Dael.

No eres quien crees.

Uzley tenía esa manía de decirme insultos e incoherencias... A veces simplemente me decía que era perfecto, otras que era un error, y también me decía que estaba hecho para servir y ser sumiso a mis superiores... ¿Por qué, que era tan importante en un superior?, Con uzley, por lo menos, lo sabía, ya que a él le dejo mi vida...

—Entonces cuéntame, ¿Quienes son tus superiores?.—

—Actualmente es mi dueña de nombre Seeki... Como sea... Por favor permítame continuar...—

—Por su puesto, lamento interrumpir.—

Me contó que necesitaba aprender a servir... Así que un día me encerró en un cuarto metálico y me dijo que cuando estuviera dispuesto a obedecer me dejaría salir...

Pasaron meses, suplicaba desde la puerta, estaba dispuesto a hacer lo que fuera, pero parecía que Uzley no escuchaba... ¿Acaso no estaba?...

Como fuera yo solo seguía golpeando la puerta, ya tenía varias abolladuras pero no quería ceder.

Me senté y seguí esperando... Algo en mi cuerpo me decía que era un momento, ¿Pero de qué?, No puedo explicarlo bien, pero simplemente me transformé en un gato y pude pasar por las rejas de aquella puerta...

—¿Un gato, dices?

—Si, ni siquiera sé cómo lo hice, pero pues... Lo hice...

Me escabullí hacia la puerta de salida del laboratorio, o más bien una escotilla... Cuando la abrí, y salí... No había nada, Solo había arena y mucho calor...

—¿El laboratorio estaba en un Desierto he de suponer?

—Si, era un Desierto antiguo del cuál Uzley siempre me contaba, era un clima muy extraño, incluso podía nevar a veces ahí...

Me transformé en una persona mitad gato nuevamente y empecé a caminar, no sé a dónde, pero simplemente lo hice, no sabía que esperar de ello pero ya no quería estar en ese laboratorio... Era lo peor...