El prestigioso instituto donde estudiaba, o estudió, la familia Miller, organizó una excursión escolar a un campamento en recompensa al esfuerzo que ofrecieron en la semana de exámenes, como ya era tradición.
Sin embargo, algunos maestros tenían otro tipo de compromisos, provocando que hiciera falta de personal, así que mediante un comunicado se pidió ayuda a ciertos familiares de los alumnos, entre ellos a las dos hermanas mayores de los Miller, Adeline y Ariana, quienes aceptaron inmediatamente. Sin embargo, pidieron permiso para llevar acompañantes, a lo cual aceptó rápidamente la institución; Ariana decidió invitar a Adrián, y Adeline a su mejor amigo Mathew.
Ahora mismo se encontraban en un salón de clases con el profesor Nathaniel dando indicaciones a los que quisieron ir al campamento. Adeline Miller escuchaba con atención las pautas de su antiguo maestro, pero no evitaba pensar que ese plan era mucho más complicado de lo que debía ser.
— Disculpe, profesor. — alzó la voz de repente Adeline.— Siento interrumpirle, pero no estoy del todo conforme con la organización del evento.— se levantó de su asiento y se dirigió al pizarrón, agarrando el marcador que le ofrecía el profesor.— Las cabañas no deben ser mixtas, ya que los alumnos podrían aprovecharlas para otros fines. Por otro lado, en cada autobús deberían ir en total dos grupos de alumnos, y creo necesario también que se hagan pequeños grupos de cinco personas para las excursiones en el bosque. Además, debe haber un descanso en el trayecto, pues el bosque se encuentra bastante alejado de aquí, así los alumnos descansarán de tanto viaje y podrán estirar las piernas o almorzar. Finalmente, creo que sería espléndido si el último día se organiza una fogata, sería un ambiente cálido y hogareño donde contar historias o jugar, podría ser divertido.
Adeline terminó de dibujar y anotar en el pizarrón y le dedicó una sonrisa al profesor, quien se encontraba un tanto impresionado. Nathaniel carraspeó, volvió a tomar el marcador, y Adeline regresó a su asiento.
— Bueno, lo haremos como dijo la señorita Miller, creo que es un gran plan. Gracias por asistir alumnos, y eso es todo, se pueden retirar. Sed puntuales mañana.— los presentes abandonaron el lugar dejando al profesor solo en el aula.
— Uy, le callaste la boca al profesor hermana, la verdad es que ya me estaba durmiendo con tanta charla.— comentó Ariana bostezando. Adeline soltó una leve risa y siguió caminando.
Adeline, siendo la mayor, siempre optó por tener una figura de autoridad ante todos, además de su distinguida madurez y seriedad en los momentos indicados. A parte de su inteligencia y porte, es una joven esbelta y hermosa.
— A ti nunca te gusta poner atención, Ariana.— se burló la mayor.
— Suficiente tengo con la universidad, déjame.
Ariana era la segunda hija mayor, pero no era tan responsable como Adeline, ya que a ella le gustaba salir de fiesta y escapar de sus responsabilidades. Eran bastante diferentes.
— Ay amigui, tú siempre con tus cosas.— abrazó por los hombros Adrián a Ariana, a la vez que imitaba una voz femenina.
Adrián era el mejor amigo de Ariana, un chico al que se le puede confundir fácilmente de orientación sexual ya que coquetea tanto con hombres como con mujeres. Aun así, resalta por coquetear con la mayoría de chicas, volviéndolo un galán y alguien bastante popular. Por otro lado, ninguna chica puede resistirse a su rostro bonito y lindas palabras.
— Bueno, supongo que acompañarte en el viaje puede ser divertido.— habló Mathew suspirando.
Finalmente estaba Mathew, el mejor amigo de Adeline, la persona en quien más confía. Suele ser alguien serio, pero a veces hace comentarios o actos inusuales que hacen estallar en risas a sus acompañantes.
ESTÁS LEYENDO
Revoltijo Amoroso
RomanceLa familia Miller, reconocida por ser una de las más poderosas y adineradas de la ciudad, consta de seis hijas y un hijo. Los padres casi nunca están presentes por la gran cantidad de trabajo que poseen, así que la hermana mayor es la encargada de c...