"Veamos, la historia del continente comienza con el evento de "La Primera Gran Guerra Dragónida" que surgió a raíz de la llegada de la humanidad a las costas de los dragones la cual constó a favor de los primeros humanos conocidos, que se aprovecharon de la falta de coordinación militar de su enemigo y de las enfermedades nuevas a las que no estaban acostumbrados los cuerpos de los reptiles, obligando a los pacíficos dragones a retirarse del continente que fue muchos años después bautizado con el nombre de "Reino Humano" hacia un lugar no demasiado lejano al otro lado del mar.
Los diezmados dragones prefirieron olvidar el ataque de los humanos en vez de vengarse por la caída de sus hermanos y se exiliaron a las grandes islas del este, sin rencor por las pérdidas personales. Y así vivieron en paz durante casi un milenio, el tiempo suficiente como para que los dragones fuesen considerados como leyendas y para que los humanos se olvidaran de su existencia, aunque los longevos reptiles no olvidaron, pues sabían que eventualmente los humanos volverían a amenazar su existencia como hicieron la primera vez. Por este motivo, cuando los primeros exploradores humanos se atrevieron a ir más allá del mar hasta las costas de las islas del este tal y como habían hecho para descubrir el antiguo continente de los dragones, estos no esperaron ni un solo instante y comenzaron a atacar primero a los exploradores y luego a los demás humanos como medida preventiva para que estos no los expulsasen de su último bastión en el mundo.
La "Segunda Gran Guerra Dragónida" fue más sangrienta y cruel que la anterior, los humanos no renunciaban a su territorio por nada y lo defendieron a muerte mientras el fuego de los dragones bañaba sus reinos, mientras que los dragones no cedían en su empeño de exterminar a los humanos por más flagelados que estuviesen sus cuerpos. Ambos bandos sufrieron un número de bajas devastador que tuvo al borde de la extinción a sendos pueblos y que, si no hubiese parado en aquel momento, no habría quedado nadie para disfrutar de la paz... por fortuna surgió un tercer bando que sería el que acabaría con la guerra.
La guerra no sólo había desencadenado una oleada de muerte sin precedentes, sino que, debido a encuentros fortuitos, surgieron uniones de amor puro entre dragones y humanos, como mamá y papá, pues primates y reptiles no eran tan diferentes después de todo. La unión no sólo supuso la clave para hallar la paz entre ambas especies, sino que las parejas desarrollaron unos potentes vínculos más allá de lo físico y lo conocido que unirían sus almas de por vida incluso más allá de la muerte, un vínculo que se mantendría por siempre en todas las generaciones y sus respectivas parejas. Gracias a esas uniones se pudo llegar a un pacto de paz, se terminó la guerra y cada uno se fue por su lado. Aunque muchos de los humanos vinculados a los dragones tuvieron hijos con ellos, de modo que decidieron partir con sus nuevas familias a su país al otro lado del mar, en donde prosperarían juntos durante siglos: humanos, dragones y sus hijos mestizos.
Con el tiempo, los dragones del continente aprendieron de los humanos a adoptar sus formas a base de magia y construyeron edificios con los conocimientos de los humanos. Mientras que los humanos aprendieron a ir transformándose paulatinamente en auténticos dragones, pudiendo pasar a estar en forma humana, dragónida y semidragónida. Los humanos y sus descendientes híbridos también se dieron cuenta con el paso del tiempo que los dragones carecían de la capacidad natural de coordinación, haciendo muy difícil que aunasen esfuerzos por sí mismos, razón por la que no tenían edificios, ni ciudades, ni solían atacar juntos pese a su gran inteligencia... Pero con ayuda de los nuevos mestizos y humanos, lograron cooperar gracias a los potentes vínculos que enlazaban sus mentes y almas, y así surgieron los primeros jinetes de dragones.
Muchos siglos más tarde estalló la Tercera Gran Guerra Dragónida. Si las anteriores guerras fueron cataclismicas, esta época supuso un punto y a parte para todo lo conocido. Esta vez no fueron humanos contra dragones, ni jinetes contra humanos ni jinetes contra dragones, sino el mundo entero contra una rencorosa sombra de odio que perdió todo en la segunda guerra: el dragón de la oscuridad, Abisirus.
No se tienen muchos datos de aquella guerra, pues casi la totalidad de dragones y humanos que participaron en la batalla fueron exterminados junto a un tercio del inmenso continente humano. Solo se sabe que el hijo de aquel nefasto y poderoso dragón se enamoró de la hija del héroe que lo fulminó y que, juntos, reconstruyeron el reino de los dragones. Mientras que los humanos hicieron todo lo posible por repoblar el continente una vez más.
Todo bonito, sí, pero ahora los descendientes de ese dragón maligno amenazan el continente con un poder al que los humanos denominan como inigualable".
—Menuda tontería —gruñía Tami con una voz progresivamente más gutural sin hacer esfuerzo alguno por el odio que sentía hacia los humanos y los dragones del continente. Al mismo, su rostro se fue llenando de escamas negras y doradas que cubrieron cada centímetro de su piel como una coraza—. Pronto verán cómo luce realmente alguien poderoso.
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Manual: Dragones, magia y política
Fantasy¿Quieres adentrarte en el mundo de fantasía del Linaje Oscuro? ¿Quieres introducirte de lleno en un universo plagado de dragones, especies únicas y hechicería? Este libro contiene información sobre todos los países, las diversas facciones, fichas de...