- dijo ella - No deseo alejarme de usted. Pero la vida es cruel y caprichosa. 

- No me rendiré Mikasa - Era primera vez que la llamaba sin formalidades, pero estaba desesperado - Usted no se puede casar con un hombre si esta casada conmigo - Ella lo miró confundida, él secó sus lagrimas y tomó sus manos, besándolas como si fueran el tesoro más preciado del mundo le dijo - Si usted se casa conmigo, no tendrá la necesidad de recordarme en sueños, pues me tendría a su lado toda su vida.

- Eren san...- ella estaba conmovida ante la imagen de una vida a su lado

- Mikasa ¿Desea casarse conmigo? - puso las manos de la muchacha en su corazón para que sintiera que cada latido era por ella. 

- Nadie de mi pueblo querrá casarnos - susurró ella

- Pero el sacerdote que vino con nosotros si...- Replicó él - No importa la religión en todos lados el matrimonio ante los ojos de dios es sagrado. Una vez hecho, solo la muerte me separará de usted - La muchacha sintió que sus piernas se doblaban y cayó arrodillada frente a él. Acarició el rostro del hombre dueño de sus pensamientos con suavidad y él recostó su cara en su mano de seda. 

- Deseo ser su esposa, su amante, su compañera y si usted quiere la madre de sus hijos - sonrió - Solo Dios sabe cuanto deseo ver su rostro amanecer a mi lado día tras día - El sonrió y tomando con dulzura la cara de la muchacha le dio un tierno beso anhelado por ambos, que sellaría el inicio de una historia de amor que tendrá que luchar contra viento y marea. 

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⏰ Última actualización: Oct 09, 2018 ⏰

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Al otro lado del mundo esta mi amor (Eremika)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora