La curiosidad mató a Jean

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  • Dedicado a Jean Carlos Iquise Quispe
                                    

La tecnología puede ser considerada “mala” por parte de nuestra sociedad, pero para el joven Jean,  era el modo de comunicarse e interactuar con desconocidos, conocer un poco de otras culturas, hacer amigos que tal vez algún día lograría ver en persona...

Cierto día mientras estaba en su cuenta de Facebook, pudo notar que había recibido una solicitud de amistad de alguien llamada “Melisa Rowland”, normalmente no aceptaba a desconocidos  pero esta vez fue diferente, nunca supo que fue lo que lo llevó a “confirmar”, tal vez fue pura curiosidad o el destino quería que esa persona se cruzara en su camino.

Durante mucho tiempo la tuvo entre sus amigos, pero no habían hablado, hasta que un día un “hola” de parte de la joven cambió todo. No podían pasar un solo día sin hablar, increíblemente habían creado una amistad muy fuerte, unos sentimientos surgieron en él, su personalidad divertida, con ocurrencias extrañas, su vocabulario algo diferente al suyo, puesto que la joven era de Argentina, en ocasiones solía tener comportamientos de niña mimada, con caprichitos que a él no le causaban ninguna molestia cumplir, tenían conversaciones y discusiones entre sus conciencias, ya que ella le había pedido que le siguiera el juego, y él lo hizo, sin duda en sus conversaciones el aburrimiento quedaba fuera. Sin una razón aparente parecía extrañarla cuando ella no estaba, jamás la había visto y aun así se preguntó mil veces si era solo un cariño que sentía o si era algo más fuerte.

 Ambos querían conocerse, pero ese deseo se veía muy lejano, puesto que sus países ni siquiera eran vecinos, Jean estudiaba en la UTP-AQP, entonces tuvo una idea, una que ni sus familiares, ni sus amigos pudieron sacársela de la cabeza, viajaría, iría por ella, dejaría todo para estar con la joven, solo quería verla y oír su voz, ya que nunca antes lo había hecho, cuando le comentó su plan a su querida Meli, ella dudo un poco, también quiso cambiar su idea, pero él no aceptaría un NO por respuesta. Hasta que llegara ese día buscaría la forma de escuchar su voz, tras varios intentó no lo logró, su webcam se descomponía, la operadora de su celular decía que el número marcado no era existente, ella dijo que no sabía cómo utilizar las llamadas por Skype, y tampoco tenía Whatsapp, Jean tendría que esperar.

Pasaron unos meses, que  le habían sido eternos, se despidió de su familia, saludó a sus amigos, le encargó su linda gatita a su madre, ella la cuidaría durante su ausencia, hasta que lograra viajar también al lado de su hijo.

El viaje fue largo, era la primera vez que Jean había subido a un avión. Logró llegar sin ningún problema a su destino, pero su recorrido aún no había terminado, debería subir a bordo de un colectivo que lo llevaría a 30 de Agosto, ciudad en la que vivía Melisa, durante el viaje tuvo que trasbordar 3 veces, increíblemente tres transportes en los que viajó tuvieron diferentes problemas,  ya que el primero rompió una llanta y la de auxilio estaba pinchada, luego hubo un accidente en la ruta en la que iba, y por ultimo había tomado el equivocado, por un momento creyó que el destino no quería que se encontraran con la joven.

Luego de 15 larguísimas horas de viaje, llegó, ya solo faltaba tomar un último pequeño recorrido, estaba a minutos de verla, se sentía ansioso y nervioso.  Tomó un taxi

-¿Hacia dónde se dirige caballero?-preguntó el chofer.

-Hacia el barrio Residencial, en M. Moreno 675.

Al oír esto el chofer hizo un gesto de asombro, que Jean pudo notar en sus ojos por el espejo retrovisor del vehículo.

-¿Sucede algo malo?-preguntó el joven con una gran curiosidad

-Oh… N-no nada… descuide lo llevaré de inmediato.

-Está bien.

Luego de atravesar el centro de la ciudad comenzó a preguntarse cuanto faltaba para llegar.

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⏰ Última actualización: Aug 06, 2014 ⏰

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