Born to be yours

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Nota: AU, todos humanos.

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Nunca he tendió una relación duradera desde la preparatoria. Las que tenía sólo eran citas de una noche -por cortesía de mi hermano-, a la larga sólo una semana.

A mí sinceramente no me interesaba, mi memoria no se encontraba en estado para tener una relación seria y duradera. Aunque una vez la relación que llevado a la larga fue casi de 2 meses, con quien es ahora una muy preciada amiga.

Yumiko y yo decidimos intentarlo, sólo por plena curiosidad y capricho de ambos.

Después de aquel tiempo, ella decidió que debíamos terminar. Pues dijo que yo no parecía estar en todos mis sentidos, que estoy perdido en los recuerdos de alguien más. Y no se equivocaba.

En el tiempo que fuimos amigos sumado con el que salimos, ella lograba leer a través de mí. Así que no servía que le ocultara nada, ella lo adivinaba. Bueno casi siempre.

Hicimos este juego de preguntas y respuestas donde siempre ella cuestionaba y yo respondía.

“—Entonces dime, ¿por qué no fuiste por él?" Las preguntas de Yumiko eran principalmente para saber acerca del chico que no salía de mi cerebro y dejarme tener una relación sana.

Miré a la castaña que me sonreía paciente y yo sólo arquee una de mis cejas.

Yumi me observaba intentando predecir la respuesta que pensaba le daría. Soltando un suspiro decidí responderle, tener su mirada tan insistente sobre mí era fastidioso.

“—Mis padres decidieron que debía continuar la carrera en mi país natal. No me dejaron negarme..”

Mi padre principalmente fue quien me obligó a ir a rastras hasta Inglaterra y continuar ahí la carrera de literatura. Fue unos días después de graduarme, mis padres tenían todo arreglado -el vuelo, la escuela y otras cosas- para irme.

No volví a Japón hasta cumplir los 24 años. Ya va siendo un año desde que me mudé a la sucursal de Tokio.

Intente buscarlo pero lo poco que supe de él no ayudó, ni siquiera sé cuál es la apariencia actual de Mahiru.

Yumiko dio un sorbo a su bebida volteando a ver la gran ventana de la cafetería. Parecía que pensaba en algo, algo que seguramente me involucraba.

Antes de que le dijera algo, ella me miró con una sonrisa y en sus ojos no parecía que hubiera mala intención, pero yo sabía que ocultaba algo y aún así me quedé mudo.

Nos quedamos unos minutos más hasta que decidimos irnos, ambos compartimos la paga de las cosas. La castaña me abrazo a modo de despedida y yo apenas e hice el intento de devolverle el gesto.

“—No te rindas, sólo espera y lo verás de nuevo.”  dijo después de separarnos, acaricio mis cabellos azulados y luego se fue.

Desde que llegué aquí, la espera por verlo ya se ha hecho terriblemente desesperante.

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No sé por qué yo sigo con el juego de mi hermano de tener una pareja sí o sí.

“—¿Y.. ya decidiste que ordenar?” como justo ahora, me encontraba en cita -en algún restaurante bastante caro-, con una mujer la cual ni recordaré el nombre en el momento que esto acabe. Respondí con un simple No sin despegar mi vista de la tarjeta de comida.

No hubo más invitación de palabras, sólo un silencio sepulcral entre esa persona y yo.

No cuanto tiempo lleve viendo la carta pasando mis ojos de una comida a otra sin mucho antojo de lo que se encontraba ahí. Por alguna fuerza superior mi vista se alzó y se dirigió al gran ventanal del restaurante.

Draw, Music & StorysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora