Capítulo 5

562 50 17
                                    

Yoongi está esperando por mí bajo la sombra de una palmera de hojas anchas, sus manos metidas descuidadamente en los bolsillos traseros de sus pantalones cortos sueltos. La brisa atrapa su cabello, haciéndolo caer en sus ojos. A él no parece importarle, mientras mira hacia debajo de la colina, al agua azul. Creo que podría ser el más hermoso de mis cuatro pretendientes.

—Entonces, no me odias lo suficiente como para plantarme —le digo.

Sus hombros se ponen rígidos antes de volver su mirada hacia mí.

—No te odio. Ni siquiera un poco, Jimin. Odio lo que tiene que suceder cuando esto termine. Odio en lo que te vas a convertir. Odio lo que nos trajo aquí.

Ay. Un dolor agudo me apuñala por la honestidad en sus palabras.

—Lo que nos trajo a este lugar soy yo.

—No, la tradición nos trajo aquí. Eres el punto brillante en todo esto. —El hombre me sorprende cuando cruza la terraza y me toma de la mano—. Ven. Me prometiste una caminata en la playa.

No suelta mi palma de su mano mientras tomamos el camino hacia el agua, y no puedo decir que yo quiera que lo haga. Es intenso y... cautivador. Quiero saber todo sobre él, entender sus acciones y hacer que se abra a mí.

Cuando llegamos a la playa de arena blanca, él nos detiene sin previo aviso.

—Quítate los zapatos —ordena, quitándose las sandalias.

Frunzo el ceño, pero hago lo que dice, la cálida arena me hace cosquillas en los dedos y me calienta las plantas de los pies. Nunca he estado en la playa, y ciertamente no durante ninguna parte del día. No puedo evitar la sonrisa que se extiende por mi cara.

—Está templado.

Asiente.

—Por supuesto que lo está.

—Lo amo.

Una expresión de asombro cruza sus ojos mientras me empuja hacia el agua.

—¿Puedes nadar? —pregunta.

Asiento con la cabeza.

—No me puse un traje de baño.

Se encoge de hombros.

—Somos las únicas personas aquí. No necesitas uno.

La emoción revolotea en mi vientre, mezclada con una punzada de aprensión. Si está sugiriendo que nos bañamos desnudos, voy a tener que detenerlo aquí mismo.

—Um, no me estoy desnudando contigo.

—¿He dicho eso?

—No, pero estaba implícito.

Se quita la camisa y se me seca la boca al ver los abdominales de tabla de lavar, un pezón perforado y líneas de intrincadas tintas que decoran su torso.

—Me voy en mis pantalones cortos. Puedes nadar conmigo en la ropa que quieras, o puedes continuar sudando aquí en la humedad. Si yo fuera tú, entraría. El agua es increíble.

Presionando el botón de mis pantalones cortos, los desabrocho y deslizo sobre mis caderas. Su mirada está fija en mí, el calor en sus ojos inconfundible. Mis bóxers no esconden mucho, pero tampoco quiero caminar hacia la casa con pantalones cortos mojados. Él puede controlarse a sí mismo.

—El primero en llegar hasta esa roca gana —le digo, señalando la gran roca a unos cincuenta metros.

—¿En tres? —Sus ojos brillan de diversión y lucho contra la necesidad de saltar arriba y abajo para celebrar que lo he alcanzado.

Un príncipe para Jimin (Jimin x BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora