Cuando Se Alzan Las Estrellas

Irina

Durante mucho tiempo me he preguntado ¿que sería de mi si hubiera nacido como un ser humano normal? . ¿Si no tuviera las habilidades que poseo? Obviamente no hubiera sido posible volverme una Espada.
Posiblemente estaría por ahí trabajando como una buena ama de casa, esperando a que su marido vuelva de un arduo día de trabajo y yo esperándole como una buena esposa con el alimento en casa y un buen baño caliente para que se sintiese mejor... Ese estilo de vida, definitivamente no lo envidio. No podría imaginarme a mi misma haciendo algo diferente a lo que hago.

Amo mi trabajo, soy una Espada. Mi deber es proteger a los civiles, mantener el orden público y que la justicia siempre prevalezca. Aunque claro últimamente me veo en este escritorio haciendo papeleo y trabajo de oficina. Preferiría estar de nuevo afuera de la ciudad haciendo misiones de búsqueda, reconocimiento o cacerías. Sin embargo estoy aquí en este pequeño pueblo donde nunca sucede nada y la única preocupación del pueblo es que el gobernador no malgaste en tontas ferias sin sentido

- jefa... Deberíamos ir por unos helados. El señor Berry está vendiendo helados al otro lado de la calle.

Ese es Matthew, no tiene mucho tiempo de haberse unido a mi escuadrón. Da el aire de ser un chico problemático, sin embargo, aún con ese aire infantil, y su personalidad un poco irreverente e imprudente, a la hora de hacer su trabajo, nadie puede negar que sabe hacerlo bien.

- Matthew...
- ¿si jefesita?
- Capitana Rostalf... Cuantas veces debo repetirlo. Eres una espada deberías aprender a comportarte como tal.
- solo estamos usted y yo aquí. ¿Para que tanta formalidad?
- ¿Donde están los otros?
- Amelia dijo que iría a la plaza central con Lavi. Creo que a comprar las provisiones de esta semana. Acerca de Baldorf no se muy bien donde estará imagino que debe estar en las puertas de la ciudad escuche que dijo que revisaría los miros. En cuanto al lobo. Me imagino que andará husmeando por ahí ya sabe como es ese pillo.

Me levanto del escritorio y me acerco a la ventana... El cuartel esta ubicado al lado este del parque central justo en la esquina de la cuadra, y mi oficina esta en una segunda planta ... Así que la vista es bastante buena.
- sabes que Matthew...
- ¿si jefesita?
- vamos por esos helados, acompañame.
*******
- este helado de frutos rojos está riquísimo.... Se lo dije jefesita... No hay nada más rico que un buen helado en un día tan caluroso como hoy.

No puedo negar que este helado está muy bueno... El señor Berry es seguro el mejor heladero de la región... Aunque admitir eso a Matthew sería problemático. Nunca se callaria.
- el helado esta bien
- ¿solo bien? O vamos aceptalo jefa. Este helado es lo mejor del mundo
- dije que esta bien, y no diré más. Así que calla

Hay que tener cuidado con la confianza que se le da a este chico. Una vez le das confianza ya no hay vuelta atras... Y en general puede ser un poco irritante. Al otro lado de la calle veo una figura que me es familiar acercarse.

- ¡Oye Matthew!. .. Si dieran un premio por ser molesto... Ganarías indudablemente.

Vincent "el lobo" Foley. Vincent no sólo es mi segundo, sino también es mi amigo de la infancia. Entramos juntos a la "Forja" desde que iniciamos nuestro entrenamiento como Espadas. Es sin duda mi persona de más confianza en este mundo. Tiene una mirada bastante penetrante y puede ser incluso intimidante cuando lo conoces, y claro su cicatriz en el ojo izquierdo lo hace ver un poco peligroso. Se la hizo hace años en una batalla con un Espada Rota, terminó con un corta desde la ceja hasta la mejilla en un corte diagonal, nunca quizo que Amelia le curará esa cicatriz, decía que le daba un aire misterioso, menudo tonto. Aunque suele dar ese aire de chico malo en un inicio cuando lo conoces rápido te das cuenta que es un chico bastante respetuoso y muy sonriente, analista y calculador.
- Vincent, ¿donde estabas? - preguntó
- Mi capitána, aveces un hombre debe hacer lo que un hombre tiene que hacer - me guiña el ojo de manera coqueta.